Paremos la guerra contra Iraq


Los brigadistas españoles colocan una pancarta en una calle de Bagdad que reza, en inglés: "Aznar, no a la guerra"
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Crónica de los brigadistas

Crónica de los brigadistas: cuarta noche de ataques sobre Bagdad

Bagdad/Madrid, 23 de marzo de 2003. CSCAweb (www.nodo50.org/csca)

Tras una jornada en la que se mantuvieron de manera intermitente los estallidos de bombas en Bagdad, los brigadistas han pasado la noche del sábado 22 de marzo en su refugio desde donde han podido escuchar repetidos impactos de bombas en las cercanías durante toda la noche. Como han podido constatar en la mañana de hoy, tales impactos han sido lanzados nuevamente contra el Ministerio del Aire que se encuentra notoriamente dañado. A las 23.30 de la noche pasada, y como en los días de atrás, las sirenas de la defensas antiaéreas preludiaron el comienzo de un nuevo ataque estadounidense. Poco después, el sonido de los aviones dio paso a nuevas explosiones aunque la noche ha sido más tranquila que la anterior. El suministro eléctrico se cortó aunque fue restablecido en poco tiempo.

Atacadas áreas de población civil

El lanzamiento de misiles y bombas estadounidenses ha afectado esta noche especialmente a áreas residenciales de Bagdad produciéndose hasta 800 heridos. Ha sido especialmente dañado el barrio de Al Qadisiya, muy próximo al Hospital Universitario de Yarmuk que hoy, nuevamente, ha sido visitado por los brigadistas para saludar a los heridos. La dirección del Hospital confirma que ayer ingresaron cien personas heridas por los bombardeos y misiles lanzados por los aviones B-52 de EEUU en la noche del viernes. Esta noche se ha registrado el ingreso de otras treinta personas entre niños y adultos y un muerto. La mayor parte de estos heridos proceden del barrio de Al Qadisiyya que queda justo detrás del Hospital. El impacto de las explosiones ha causado una onda expansiva que ha roto los cristales del centro hospitalario, El personal médico se ha visto obligado durante la noche a reubicar las camas de los heridos y pacientes en zonas del interior del edificio para protegerles de las ventanas y prevenir daños personales.

En su visita al barrio de Al Qadisiyya, los brigadistas han comprobado los efectos de un misil estadounidense que ha causado el derrumbe de cuatro casas y una quinta volatilizada, en la que se podían ver desde el exterior, los enseres de sus habitantes; muebles destrozados, cuadernos escolares, zapatos de niño... Los habitantes del barrio han indicado que al menos otras 15 casas han sido derruidas por el efecto de los misiles.

En Turas, un suburbio especialmente humilde y popular de la periferia de Bagdad, los brigadistas han podido ver los restos de un misil del ejército estadounidense con inscripciones en inglés. El suministro eléctrico ha quedado interrumpido en todo el barrio. El misil ha penetrado por el salón de una casa y ha causado la muerte inmediata de una mujer. En la casa de enfrente, la onda expansiva de este misil ha causado, igualmente, su derrumbe. Los brigadistas han podido saludar a las mujeres de la familia afectada. Los habitantes de Turas, hombres, mujeres, ancianos y niños han salido a las calles desde primeras horas de la mañana en una manifestación colectiva y espontánea de rechazo y rabia en la que no han cesado de expresar su indignación cantando consignas contra la invasión de Iraq.

En otra visita por la ciudad, la brigada se ha paseado por Addimiyya, barrio popular de mayoría sunní situado al norte de Bagdad. La gente ha reanudado, como cada mañana, el ajetreo de la vida saliendo de las casas para ir al mercado y desplazarse por las calles.

Resistencia civil armada

Según avanzan los días, se multiplica en las calles de Bagdad la presencia de miles de civiles armados con fusiles Kalasnikov en cada esquina. Esto confirmaría las informaciones del ministro de Asuntos Exteriores iraquí Naji Sabri de que se ha dotado de armas a más de siete millones de iraquíes para hacer frente a la invasión terrestre de las tropas estadounidenses y para reforzar la resistencia popular. Milicianos civiles, miembros del Partido Baa'th y soldados cavan trincheras en las calles, abren zanjas que inundan de petróleo y que prenden bajo control con el fin de provocar extensas columnas de humo negro que desde el viernes, en la periferia de Bagdad, y desde ayer, en toda la ciudad, inundan el cielo para dificultar a la aviación del ejército agresor el lanzamiento de misiles y bombas. El uso de estas zanjas se está extendiendo durante el día de hoy a más zonas. Igualmente se están alzando cobertizos sobre las trincheras. Por primera vez, la Brigada ha podido ver la presencia de la Media Luna Roja con personal sanitario de hombres y mujeres en las calles.

En su programa diario, los brigadistas han priorizado las visitas a hospitales y el desplazamiento a las zonas más afectadas por los bombardeos para mostrar a la población afectada su apoyo y solidaridad y para poder constatar los horrores que cada noche sigue causando el ejército de EEUU en esta ciudad.

Determinados a seguir en Bagdad

A primera hora de cada mañana, los brigadistas reciben en su alojamiento la visita de sus interlocutores iraquíes para comprobar que siguen bien y para atender sus necesidades. Igualmente les visita cada mañana el embajador de Cuba, Ernesto Abascal, quien reitera en nombre de su país la plena disponibilidad de su Embajada para darles cobijo y apoyo en caso de necesidad o emergencia. El Embajador Abascal informó ayer a la Brigada que por efectos de un misil lanzado en las proximidades, el edificio de su sede diplomática resultó dañado por la onda expansiva hasta el punto de romper la puerta del refugio en el que se resguarda el personal de la Embajada cubana.

Todos y todas las brigadistas se encuentran bien de ánimo, compartiendo una experiencia trágica pero inmensamente humana en la que, no se cansan de repetir, el contacto con el pueblo de Bagdad y las muestras de fortaleza y agradecimiento que reciben les reactiva cada mañana para mantener firmemente su determinación de permanecer en Iraq.



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