Agenda 2001

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Sábado, 10 de marzo de 2001

Acto sobre el 'Plan Colombia' y la fumigación de cultivos

Intervino: César Jeres, Representante de la Coordinadora Nacional de Cultivadores de Coca y Amapola (COCCA-Colombia)

Organizado por: Campaña contra el Plan Colombia

 

 

En torno a medio centenar de personas escucharon en la tarde del sábado 10 de marzo a César Jeres, representante de la Coordinadora Nacional de Cultivadores de Coca y Amapola (COCCA-Colombia), de la región del Magdalena medio, en un acto organizado por la plataforma de organizaciones de Madrid Campaña contra el Plan Colombia (ccplancol@netscape.net) y presentado por Alberto Cruz.

Jeres denunció que, bajo la coartada de la lucha contra el narcotráfico, la fumigación de cultivos de coca que prevé el Plan Colombia encubre una estrategia de desplazamiento masivo de la población campesina de las áreas de implantación de las fuerzas guerrilleras, a fin de aislar a éstas de su entorno natural. Según Jeres, desde que se iniciará hace cinco años la fumigación de los cultivos base para la fabricación de drogas, el área de cultivo de estas plantas ha aumentado de 80.000 a 120.000 hectáreas, según cifras oficiales, sin duda menores que los reales. En Colombia 350.000 familias viven directamente del cultivo de la coca.

Para COCCA-Colombia la alternativa al Plan Colombia de fumigación de cultivos y escalada militar e intervensionista en el país, consistiría según Jeres por una parte en desarrollar un "marco de transformaciones estructurales " que incluyera como central la defensa de la "soberanía y la seguridad alimentarias" de Colombia. Para ello sería preciso desarrollar medidas de apoyo a la economía campesina y la redistribución de la renta, a fin de que mantener el poder adquisitivo y la capacidad de consumo interno de los 42 millones de colombianos a través de una política proteccionista, la opuesta a la que ahora desarrolla la oligarquía del país, promotora de los interese de las multinacionales: según Jeres Colombia importa anualmente alimentos por valor de ocho millones de dólares, en un proceso de aumento paulatino de la dependencia alimentaria de Colombia.

La segunda medida sería considerar el problema de las drogas como un problema de salud pública, y proceder a la legalización de su consumo ante una demanda creciente desde el exterior favorecida por los intereses del narcotráfico, entre los que hay que incluir los del complejo industrial y militar estadounidense. Al tiempo que el Plan Colombia favorece los intereses financieros de sus empresas armamentísticas en un proceso de paulatina militarización de la región, EEUU sigue tolerando que sea su industria la que suministre los productos químicos necesarios para la elaboración de la droga: Colombia importa de EEUU cuatro veces más productos químicos que el resto de países de su nivel de desarrollo.

Jeses denunció asimismo que organizaciones como la que el representa están siendo criminalizadas por su supuesta vinculación a las FARC-EP u otras fuerzas guerrilleras, al tiempo que, a la sombra de la vertiente social del Plan Colombia se promocionan nuevas ONG en las que se "oxigena" el discurso de que lo que sucede en el país es un enfrentamiento entre guerrilleros y paramilitares, en el cual el pueblo se encuentre "en medio". Tal "convergencia" con la lógica del Plan Colombia se manifiesta en el apoyo por parte de estas ONG y sus contrapartes internacionales a proyectos que -sin duda menos agresivos que la fumigación de los cultivos- coinciden con la lógica de escindir, desplazándola a las grandes ciudades o a áreas bajo control del Ejército colombiano (nueva versión de las "aldeas estratégicas" de la Guerra de Vietnam -como recordó Alberto Cruz), a la población campesina de las organizaciones guerrilleras.

Jeres anunció la celebración, los días 25 a 27 de junio, de un Foro de organizaciones campesinas colombianas sobre el tema del cultivo de coca y el narcotráfico en la ciudad de San Cristóbal, en Venezuela.