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EEUU aceptaría un Gobierno con los radicales musulmanes

Enrique Muller, corresponsal

La Conferencia de Seguridad de Múnich, un foro que reúne cada año a los líderes más importantes del mundo, expresó ayer su deseo de que los cambios en Egipto se lleven a cabo mediante una transición ordenada. Para alcanzarlo, EEUU está dispuesto incluso a aceptar la participación en un futuro ejecutivo de unidad de los Hermanos Musulmanes, pese a su radicalismo islámico.

COLPISA. Berlín, 6 febrero de 2011

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La Conferencia de Seguridad de Múnich, un foro que reúne cada año a los líderes más importantes del mundo, expresó ayer su deseo de que los cambios en Egipto se lleven a cabo mediante una transición ordenada, pero no a toda prisa para evitar el empeoramiento de la crisis y la desestabilización de Oriente Próximo.

En ese objetivo coincidieron todos los participantes que ocuparon la tribuna de oradores, incluidos la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton; la canciller alemana, Angela Merkel, y el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon. Y para alcanzarlo, EEUU está dispuesto incluso a aceptar la participación en un futuro ejecutivo de unidad de los Hermanos Musulmanes, pese a su radicalismo islámico.

Clinton señaló que el Gobierno Obama no objetará que este grupo participe en las negociaciones para poner fin a la crisis. «La Hermandad está involucrada en el diálogo. Vamos a esperar y ver cómo se desarrolla», manifestó la jefa de la diplomacia estadounidense al sugerir que la Administración demócrata estaría dispuesta a trabajar con un gobierno que incluya la Hermandad, una organización ilegal, aunque tolerada, desde 1954.
La transición ordenada incluiría, además de a la Hermandad Musulmana, a los miembros del antiguo régimen, aunque ya es un clamor universal que Hosni Mubarak debe dejar el poder. Alemania podría estar a favor de acoger al 'rais' y ofrecerle un asilo dorado, según dejaron entrever dos diputados democristianos.

Proceso de paz

La caída de presidente egipcio preocupa por varias razones a los líderes occidentales. La más importante de todas es que la desaparición de Mubarak, un aliado estratégico de EE_UU e Israel, torpedee el plan de paz para Oriente Próximo. «El presidente fue uno de los actores principales en el proceso y en facilitar la reconciliación entre israelíes y palestinos», apuntó Ban Ki-Moon.
«Es algo que debería dejarse en manos del pueblo egipcio», añadió al referirse al debate que existe sobre si el 'faraón' debe abandonar el país o supervisar la transición.

Este aspecto también fue resaltado por Guido Westerwelle, titular alemán de Exteriores, quien recordó que Occidente no tiene poder ni derechos para decidir sobre los futuros dirigentes del país del Nilo. El ministro también se refirió a Afganistán y recordó, en presencia del presidente Hamid Karzai, que el objetivo de las fuerzas aliadas es transferir el poder a más tardar en 2014.
Karzai anunció que la primera fase de traspaso se llevará a cabo el 21 de marzo y prometió que su país será una nación que participará en la seguridad de la región. El mandatario pastún también tuvo el coraje de referirse a la corrupción, una lacra que ha horadado su reputación como jefe de Estado. Pero en lugar de reconocer sus pecados culpó a la ayuda internacional que no pasa por los controles de su Gobierno de impedir combatirla con eficacia.