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El testimonio del conductor de la excavadora pone de relieve la falta de transparencia en el juicio de Corrie 

La voz tras la cortina afirmó que los soldados no ordenaron detener las labores de demolición

El conductor, Y.P., cuyo nombre no se ha hecho público, es un inmigrante ruso de 38 años que llegó a Israel en 1995. Fue el único testigo que prestó declaración durante esta jornada a lo largo de cuatro horas y tras una cortina de separación improvisada, medida que el Estado consideró necesaria para garantizar su seguridad. Los abogados de la familia Corrie solicitaron que se permitiera a la familia ver al conductor aunque no pudiera hacerlo el público, pero sus peticiones fueron denegadas.

http://rachelcorriefoundation.org/trial
Haifa, Palestina ocupada, estado de Israel, 23 de octubre de 2010
Traducción:Lucas Antón

RAchel Corrie

El conductor que golpeó y mató a Rachel Corrie en marzo de 2003 en Rafá, Gaza, testificó por vez primera el jueves pasado en la demanda presentada por la familia Corrie contra el Estado de Israel, pero lo hizo con medidas de protección extraordinarias que siguen poniendo de relieve la falta de transparencia de la investigación, así como como del juicio que se sigue por ello.  

El conductor, Y.P., cuyo nombre no se ha hecho público, es un inmigrante ruso de 38 años que llegó a Israel en 1995. Fue el único testigo que prestó declaración durante esta jornada a lo largo de cuatro horas y tras una cortina de separación improvisada, medida que el Estado consideró necesaria para garantizar su seguridad. Los abogados de la familia Corrie solicitaron que se permitiera a la familia ver al conductor aunque no pudiera hacerlo el público, pero sus peticiones fueron denegadas.  

"Nos sentimos decepcionados por no haber podido ver al ser humano completo", afirmó Cindy Corrie, la madre de Rachel. "Supone una afrenta personal que los abogados del Estado y el gobierno israelí decidan que nuestra familia no puede ver al testigo por razones ".

Decenas de periodistas, observadores de derechos humanos y personas del público tuvieron que quedarse el jueves fuera del juicio. La sala del tribunal dispone sólo de dos largas filas de asientos, casi la mitad de los cuales fueron ocupados por vez primera por observadores aparentemente de la oficina de la Fiscalía del Estado y del Ministerio de Defensa.    

En más de cuatro horas de testimonios a menudo confusos, dio la impresión de que Y.P. se esforzaba por leer y entender su declaración jurada firmada en abril. No fue capaz de recordar datos fundamentales, tales como la fecha de la muerte de Rachel o la hora del día en que sucedió. Se contradijo repetidas veces en sus propias afirmaciones en el estrado y la declaración prestada ante los investigadores de la policía militar en 2003.   

En los momentos más importantes de su declaración pudo escucharse lo siguiente:

  • Y.P. afirmó que después de pasar por encima de Rachel y retroceder, ella quedó entre la excavadora y el montículo de tierra que había desplazado, corroborando las pruebas fotográficas  así como el testimonio de los testigos oculares de varios países en sus declaraciones del mes de marzo ante el tribunal. Su declaración pone en cuestión la del comandante de esta misma excavadora, cuyo testimonio por escrito afirma que el cuerpo de Rachel se encontraba en un lugar  distinto, en el punto más alejado del montículo de tierra levantado por la excavadora. Durante la vista se le preguntó a Y. P. si deseaba cambiar su declaración sobre la base de esa contradicción. Declaró firmemente que no. 
  • En declaraciones prestadas ante investigadores de la policía militar sólo tres días después del incidente, Y.P. afirmó que la zona sin visibilidad delante de la excavadora era de 3 metros. En su declaración ante el tribunal se contradijo al afirmar que dicha zona sin visibilidad era de 30 metros, diez veces más que la primera distancia mencionada.
  • Y.P. conocía la normativa según la cual la excavadora no debía operar a menos de diez metros de una persona. Era consciente de que había civiles presentes, pero afirmó que recibió órdenes de seguir trabajando. Declaro que no era más que un soldado y que no fue suya la decisión.
  • Declaró no haber visto a Rachel antes del suceso. Tampoco recuerda haberla visto en concreto ese día, pese al hecho de que había protestado por la actividad de la excavadora durante varias horas y de que se trataba de la única activista femenina que vestía un chaleco fluorescente de un color naranja brillante.

Tras la declaración del conductor, Cindy Corrie afirmó, "Resultó muy penoso no poder oír o detectar nada en las palabras del testigo que indicase remordimiento. Lo triste es que lo que se escuchaba del otro lado de la cortinilla era indiferencia".

A la vista del jueves acudieron representantes de la embajada norteamericana, Abogados Sin Fronteras, el Centro de Derechos Constitucionales y la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), de la Agrupación Nacional de Abogados y la Asocxiación Árabe de Derechos Humanos, muchos de los cuales han seguido con atención las sesiones del juicio.

La próxima sesión está prevista entre los días 4 y 15 de noviembre, de 9:00 a 16:00 horas ante el juez  Oded Gershon del Juzgado de la Audiencia de Haifa, calle Palyam 12, Haifa, Israel. Se espera el anuncio en breve de próximas sesiones. 

Se ruega verificar en la página http://rachelcorriefoundation.org/trial fechas del juicio, cambios en el orden previsto por el tribunal e información relativa al caso. 

Para más información y peticiones de la prensa, el contacto es:
Stacy Sullivan

stacy@rachelcorriefoundation.org
Teléfono (Israel): 972-54-280-7572

Para más información, véase Rachel Corrie Foundation website.