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Israel admite que disparó fósforo blanco contra zonas pobladas en Gaza

El Ejército discrepa del Gobierno y niega acciones disciplinarias contra dos oficiales

Las gravísimas acusaciones vertidas por Naciones Unidas contra el Ejército y el Gobierno israelí por crímenes de guerra tras la campaña militar de Gaza hace 12 meses pasan factura a la diplomacia israelí, a relevantes líderes políticos que eluden viajar a varios países europeos, a la deteriorada imagen del país. Y ahora también suscitan fricciones, nada usuales, entre el Ejecutivo y el Ejército. Mientras la prensa local asegura que el Gobierno ha admitido que dos mandos castrenses han sido sometidos a una "acción disciplinaria" por el empleo inadecuado de proyectiles de fósforo blanco en zonas pobladas por civiles, el Estado Mayor lo niega rotundamente.

Juan Miguel Muñoz
www.elpais.es
Jerusalén 01/02/2010

bomba

Es la primera vez que el Gobierno hebreo admite, aunque lo califique de error, el uso inadecuado de esa munición. El viernes, cumplido el plazo fijado en el informe elaborado por el juez surafricano Richard Goldstonez para que Israel presentara su propia investigación, el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, abordará el expediente. Se cierne sobre Israel el riesgo de que el expediente termine en el Consejo de Seguridad y, eventualmente, aunque es muy improbable, ante el Tribunal Internacional de Justicia.

En las alegaciones presentadas ante Naciones Unidas la semana pasada para justificar el ataque militar contra el territorio palestino y rebatir el demoledor informe de Goldstone, el Gobierno de Benjamín Netanyahu reconoce que Eyal Eisenberg, general de Brigada y comandante de la División de Gaza, y el coronel Ilan Malka, jefe de la Birgada Givati, han sido sometidos a una "acción disciplinaria". Se ignoran las eventuales sanciones, en el caso de que finalmente se impongan, sobre todo porque el Estado Mayor ha negado que los citados uniformados hayan sido siquiera interrogados.

El fósforo blanco se empleó profusamente en zonas habitadas porque en Gaza la densidad de población es de las más altas del mundo. La destrucción de la infraestructura económica de la franja durante la ofensiva fue descomunal -cientos de fábricas, escuelas, hospitales y unas 20.000 viviendas fueron arrasadas o dañadas severamente- y, entre los casi 1.400 muertos, la mayoría eran civiles ajenos a la contienda. Según el informe israelí, los proyectiles de fósforo se lanzaron contra unas instalaciones de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados en el que se guarecían cientos de civiles palestinos en el barrio de Tel el Hawa, en la ciudad de Gaza.

En abril pasado, el vicejefe del Estado Mayor, Dan Harel, aseguraba que las investigaciones internas no desvelaban ningún uso inadecuado del fósforo blanco y que en todo caso se había lanzado en áreas abiertas y contra enemigos armados, algo permitido por la legislación internacional. Las fotografías de las agencias desmentían a Harel. La lluvia de esos proyectiles sobre colegios y zonas urbanas ha sido acreditada fehacientemente. Ahora es el propio Gobierno quien admite que al menos en algunos lances de la guerra dos oficiales -Eisenberg y Malka- permitieron que se disparara esa munición "excediendo su autoridad de una manera que amenazó las vidas de otros". Muchos civiles, entre ellos decenas de niños, sufrieron quemaduras horrendas.

Es improbable que el informe entregado a la ONU pueda satisfacer las exigencias de la comisión encabezada por el juez surafricano. Requiere Goldstone una investigación independiente sobre los presuntos crímenes de guerra perpetrados en los 22 días de campaña. Aunque el Ejército ha abierto 36 investigaciones criminales, a día de hoy sólo un soldado israelí ha sido castigado por robar una tarjeta de crédito a un palestino y retirar fondos de su cuenta. "Israel está siendo evasivo otra vez", rezaba el domingo el editorial del diario Haaretz.

El Gobierno trata de demostrar en su alegato remitido a Naciones Unidas que la Abogacía General del Ejército es un organismo independiente, ajeno a la jerarquía militar. Pero pensar que las investigaciones llevadas a cabo por las propias Fuerzas Armadas puedan satisfacer las exigencias de imparcialidad -requeridas en el informe de la comisión Goldstone- resulta inadmisible para cualquier jurista. No se puede ser juez y parte. De ahí que las voces que abogan por la formación de una comisión de Estado independiente en Israel, encabezada por un juez del Tribunal Supremo, sean cada vez más numerosas. En el seno del Gobierno no se llega tan lejos, y se promueve un comité de investigación del que no se conocen ni sus competencias ni su formación.

La comisión de Estado -como las que se constituyeron para indagar la masacre de Sabra y Chatila, en 1982, o la de guerra de Yom Kipur, en 1973- es, a juicio de numerosos analistas políticos, el único modo de diluir las nefastas consecuencias políticas y diplomáticas que para Israel acarrea el informe Goldstone, en el que se amenaza con trasladar las acusaciones al Consejo de Seguridad y, en su caso, al Tribunal Internacional de Justicia. Pero la iniciativa en favor de esa comisión tropieza con un escollo que se antoja insalvable. Los jefes del Ejército, institución sagrada, y el ministro de Defensa, Ehud Barak, rechazan tajantemente esa vía. El Tsahal es intocable.

Israel admite por primera vez que lanzó bombas de fósforo sobre zonas pobladas de Gaza

Laura L. Caro, corresponsal
COLPISA. Jerusalén, 01/02/2010


Un año después de la operación "Plomo Fundido" lanzada el pasado invierno sobre Gaza, Israel ha admitido por primera vez que utilizó bombas de fósforo blanco contra zonas pobladas de la franja, lo que constituye una violación de la legalidad internacional. El Gobierno de Tel Aviv así lo ha hecho constar en un documento enviado a la ONU en el que se da cuenta de que dos oficiales, -el general de brigada Eyal Eisenberg al frente de la División de Gaza, y el coronel Illan Malka, jefe de la Brigada Givati-, habrían sido sometidos a "medidas disciplinarias" por "excederse en su autoridad" al ordenar el 15 de enero de 2009 el disparo de aquella artillería sobre un almacén de la ONU en el barrio de Tel el Hawa, al sur de la capital. Con su acción, añaden, "pusieron en peligro vidas humanas", aunque se asegura que no hubo víctimas.

Las presuntas sanciones a los militares, que no se han especificado, eran ayer, sin embargo, negadas por el Ejército, si bien uno de sus portavoces, el capitán Barak Raz, admitía en declaraciones a Reuters que las "amonestaciones" ya se han añadido al
historial de ambos militares. La revelación de esta incidencia figura en el documento oficial de 46 páginas que el Gobierno de Israel ha remitido a Naciones Unidas para intentar frenar el informe Goldstone, que atribuye a las autoridades judías posibles "crímenes de guerra" en Gaza, y que podría desembocar en una acusación formal ante
la Corte Penal Internacional, a menos que Israel presente antes del viernes 5 de febrero una investigación "creíble" sobre las alegaciones en su contra.
A juicio de expertos como el antiguo jefe del departamento internacional del Fiscal del Estado, Irit Kahn, el castigo a los militares y el reconocimiento del uso del fósforo blanco podría ser "insuficiente" para convencer a la ONU, que estudiaría entonces elevar el informe Goldstone al Consejo de Seguridad.

No obstante, y según señaló el domingo a sus colegas de partido el primer ministro judío, Benjamin Netanyahu, todavía queda "casi una semana para tomar una decisión" sobre el establecimiento formal de la comisión investigadora externa e independiente que exige Naciones Unidas. Los obstáculos son la fuerte división del Gobierno al respecto y el total rechazo del Ejército.