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Gays palestinos bajo el hijab en Israel

Nisreen Mazzawi feminista palestina

Mientras afirmamos que estamos todos escandalizados por el tiroteo perpetrado la semana pasada contra el centro juvenil gay en Tel Aviv, en el transcurso del cual dos jóvenes perdieron la vida, es necesario mencionar que la comunidad gay y lesbiana palestina se enfrenta tanto a un público homofóbico como a los líderes racistas de la comunidad gay israelí

www.insurrectasypunto.org - Viernes, 04 de Septiembre de 2009

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Mientras afirmamos que estamos todos escandalizados por el tiroteo perpetrado la semana pasada contra el centro juvenil gay en Tel Aviv, en el transcurso del cual dos jóvenes perdieron la vida, es necesario mencionar que la comunidad gay y lesbiana palestina se enfrenta tanto a un público homofóbico como a los líderes racistas de la comunidad gay israelí.
Los organizadores de la manifestación de solidaridad y antihomofóbica que tuvo lugar en la plaza Rabin de Tel-Aviv se negaron a facilitar el escenario a los portavoces palestinos. Además, ni al exdiputado palestino Issam Majúl del Parlamento israelí –Knesset- ni a la representante de Aswat –Grupo de mujeres gay palestinas- con sede en Haifa, se le concedió el derecho a hablar en la manifestación. Según los organizadores de dicha manifestación en Tel-Aviv: “no podemos ir tan lejos”.

¿Qué quieren decir con “no podemos ir tan lejos”?

Mientras que alrededor del mundo se difunde constantemente la reputación de Israel como el único Estado democrático de Oriente Medio, contando cuentos que enfatizan la tolerancia de la ciudad de Tel Aviv como el refugio para los palestinos gays que huyen de su sociedad y familia, la comunidad gay palestina y sus partidarios son expresamente excluidos de actos públicos, tal y como recientemente sucedió en la manifestación de solidaridad y antihomofóbica que tuvo lugar el 15 de Agosto de 2009 en la plaza Rabin en Tel-Aviv.
El escenario estaba lleno de políticos, algunos de los cuáles son bien conocidos por su homofobia. La mayoría de la comunidad gay de Israel cree que su lucha no tiene nada que ver con la política, así se explica la repentina necesidad de “paz social” a la que uno de los activistas y las víctimas gay del tiroteo se referían en la manifestación de Tel Aviv, distinguiéndola de la otra paz, la llamada “mala”, la prohibida, con los palestinos.
La realidad en la que vivimos es la de una zona de conflicto, donde la gente muere o mata constantemente y la violencia lo impregna todo, convirtiendo a las personas en menos receptiva a la violencia que les rodea. La gente, se está convirtiendo en menos sensible ante la violencia de género, el asesinato de mujeres, la xenofobia, el racismo y la vida de los demás. Esta es la manera como más de 1,000 personas pueden ser asesinadas en menos de un mes en Gaza mientras todo el mundo guarda silencio.
Mientras la sociedad israelí, incluyendo la comunidad gay, prefiere ignorar el incremento del nivel de odio interno y violencia generado por la ocupación y su violencia, ésta se continuará intensificando y afectando a otros. En vez de afrontar esta problemática y complicada situación, los líderes de la comunidad gay de Israel prefieren excluir a palestinos gays y sus partidarios y empujarlos de vuelta al armario. Es la cosa más sencilla a realizar y va de la mano con la reputación que ellos crean y promueven.
Lo más destacado de la manifestación en Tel Aviv fue la presencia del Presidente israelí, Shimon Peres, el cual asistió para demostrar su solidaridad con la comunidad gay. A pesar de su antecedente homofóbico al pronunciar la frase “somos una nación del no matarás”, él estaba de hecho reforzando la ceguera pública ante las matanzas de palestinos que suceden tan a menudo y de manera tan frecuente por el Estado de esta nación. Además, el mensaje de Peres es públicamente condescendiente hacia otras naciones tanto en el ámbito regional como mundial.
Para los gays palestinos que viven y luchan por sobrevivir bajo la ocupación, Tel-Aviv no es ninguna alternativa o refugio seguro. Los pocos que consiguen llegar a esa ciudad generalmente acaban viviendo y trabajando en las calles. Son víctimas de la propaganda israelí que explota su situación para promover la imagen de tolerancia de ésta.

Los palestinos gays, incluyendo aquellos que son ciudadanos de Israel, son excluidos y no son bienvenidos por la comunidad gay israelí y sus líderes, los cuáles prefieren mantenerlos en el armario y, si es necesario, volver a recluirlos en él. De esta manera, ellos pueden continuar difundiendo la reputación de tolerancia a su manera. Si dependiera de ellos, la comunidad gay israelí y sus líderes cubrirían a los palestinos gays con un hijab (pañuelo islámico para cubrir la cabeza). Al hacer eso, ellos pueden ser los únicos que pueden decir al mundo como son los gays y lesbianas palestinos, legitimando la ocupación al reivindicar que ellos son los defensores de la libertad.
La mayoría de la comunidad gay israelí prefiere no ver la relación entre los tipos de violencia que abundan en la sociedad israelí. Los asesinatos en el centro juvenil gay en Tel-Aviv deforman la imagen de Israel como el paraíso de los gays en Oriente Medio, y como resultado han creado un ola de solidaridad internacional. Al ver a toda esa gente marchando solidariamente nos preguntamos sobre el sentido de esa reacción de solidaridad: ¿es de duelo por la pérdida de la imagen irreal de Tel-Aviv como paraíso gay en Oriente Medio, o es una llamada para levantar la voz contra la homofobia que infecta todas las sociedades del mundo?