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La UE defiende que Jerusalén sea la futura capital de dos estados

Europa insiste en que no reconocerá cambios de fronteras en la región llevados a cabo después de 1967

Israel advierte: "La propuesta no contribuye a la paz" Netanyahu socava el camino a la negociación con palestinos y sirios Israel ha reaccionado de inmediato a la idea del documento aprobado hoy por la UE, que defiende que Jerusalén sea la "capital futura de dos estados": se niega rotundamente. Para Israel no contribuye a la reanudación de las negociaciones de paz, mientras que la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) lo recibió con beneplácito.
La Organización para la Liberación de Palestina (OLP), en cambio, ha recibido la propuesta de la UE con agrado(..) Está claro que la Unión está frustrada con la falta de avances en el sedicente proceso de paz, reducido tan a mínimos que basta con una promesa de Israel de paralizar durante unos meses la construcción de nuevas viviendas en los asentamientos para que todos vean una nueva oportunidad.

Efe, Público, www.elpais.com, Jerusalén 8,9 y 10 de Diciembre de 2009

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Efe, 08/12/2009
Los ministros de Exteriores de la Unión Europea defendieron este martes que Jerusalén sea la "capital futura de dos estados" e insistieron en que no reconocerán cambios de fronteras en la región llevados a cabo después de 1967.

El Consejo de Ministros comunitario logró un acuerdo sobre un documentos de conclusiones en el que se resalta que el estatus de Jerusalén es clave para lograr una paz duradera y debe ser acordado por medio de negociaciones entre israelíes y palestinos. Tras una larga discusión motivada por la división entre sus miembros, los Veintisiete eliminaron del borrador la mención a Jerusalén Este como capital de un futuro Estado palestino.

Sin embargo, el Consejo de la UE mantuvo la mayoría de los puntos en disputa, entre los que recalcó su "profunda preocupación" por la situación en Jerusalén Este y recordó que "nunca ha reconocido la anexión" de esa parte de la ciudad por parte de Israel. La UE también pide al Gobierno israelí que cese "todo tratamiento discriminatorio" a los palestinos de Jerusalén Este, y recalca que para que haya una paz duradera hay que hallar una vía negociada "para resolver el estatus de Jerusalén como futura capital de dos estados". Además, se mantiene la disposición de la Unión Europea a reconocer "cuando sea adecuado" la independencia de un Estado palestino

Muro, asentamiento, derribo... todo ilegal

También se afirma que los asentamientos israelíes, el muro de separación en territorio ocupado por Israel, la demolición de hogares palestinos y el deshaucio de familias palestinas "son ilegales" según el derecho internacional, son un obstáculo para la paz y "amenazan" con hacer imposible la solución de dos estados.

Por ello, los ministros insistieron en que Israel ponga fin "inmediatamente" a todas las actividades de construcción de asentamientos, tanto en Cisjordania como en Jerusalén Este, así como el desmantelamiento de las erigidas ilegalmente desde marzo de 2001.

En este sentido, la UE apreció "como un primer paso" el reciente anuncio del Gobierno israelí de suspender durante diez meses las obras de ampliación de asentamientos. Esta suspensión temporal no ha convencido a los palestinos porque no será aplicada en Jerusalén Este y porque permite seguir la construcción de unas 3.000 viviendas ya comenzadas.

Además, la UE mantiene que el bloqueo israelí sobre Gaza es "inaceptable y políticamente contraproducente".

Los ministros comunitarios de Exteriores acordaron este texto para apoyar los esfuerzos de Estados Unidos en lograr una reanudación de las negociaciones entre Israel y los palestinos.

La discusión se produjo entre una intensa campaña de Israel y la Autoridad Nacional Palestina (ANP), sobre todo después de que medios israelíes filtraran el borrador del documento, que causó preocupación el Gobierno israelí.

 

Israel advierte: "La propuesta no contribuye a la paz"

La Organización para la Liberación de Palestina (OLP), en cambio, ha recibido la propuesta de la UE con agrado

www.publico.es 08/12/2009

Israel  ha reaccionado de inmediato a la idea del documento aprobado hoy por la UE, que defiende que Jerusalén sea la "capital futura de dos estados": se niega rotundamente. Para Israel no contribuye a la reanudación de las negociaciones de paz, mientras que la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) lo recibió con beneplácito.

Un comunicado del Ministerio israelí de Asuntos Exteriores afirma que la declaración de los Veintisiete "ignora el obstáculo principal para que Israel y los palestinos alcancen una solución: el rechazo palestino a regresar a la mesa de negociaciones".

Para Israel, el problema "es el rechazo palestino a volver a las negociaciones"

Y reitera que "dados los esfuerzos del Gobierno de Israel para reanudar la negociación, Israel lamenta que la UE haya adoptado el texto que, aunque no contiene nada nuevo, no contribuye a la reanudación de las negociaciones".

Israel se congratula de que finalmente hayan primado las "voces de los estados responsables y razonables de la UE", a la luz del borrador que había presentado la Presidencia comunitaria sueca, que según la prensa local, hablaba de favorecer una declaración unilateral de independencia por parte de los palestinos.

"Esperamos que la UE actúe para promover las negociaciones directas entre las partes, teniendo en cuenta las necesidades de seguridad de Israel y comprendiendo su carácter judío debe ser preservado en cualquier acuerdo futuro", recalca la nota.
La OLP lo recibe con agrado

Por su parte, la OLP recibió con beneplácito el texto europeo, como lo manifestó Ahmed Qurea, miembro del Comité Ejecutivo de la Organización encargada de negociar con Israel, que en un comunicado remitido a los medios calificó la declaración de "paso positivo".

"Damos la bienvenida a la decisión de los ministros de Exteriores europeos y la consideramos un paso adelante", afirmó Qurea, quien expresó su confianza en que Israel acepte la decisión la declaración y en la práctica acabe con la ocupación de los territorios ocupados. "No existe ningún palestino que acepte un acuerdo sin Jerusalén Este como capital", dice la OLP. Aseveró que no existe un sólo palestino que acepte una solución de paz que no contenga a Jerusalén Este como capital de un futuro estado palestino.

Los ministros de Exteriores de la Unión Europea defendieron hoy que Jerusalén sea la "capital futura de dos estados" e insistieron en que no reconocerán cambios de fronteras en la región llevados a cabo después de 1967.

El Consejo de Ministros comunitario logró un acuerdo sobre un documento que resalta que el estatus de Jerusalén es clave para lograr una paz duradera y debe ser acordado por medio de negociaciones entre israelíes y palestinos. El Consejo de la UE mantuvo la mayoría de los puntos en disputa, entre los que recalcó su "profunda preocupación" por la situación en Jerusalén Este y recordó que "nunca ha reconocido la anexión" de esa parte de la ciudad por parte de Israel.

La UE también pide al Gobierno israelí que cese "todo tratamiento discriminatorio" a los palestinos de Jerusalén Este, y recalca que para que haya una paz duradera hay que hallar una vía negociada "para resolver el estatus de Jerusalén como futura capital de dos estados". Además, se mantiene la disposición de la Unión Europea a reconocer "cuando sea adecuado" la independencia de un Estado palestino.

 

Netanyahu socava el camino a la negociación con palestinos y sirios

El Gobierno israelí promueve una ley de referéndum para aprobar retiradas de territorios ocupados y un plan para reforzar la colonización de Cisjordania

Juan Miguel Muñoz, Jerusalén 10/12/2009
www.elpais.com

Un paso adelante -reversible y con consecuencias prácticas nimias- y dos hacia atrás. El primer ministro israelí trata de apaciguar a los colonos judíos dos semanas después de ordenar una reducción de la construcción en las colonias de la Cisjordania ocupada. Sin embargo, al mismo tiempo, y mientras no deja de proclamar su intención de iniciar negociaciones con la Autoridad Palestina y con Siria, Benjamín Netanyahu socava con sus iniciativas los esfuerzos de Estados Unidos y la UE por impulsar el comienzo del diálogo. El domingo, el Gobierno votará la aprobación de un plan para dotar de mayores recursos financieros a asentamientos situados en el corazón de Cisjordania, lejos de los grandes bloques de colonias. Y el miércoles el Parlamento dio luz verde a la tramitación de una ley que exigirá un referéndum o la aprobación por dos tercios del Parlamento -ahora se requiere mayoría absoluta- para llevar a cabo una retirada de territorios ocupados en 1967.

Es imposible que Netanyahu pensara que la congelación de la edificación en las colonias, aunque en docenas de asentamientos sigue construyéndose a marchas forzadas, pudiera satisfacer al presidente palestino, Mahmud Abbas, que exige que no se coloque un ladrillo más en territorio conquistado, incluido Jerusalén Este. Las promesas, repetidas por varios líderes israelíes en los últimos años, de que no se confiscarán más tierras y que no se alzarán nuevas colonias es otro brindis al sol. Años atrás fueron expoliados terrenos suficientes para permitir la expansión de las colonias sin fundar otras nuevas. Un tercio de Cisjordania está a día de hoy en manos del Ejército. Sobran lotes de tierra para que pueda crecer la población de medio millón de colonos -a los que Netanyahu llama "nuestros hermanos"- que ya habitan el territorio palestino.

Si el Gabinete da luz verde a la propuesta de Netanyahu, los colonos de la ribera del Jordán, Kiryat Arba, Emmanuel, Itamar, Nokdim y Ariel, diseminados en los cuatro puntos cardinales de la geografía palestina, recibirán 20 millones de euros para su desarrollo. Es un giro radical a la política seguida Ehud Olmert, predecesor del actual primer ministro. Se trata de "alentar a la población dispersa en el Estado de Israel y aumentar la población en las periferia y en áreas cercanas a la frontera", reza el plan. El concepto de cercanía a la frontera es vacuo, o cuando menos muy relativo. Casi todas las colonias se hallan próximas a un linde, y en todo caso alguno de los asentamientos dista bastantes kilómetros de los límites fijados por la legislación internacional, despreciada por la iniciativa al declarar "Estado de Israel" al territorio cisjordano.

Netanyahu, no obstante, invoca los deseos de paz de Israel y lamenta que Abbas no se pliegue a su demanda de emprender un proceso de negociación "sin condiciones", al que el propio Bibi ha sometido a un sinfín de requisitos inaceptables para cualquier dirigente palestino.

En su discurso del 14 de junio, el jefe del Gobierno proclamó sus exigencias para que cualquier pacto con los palestinos: Jerusalén permanecerá unida bajo soberanía israelí; una amplia franja de tierra en la frontera de Cisjordania con Jordania será controlada por el Ejército israelí; el Estado palestino deberá ser desmilitarizado; el espacio aéreo tendrá que ser controlado por el Ejército israelí y, asunto de la máxima trascendencia, los palestinos deberán reconocer que Israel es un Estado judío.

No satisfecho con esta miriada de condiciones, el Ejecutivo ultraderechista ha promovido otra iniciativa legislativa que minará, más todavía, un eventual proceso negociador. La Kneset votó el lunes por amplia mayoría -68 votos contra 22? a favor de tramitar una ley que exigirá un referéndum o una mayoría parlamentaria de dos tercios (80 escaños) para permitir la retirada de cualquier territorio ocupado en la guerra de junio de 1967: Cisjordania, Gaza, Jerusalén Oriental y la meseta siria del Golán. Hasta ahora sólo es necesaria la mayoría absoluta de 61 diputados.

Horas más tarde de que la Unión Europea instara a Israel a compartir Jerusalén con los palestinos, y pocos días después de que el propio Netanyahu asegurara que el régimen de Damasco ha retirado su condición previa para reanudar la negociación -el compromiso israelí de abandonar la totalidad del Golán-, la propuesta en la Kneset supone un obstáculo añadido que afectaría a Jerusalén Este y al Golán, anexionados formalmente en 1981, pero no al resto de Cisjordania.

La legislación suscita reacciones encontradas. Algunos diputados laboristas se ausentaron de la Cámara. Otros rizaron el rizo. Es el caso del ministro de Defensa, Ehud Barak. "La iniciativa es innecesaria. Primero, la ley impone restricciones al primer ministro en sus negociaciones con Siria, y pudiera crear la falsa impresión de que Israel se opone a la paz". Precisamente la sensación que comparten gran parte de diplomáticos acreditados en la región. Pues bien, Barak finalmente voto a favor. Entre la derecha más moderada de Kadima, el primer partido de la oposición, los diputados también votaron divididos

 

La UE exige a Israel que comparta Jerusalén con un Estado palestino

La Unión presiona al Gobierno de Netanyahu para que reinicie el proceso de paz

Ricardo Martínez De Rituerto, Bruselas. 09/12/2009

La Unión Europea reclamó ayer a Israel y a la Autoridad Palestina la rápida reanudación de las negociaciones de paz, que para que sea verdadera debe tener a Jerusalén como capital de dos Estados, el israelí y el palestino. La petición europea rebaja considerablemente la propuesta de la presidencia sueca, que pretendía tratar a Jerusalén Este como capital del futuro Estado palestino y boicotear la presencia israelí en esa parte de la ciudad.

El documento ha suscitado división de opiniones en ambas partes

Concluido el consejo de ministros de Exteriores, todo fueron parabienes entre los jefes de las distintas diplomacias de los Veintisiete, por más que la declaración no diga nada nuevo, como señaló en confianza uno de ellos. De hecho, las dos páginas de la declaración están plagadas de expresiones del tipo "reitera" o "recuerda".

Está claro que la Unión está frustrada con la falta de avances en el sedicente proceso de paz, reducido tan a mínimos que basta con una promesa de Israel de paralizar durante unos meses la construcción de nuevas viviendas en los asentamientos para que todos vean una nueva oportunidad.

Suecia, históricamente crítico con el Gobierno israelí, quiso dar un golpe en la mesa de Benjamín Netanyahu. Llegó a proponer a los demás Gobiernos la idea de potenciar Jerusalén Este como capital palestina con actos de trascendencia política, como celebrar allí las fiestas nacionales de los Veintisiete y el Día de Europa, negarse a recibir compañía de funcionarios israelíes o boicotear las infraestructuras turísticas de colonos en esa parte de la ciudad.

Varias capitales sacaron tarjeta roja a Carl Bildt, ministro de Exteriores sueco, entre ellas Berlín. El jefe de la diplomacia germana, Guido Westerwelle, reconoció que tal oposición era "coherente con la relación especial que tienen Alemania e Israel".

En consecuencia, como señaló un comunicado del Ministerio israelí de Exteriores, "se impuso la voz de los Estados de la UE responsables y razonables" y los Veintisiete volvieron a reclamar "la reanudación del proceso de paz que lleve, en un plazo de tiempo acordado, a la solución de los dos Estados". Rebajaron las pretensiones suecas a simplemente recordar que la Unión "nunca ha reconocido la anexión de Jerusalén Oriental" y, como gran golpe de autoridad, subrayaron que "para que haya una auténtica paz hay que buscar (...) el camino para resolver el estatuto de Jerusalén como futura capital de dos Estados". Los Veintisiete mantienen que "no reconocerán ningún cambio en las fronteras anteriores a 1967 que no sea acordado por las partes". En aquel año, Israel conquistó Cisjordania, Jerusalén Este, el Sinaí y los Altos del Golán.

El Consejo insta también a Israel a poner fin a los asentamientos y al "tratamiento discriminatorio" de los palestinos en Jerusalén Este. Miguel Ángel Moratinos calificó el texto como "suficientemente firme" y un buen punto de partida para una venidera "etapa decisiva para el proceso de paz".
El texto de la UE suscitó división de opiniones en los bandos israelí y palestino, informa Juan Miguel Muñoz desde Jerusalén. "Es un importante paso en el camino para que la comunidad internacional asuma una responsabilidad directa para poner fin a la ocupación de tierras palestinas en 1967", dijo el primer ministro palestino, Salam Fayad. Pero el ministro de Información, Mustafá Barghuti, tildó de "decepcionante" la declaración. "Lo que se necesita es presión política sobre Israel similar a la que se aplicó a la Suráfrica del apartheid", dijo.

Israel, por su parte, criticó ciertos aspectos de la resolución y elogió otros. El Ministerio de Exteriores indicó que el texto "no contribuye a reanudar las negociaciones", pero se congratuló porque alude positivamente a la congelación de la construcción en las colonias judías de Cisjordania y por el compromiso de Bruselas con la seguridad de Israel.