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El uso de civiles palestinos como escudos humanos por las Fuerzas de Ocupación Israelíes

Al Mezan Center for Human Rights

El informe del Centro de derechos humanos Al Mezan de Gaza presenta siete estudios de caso del uso de civiles palestinos como escudos humanos por las fuerzas de ocupación israelíes (FOI). Estos estudios de caso, basados en investigaciones de campo y las declaraciones de testigos, demuestran que las FOI continúan usando sistemáticamente civiles palestinos como escudos humanos, en violación del Derecho Humanitario Internacional

Instituto de Estudios Políticos para América Latina y África-IEPALA

Avanzadilla israelí

 Índice:
     Introducción.
     Contexto legal.
     Caso de estudio uno: Niño de quince años usado como escudo humano.
     Caso de estudio dos: Niño de diez años usado como escudo humano y abusado físicamente.
     Caso de estudio tres: Anciano, se le hace correr enfrente de soldados.
     Caso de estudio cuatro: Las FOI fuerzan a un hombre civil a darles instrucciones a los luchadores palestinos.
     Las FOI matan un civil y mutilan a otro mientras los usan como escudos humanos.
     Las FOI golpean y usan a un joven como escudo humano.
     Las FOI usan a un anciano como escudo humano.
     Conclusiones.

Introducción

En este informe de actualización Al Mezan presenta siete estudios de caso del uso de civiles Palestinos como escudos humanos por las Fuerzas de Ocupación Israelí es (FOI). Estos estudios de caso, basados en investigaciones de campo comprensivas y las declaraciones de testigos, demuestran que las FOI continúan usando sistemáticamente civiles Palestinos como escudos humanos, en violación del Derecho Humanitario Internacional (DHI), los tratados internacionales de Derechos Humanos (TIDH) e incluso las leyes domesticas Israelí es. Seis de estos incidentes ocurrieron durante la Operación Plomo Fundido lanzada contra la Franja de Gaza entre el 27 de diciembre de 2008 y el 18 de enero de 2009, y una tuvo lugar anteriormente, en 2008.

Al poner en peligro las vidas de hombres, mujeres y niños civiles usándolos sistemáticamente como escudos humanos, las FOI están cometiendo crímenes equivalentes a crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad de acuerdo con el DHI. Las organizaciones de derechos humanos Palestina s e Israelí es han tomado todas las medidas dentro de su poder para proteger a los civiles Palestinos de esta cruel y mortal practica, ganando en 2005 una batalla legal para asegurar una prohibición en el uso de civiles como escudos humanos bajo la ley Israelí . Las autoridades Israelí es continúan negándose a implementar órdenes de su propio cuerpo judicial más alto, o a adherir a sus obligaciones claras como potencia ocupadora bajo el DHI. Estas prácticas y la cultura de impunidad dentro del Sistema Militar Israelí , obligan a la comunidad internacional y especialmente a las Altas Partes Contratantes de la Cuarta Convención de Ginebra a actuar.

La práctica de usar escudos humanos es una de las muchas violaciones graves perpetradas contra los civiles Palestinos en los territorios ocupados Palestinos (TOP) El estado de Israel continua imponiendo un casi total bloqueo de gaza, llevando a cabo expulsiones y demoliciones de casas en Cisjordania (incluyendo Jerusalén Oriental) y matando civiles a diario. Solo durante la Operación Plomo Fundido, cuando Israel lanzo una ofensiva a gran escala durante 22 días, al menos 1410 Palestinos fueron muertos (incluyendo 324 niños y 109 mujeres) y por lo menos 4004 fueron heridos (incluyendo 860 niños y 448 mujeres.) Miles de casas fueron destruidas como resultado de los ataques aéreos y las demoliciones llevadas a cabo por las FOI así como cientos de instalaciones públicas vitales, incluyendo estaciones de policía, la principal prisión de Gaza y edificios de ministerios civiles.

La primera sección de este reporte brevemente presenta las provisiones legales relevantes relacionadas con el uso de Palestinos como escudos humanos. La segunda sección presenta siete casos de estudio que proveen aun mas evidencia de las sistemáticas y generalizadas violaciones del DIH y los TIDH. En el primer incidente un niño de 15 años fue usado como escudo humano por las FOI y luego detenido en un hueco por cuatro días. El niño ahora sufre de serios problemas de salud mental. En el segundo caso un niño de 10 años fue forzado a llevar a cabo tareas que amenazaban su vida. Cuando fue incapaz de llevar a cabo la tarea fue golpeado por un soldado de las FOI. En el tercer incidente un anciano fue obligado a correr en frente de soldados de las FOI para protegerlos de potenciales ataques en un área que se encontraba bajo ataque poniendo la vida de este hombre en serio peligro. En el cuarto incidente los soldados de las FOI ordenaron un civil a ir a una casa donde luchadores Palestinos se encontraban escondidos para traer sus armas poniendo su vida en grave peligro. La victima ahora sufre de problemas psicológicos. En el quinto incidente las FOI usaron dos hermanos como escudos humanos. Uno de los hermanos fue herido por un arma de fuego y se desangro después de que las FOI dispararon sobre un convoy de rescate de la Media Luna Roja y un vehículo de las Naciones Unidas. El otro hermano fue herido, se le negó asistencia médica y como resultado de esto se le amputaron dos dedos. En un sexto incidente un hombre joven fue usado como escudo humano por las FOI y fue gravemente golpeado. En el séptimo incidente un anciano fue usado como escudo humano por varios días y detenido en Israel antes de ser enviado de vuelta a Gaza. La sección final de este reporte pide a la comunidad internacional que cumpla su obligación legal de tomar acción inmediata y efectiva para proteger a los civiles Palestinos.


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Contexto legal.
Esta sección presenta brevemente las provisiones legales en el DIH y los TIDH; los cuales claramente prohíben el uso de civiles como escudos humanos. Dado el grave riego a la vida que implica, el uso de civiles como escudos humanos es un crimen de guerra y cuando se lleva a cabo sistemáticamente, es un crimen contra la humanidad de acuerdo al DIH. La sección también presenta la posición de la ley Israelí sobre el uso de escudos humanos. Para una discusión más detallada de la posición de los TIDH, el DIH y la ley Israelí sobre el uso de civiles como escudos humanos por favor ver el reporte de Al Mezan: Escondiéndose detrás de los civiles, Julio de 2008 disponible en el siguiente enlace:

http://www.mezan.org/en/details.php?id=8600&ddname=Crimes&id_dept=22&p=center

Tratados Internacionales de Derechos Humanos: Los TIDH aplican a los territorios que caen bajo la jurisdicción del Estado incluyendo territorios ocupados. Israel es parte de varias convenciones sobre derechos humanos incluyendo el Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos (PIDCP). Ya que Israel mantiene control efectivo de los TOP, tiene obligaciones específicas de respetar, proteger y cuando sea necesario cumplir los derechos consagrados en estas convenciones. De la misma manera, la Declaración Universal de Derechos Humanos obliga a Israel a respetar y proteger el derecho a la vida, libertad, seguridad y tratamiento decente y humano de los Palestinos. Estos derechos están afirmados en el PIDCP.


Derecho Internacional Humanitario: Mientras que tanto el DIH y los TIDH acuerdan protección de la vida, bienestar y dignidad de una persona, el DIH aplica en zonas de conflictos armados internacionales y no internacionales, mientras que los TIDH aplican en tiempos de paz como también en tiempos de guerra. El DIH incluye una serie de tratados y costumbres cuyo objetivo es proteger las personas afectadas por conflictos. También protege la propiedad no relacionada directamente con las operaciones militares. Las Convenciones de la Haya (1899 y 1907) sobre las leyes y las costumbres de la guerra terrestre restringen las operaciones militares y la conducta de los beligerantes y las Convenciones de Ginebra y sus Protocolos relevantes codifican las costumbres internacionales que aplican en tiempo de conflictos.

Las reglas de DIH, y particularmente la Cuarta Convención de Ginebra Relativa a la Protección de Civiles en Tiempos de Guerra aplican a los TOP que se encuentran bajo ocupación militar Israelí desde 1967. La comunidad internacional, incluyendo organismos de las Naciones Unidas y dos conferencias de las Altas Partes Contratantes de la Cuarta Convención de Ginebra mantenida en 1999 y 2001, han confirmado repetidamente la aplicación de este cuerpo de ley a los TOP. La Corte Internacional de Justicia también confirmo esta aplicación en su opinión consultiva sobre las consecuencias legales de la construcción de una muralla en los TOP el 9 de julio de 2004.

La Cuarta Convención de Ginebra provee protección para los civiles en tiempos de guerra, incluyendo aquellos que viven en los territorios ocupados y coloca restricciones explicitas sobre el uso de la fuerza. La Cuarta Convención de Ginebra también prohíbe explícitamente la toma de personas que no están directamente involucradas en las hostilidades como rehenes en todo momento. Esta prohibición incluye combatientes que han rendido sus armas y aquellos que son incapaces de luchar debido a enfermedad, herida, detención o cualquier otra causa. Aun si esta práctica es ordenada por oficiales del gobierno o mantenida en las cortes, el uso de escudos humanos es una práctica ilegal bajo el derecho internacional. En adición el artículo 8 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional lista la toma de rehenes y el dirigir ataque contra civiles como crímenes de guerra.

Ley Israelí: Siguiendo una batalla de tres años de las organizaciones de derechos humanos Palestinas e Israelíes en la Corte Suprema Israelí finalmente prohibió el uso de civiles Palestinos como escudos humanos el 6 de octubre de 2005.

La batalla legal comenzó en mayo de 2002 cuando siete organizaciones de derechos humanos presentaron una petición buscando la prohibición de esta práctica. En respuesta la FOI informo a la corte que cesaría parcialmente el uso de civiles para tareas militares con una excepción: “el procedimiento del vecino”. Bajo este procedimiento se les pide a civiles que golpeen en la puerta de un vecino usualmente de noche y pasar ordenes de los soldados; usualmente una orden para que una persona se rinda. Unos meses después, en agosto de 2002, un joven palestino fue matado mientras seguía las órdenes de los soldados bajo este procedimiento. En el mismo mes, las organizaciones de derechos humanos presentaron una nueva petición y la corte emitió una restricción temporal prohibiendo el uso de este procedimiento. Sin embargo, evidencia en el campo demuestra que las FOI continuaron usándolo sistemáticamente bajo la cobertura de una nueva terminología, “procedimiento de advertencia previa”. En enero de 2003 la corte redujo el alcance de su restricción excluyendo los casos en que los civiles Palestinos consienten en dar asistencia a los soldados y al hacerlo su vida no es puesta en peligro. Como Amnistía internacional apunto en el 2005.

“en la práctica… los Palestinos en los territorios ocupados a los que soldados Israelíes les ordena o les piden que lleven a cabo ciertas tareas en apoyo a sus operaciones militares no se encuentran en una posición en la que libremente puedan dar su consentimiento informado por miedo de que cualquier negación resulte en castigo u otras represalias”.

Le tomo a la corte hasta el 6 de octubre de 2005 para fallar que el uso de escudos humanos incluyendo el así llamado procedimiento de advertencia previa son ilegales bajo el derecho internacional aplicable. La respuesta del establishment militar a este fallo fue revelar la naturaleza sistemática de la política de escudos humanos. Por años Israel alego que este tipo de práctica era llevada a cabo por soldados individuales y que no expresaba o representaba una política oficial. A pesar de esto, las fuerzas armadas Israelíes anunciaron que suspenderían el uso de Palestinos como escudos humanos siguiendo el fallo de 2005 y el entonces ministro de defensa de Israel, Shaul Mofaz, demando que la corte revisara el fallo y anunció que aparecería frente a la corte para intentar revocar el fallo.

Como los casos de estudio de este reporte demuestran la FOI ha desobedecido abiertamente este fallo legal de su propia Corte Suprema, como así también sus claras obligaciones bajo el DIH y continúa usando hombre mujeres y, más perturbadoramente, niños como escudos humanos.


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Caso de estudio uno: Niño de quince años usado como escudo humano.
En este caso de estudio, un niño de quince años fue usado como escudo humano por las FOI y después fue detenido en un hueco en el suelo con alrededor de otras cien personas por cuatro días. El niño sufre ahora de serias dificultades mentales y se niega a hablar con extraños. El investigador de Al Mezan fue capaz de tomar su declaración solo después de que sus padres lo persuadieron de que cuente su historia a lo largo de varias horas. Lo siguiente son extractos de su declaración.

Declaración Uno: Ala Mohammed Ali Al-Attar, 15 años, varón

Durante la Operación Plomo Fundido podía escuchar muchas explosiones en el área donde vivo. Durante este tiempo me quede en casa con mis hermanos: Naafith de 17 años de edad; Ali, de 16 años de edad y Fadi mi gemelo de 15 años de edad. Estaba realmente asustado por los sonidos de las explosiones. Estábamos reunidos todos juntos en el living donde me estaba refugiando en los brazos de mi madre y padre temblando de miedo. Mi padre decidió irse de la casa porque había riesgo en el área e ir a la casa de mi tío Sameer porque estábamos muy asustados. Los soldados Israelíes se negaron a dejarnos ir. Seguían disparando a la casa así que nos seguimos moviendo de una habitación a otra por las balas. No era seguro. Estábamos tirados uno encima del otro dentro de las habitaciones y el baño. Estaba realmente asustado. Mi madre nos dijo digan la shehada (una oración) yo le dije: “No quiero morir, no quiero morir.”

Estos momentos aterradores continuaron por una hora. Un poco después escuché que ella le decía a los soldados: “Tenemos niños y ancianos aquí con nosotros y nos queremos ir de la casa.” Escuche un soldado decirle a ella en ingles: “No” después escuche varios disparos. Estaba tirado en el suelo refugiándome con mi madre. Uno minutos más tarde escuche la voz de un hombre llamando a mi tío Sameer. Mi tío le replico diciéndole: “Vengan abajo” así que todos fuimos abajo. Tan pronto como abrimos la puerta vi una gran cantidad de soldados. Uno de ellos estaba apuntando su arma hacia mí. El dijo palabras que no entendí. Después vi a mi tío y mis hermanos alineados contra la pared vi al soldado señalándome que me pare junto a ellos así que lo hice. Antes de ir hacia la pared el me empujo contra ella. Mi hermano Ali estaba parado a mi costado y a mi izquierda estaba mi primo Hussein. Vi a otro soldado levantar sus brazos. Entendí que quería que levante mis manos así que lo hice. Otro soldado vino y me reviso de arriba hacia abajo. Busco en mi área genital. Después saco la chaqueta que estaba usando. Me ato las manos a las de la gente que estaba al lado mío. Así que ato mi mano izquierda a la mano derecha de mi primo Hussein y mi mano derecha a la mano izquierda de mi hermano Ali y así. Hicieron lo mismo con mi hermano Ali.

Un montón de vecinos y parientes habían sido detenidos por las FOI antes de que llegáramos. Me paré junto a la pared. Unos pocos minutos después vino uno de los soldados y me pateó. Me dolió cuando me pateó. Cerca de dos horas más tarde nos ordenaron caminar. Empujaron a la persona al frente de la cadena humana hacia el sur así que todos caminamos lado a lado. Después de diez metros nos hicieron ir a la casa de Khalil Al-Attar que esta en el cruce Al-Atatara en el lado opuesto de la pared de la fuente de agua. Una vez adentro el soldado me pregunto cuál era mi nombre y lo vi escribirlo en un pedazo de papel que tenia. Hizo lo mismo con la gente que se encontraba delante y detrás de mí Después nos hizo ir a todos como una cadena a una de las habitaciones. Nos quedamos en esta habitación hasta el atardecer. Al principio hablaba con la persona que estaba al lado mío. Después el soldado vino y nos vendo con un pedazo de tela. Sentí que se había puesto oscuro en el área. Escuche al soldado hablar en un idioma que no entendí.

Después tiró de la persona sentada detrás de mí así que se paró. Después el (la persona detrás de mi) caminó y yo también camine. Fuimos fuera de la casa. Afuera nos sacaron la venda de los ojos. Después me encontré a mi mismo con el resto de la gente sentado en un área baja localizada en el oeste de la intersección de Al Atatara cerca de la fuente de agua. Después escuche el sonido de una gran explosión en el área. Después de diez minutos nos llevaron de vuelta a la misma casa y tan pronto como entramos en la casa me vendaron. Después de una hora nos llevaron fuera de la casa. Estaba vendado. Fuimos a la granja. Lo sabía porque las ramas de los arboles me golpeaban y después la venda se cayó de mis ojos. Entonces supe que estábamos en la granja de la familia Hamada, que conozco bien.

Nos hicieron sentarnos en el suelo hasta el amanecer del otro día. Después nos llevaron fuera del campo. Tan pronto como uno de los soldados vio que mis ojos no estaban vendados vino hacia mí, rompió mi chaleco, hizo una venda con él y me vendo. Caminamos alrededor de 200 metros. Después paramos. Nos alinearon cerca de una pared. Después me revisaron. Después ellos nos llevaron, sin saber que tenía a mí alrededor, hacia una zona baja. Después nos hicieron sentarnos en el suelo. Ahí desataron mis manos de la de Hussein y la de Ali. Ataron mis manos frente a mi panza. Después me revisaron una tercera vez y me hicieron sentar en el suelo. Después nos hicieron sentar, mi tío saco mi venda siguiendo órdenes de los soldados. Después ellos tomaron mi venda, vi alrededor seis mujeres con dos niños alrededor mío, sentados en una esquina lejos de los hombres. Después estaba yo Ali, Hussein y Khalil Al-Attar; éramos todos niños. Ellos ataron nuestras manos en frente de nuestras panzas y no como una cadena como antes. Me di cuenta que era la zona baja. Era un agujero hecho por las fuerzas Israelí es en la tierra de Al-Aklouk al sur de la escuela estadounidense.

Pasamos toda la noche en este agujero. No podía dormir. El clima era realmente frio y no estaba usando mucha ropa. Nos quedamos en este agujero por cuatro días. En este tiempo podía ver vehículos acorzados Israelíes moviéndose alrededor nuestro en todas partes. Podía escuchar el sonido de disparos y explosiones cerca del lugar donde estábamos. Los soldados nos dieron una comida cada tarde. La primera comida era un sándwich de carne. Al tercer día que estuve en el hueco vi a un soldado haciendo una cerca de alambre alrededor del hueco. Vi a los soldados traer un montón de gente al hueco hasta que la cantidad llego a alrededor de un centenar. En la mañana del cuarto día que estábamos en el hueco, un soldado Israelí vino y me desato a mí, a mi hermano Ali, a mi primo Hussein y a Khalil. Nos dijo que nosotros y las mujeres teníamos que ir a Jabalia.


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Caso de estudio dos: Niño de diez años usado como escudo humano y abusado físicamente.

En este incidente, varias familias refugiadas del bombardeo en el sótano de su bloque de departamentos fueron detenidas por las FOI. Un niño de diez años fue forzado a abrir bolsas pertenecientes a las familias y cuando fue incapaz de abrir una de ellas un soldado lo golpeo, haciéndolo orinarse de miedo. A continuación están extractos de la declaración de la madre del niño de diez años.

Declaración dos: Afaaf Mohammed Rabah, 47 años de edad, mujer.

Mi nombre es Afaaf Mohammed Rabah y tengo 47 años de edad. Vivo en Tel Al-Hawa en el sexto piso de la torre Al Azhar. Tengo un hijo y dos hijas. Mi hijo se llama Majed y tiene diez años de edad. Dalia es la hermana melliza de Majed y tiene diez años de edad y Nisma tiene ocho años de edad. Ellos tienen otros seis hermanos de su padre y otra madre. Ninguno de ellos está en Gaza excepto el esposo de mi hijo Nimer Rouhi Rabah. Está casado con dos hijos.

El 27 de diciembre de 2008, Nimer, su esposa y sus dos hijos vinieron a quedarse con nosotros en el departamento. Ellos tienen su propio apartamento pero vinieron a quedarse con nosotros debido al bombardeo Israelí. Nos quedamos así por alrededor de dos semanas debido a las operaciones Israelíes y el sonido de bombardeo continuo. El 14 de enero de 2009 después de las ocho en la tarde escuchamos un importante aumento en el sonido de las explosiones; se estaban acercando a nuestra área gradualmente. Alrededor de las nueve de la tarde del mismo día, mi hijastro Nimer sugirió que nos vayamos al sótano del edificio para refugiarnos allí ya que nuestro departamento está en el sexto puso, y podría haber sido alcanzado por un proyectil de artillería o un misil.

Cuando llegamos al sótano encontramos que otras familias ya estaban allí. Los hombres se encontraban sentados en un área y las mujeres en el área opuesta. No había electricidad. Nos quedamos sentados y el sonido de las explosiones se iba haciendo más fuerte y más intenso hasta que el vidrio del sótano se cayó y se rompió en la cabeza de mi hija Dalia hiriéndola levemente. Alrededor de las cinco treinta de la mañana siguiente, el quince de enero de 2009 escuchamos el sonido de un fuerte tiroteo. Era claro que estaban disparando cerca de nosotros y luego escuchamos ruido de destrucción. Después, uno de los hombres en el sótano dijo que las mujeres enfrente de ellos deberían ir detrás de ellos ya que los soldados Israelíes estaban luchando directamente sobre nosotros. Había exactamente treinta y siete de nosotros en el sótano. Lo sé porque toda la noche había estado contando el número de gente en el sótano como una forma de entretenimiento.

De repente, alrededor de veinte soldados armados llevando ametralladoras con luces rojas vinieron al sótano. Estaban llevando cascos. Los soldados vinieron hacia nosotros y dijeron vengan hacia nosotros uno por uno. El primer hombre que fue allí, era Nimer, mi hijastro. Después uno de los soldados disparo sobre su cabeza y debajo de sus pies. Después ato sus manos detrás de su espalda y lo llevo fuera del sótano. Mi hijo Majed, que tiene diez años de edad se quedo conmigo. Cuando los soldados terminaron de llevarse a los hombres uno de ellos vio a mi hijo Majed y le señalo que fuera hacia él. Mi hijo no fue, así que el soldado vino y lo agarro por el hombro izquierdo y lo llevo afuera. Después los soldados nos dijeron que les diéramos nuestras carteras y nuestros celulares. Se las dimos a los soldados y se las llevaron fuera del sótano. Después nosotras (las mujeres) escuchamos el sonido de disparos fuera del sótano. En ese momento, pensé que habían disparado a mi hijo Majed. Incluso mi hija Nisma agarro mi mano y me dijo: “Lo han matado Mama, lo han matado”. Después de diez minutos mi hijo Majed vino de vuelta al sótano. Vino a mí y dijo: “Mama, el soldado me dijo que abriera la cartera así que la abrí. Después el soldado me dijo que abriera una segunda cartera pero no sabía cómo abrirla así que me agarro y me abofeteo, después me empujo lejos de la cartera y le disparo. Mama, me orine encima porque estaba tan asustado” Yo le dije: “No te preocupes, hijo mío, no te preocupes.”

Después, enfrente nuestro, algunos de los soldados dispararon a los colchones y sabanas que estábamos usando. Después uno de los soldados dijo en ingles: “quien sabe hablar inglés” la esposa de Nimer respondió que sabía hablar inglés y uno de los soldados le dijo a ella: “¿Que es esto?” y apunto con su mano a un pequeño montículo de arena que habían hecho los niños en el sótano. Ella le dijo que los niños habían estado jugando allí y que habían hecho un montículo. El soldado le dijo que desarmara el montículo. Ella le dijo: “No puedo soy una mujer.” Después el soldado le disparo al montículo. El soldado después nos dijo que nos tapáramos los oídos porque iba a haber mucho ruido de artillería. Después hubo ruido de proyectiles de artillería y una explosión muy fuerte. Después los soldados se repartieron comida y dulces y empezaron a comer. La esposa de Nimer, May, les dijo en ingles: “hay niños aquí que no han comido nada y tienen hambre” El soldado le dijo que fuera paciente.

Los niños fueron por turnos al baño después de obtener permiso de los soldados. Los niños iban por si mismos sin ser acompañados por sus padres. Nos quedamos así hasta las tres treinta en la tarde del mismo día. Después los soldados le dijeron a la esposa de Nimer: “Diles que vayan todos afuera llevando banderas blancas y vayan al hospital Al Quds. Esto fue después de haber demandado las llaves de nuestro departamento y de haberlas tomado. Me saque mi pañuelo blanco ya que no había material blanco con nosotros. Se lo di a May, la esposa de Nimer, y me puse otro pañuelo negro. Nos fuimos fuera del sótano y después May, la mujer de Nimer, les dijo: “queremos ir al hospital Al Qud desde el medio de las torres.” El soldado le dijo que teníamos que tomar la calle principal que está cerca de las oficinas de seguridad preventiva. Después llevamos el pañuelo blanco y caminamos hacia el hospital Al Quds. En el camino vimos la destrucción y que había algunos fuegos pequeños dispersos en el camino.

Cuando llegamos al hospital Al Quds, la administración del hospital nos puso en una de las salas del hospital. Mientras estábamos sentados, otra gente llego al hospital de otras áreas. Nos quedamos allí hasta las ocho treinta en la tarde del mismo día hasta que alguna gente dentro del hospital empezó a gritar que el hospital seria destruido. Junte a mis niños y empezamos a correr en las calles hacia la Universidad de Al Azhar. Escuchamos gran cantidad de disparos pero no estábamos seguros de donde venían. Después de correr un rato paramos y nos fuimos de vuelta porque no sabíamos adonde ir o donde estaban los soldados. Cuando fuimos corriendo de vuelta escuche la voz de May, la esposa de Nimer, llamándome. Ella estaba sentada en una ambulancia así que yo y mis niños fuimos hacia ella, entramos y fuimos al edificio de la Cruz Roja en Tel Al Hawa. Después estuvimos viviendo con parientes en el área del puerto y nos quedamos allí por tres días. Fuimos de vuelta a las torres la mañana del lunes diez y nueve de enero de dos mil nueve y fuimos al sexto piso a nuestro departamento. Encontramos nuestro departamento abierto y que los soldados habían disparado adentro del departamento a la computadora, las tazas, cortinas y paredes así que no nos pudimos quedar en el departamento. Así que fuimos a quedarnos en el departamento de Nimer cerca de la plaza Al-Khour hasta que pudiéramos reparar nuestro departamento

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Caso de estudio tres: Anciano, se le hace correr enfrente de soldados.

En este incidente, a un anciano se lo forzó a correr enfrente a soldados de las FOI para protegerlos de potenciales ataques en un área que estaba siendo atacada, colocando la vida el hombre en serio peligro. El hombre es entonces forzado a ir a la casa de sus hijos, uno por uno y decirles que abandonen sus hogares. A continuación algunos extractos de su declaración.

Declaración tres. Obrahim `Aayish Hamdan Al`amour, Sesenta y dos años de edad, Varón.

Alrededor de las dos de la mañana del viernes veintitrés de mayo de dos mil ocho me desperté al sonido de un tiroteo intenso. Sentí movimiento de tanques cerca de mi casa y sentí que las FOI habían invadido el área. Mi casa se encuentra a dos mil metros de la cerca de separación. Las FOI nos han invadido varias veces antes. Reuní a mis hijos, mi esposa y mis nietos (Ibrahim Aatif Al-Amour, tres años de edad y Saly Aatif Al-Amour, seis años de edad) a una habitación que da al oeste de la casa ya que pensé que sería más seguro. Mi familia y yo nos quedamos en esa habitación por dos horas aproximadamente. Durante este tiempo podía escuchar el movimiento de vehículos militares Israelí es invadiendo y los bulldozers en el área y podía oír sonidos de tiroteos intensos. Alrededor de las cuatro de la mañana escuche a alguien llamar de manera fuerte a la puerta y el sonido de una radio.

Le pedí a mi esposa que vaya a la puerta y la bra mientras escuchaba a soldados hablando en hebreo. Uno de ellos estaba hablando en árabe. Lo escuche decir a mi esposa: “Donde está su esposo.” Así que fui hacia él y vi unos treinta soldados fuertemente armados llevando rifles. Ellos tenían perros policía con ellos afuera de la puerta de la casa. Así que les dije a mis hijos, mis nietos y mi esposa que salieran de la casa. Uno de los soldados ato mis manos detrás de mí con una atadura plástica. Ellos hicieron que yo y mi familia nos paráramos a unos cinco metros de la casa. Después algunos de ellos fueron a la casa.

Durante este tiempo uno de los soldados me pregunto en hebreo acerca de la casa de mi hijo, Manra. Le dije (hablo bien el hebreo) que la casa de Manar se encuentra a unos doscientos metros al sur de mi casa separada de mi casa por tierra de granja. Uno de los soldados puso su rifle en mi hombro desde atrás (fijo su arma en mi hombro) y me ordeno que camine hacia la casa de mi hijo Manar. El estaba caminando detrás de mí empujándome, y había alrededor de otros diez soldados con él. Tenían un perro policía con ellos. A mitad de camino, escuche el sonido de disparos desde el oeste hacia el este. Podía escuchar el silbido de las municiones de artillería que caían alrededor nuestro haciendo luces y fuego. En ese momento los soldados se tiraron al suelo y me hicieron tirarme. Uno de los soldados me dijo en Hebreo: “estos son misiles de Hamas; ve que está haciendo Hamas”. Vi que los soldados disparaban intensivamente alrededor mío hacia la fuente del fuego y de la artillería. Duró alrededor de diez minutos.

Después, me hicieron parar y correr en frente de ellos. Uno de ellos tenía su rifle en mis hombros desde atrás y me empujaba a correr hacia adelante. Cuando llegamos a la casa de mi hijo Manar me ordenaron que lo llame. Manar, que tiene cuarenta años de edad, salió. Le hicieron sacar a los ocho miembros de su familia de la casa. Podía escuchar sus niños gritando de miedo. Después vi a uno de los soldados atar las manos de mi hijo Manar detrás de su espalda con una atadura plástica. Una cantidad de soldados irrumpió en su casa, después salieron de la casa e hicieron que todos nosotros, yo, Manar y su familia, caminaramos hacia la casa de mi hijo Marwan, alrededor de 200 metros de la cada de Manar. Sus casas están separadas por tierra de cultivo. Caminamos al frente y los soldados caminaban detrás de nosotros. Estaban apuntando sus armas hacia nosotros. Cuando llegamos a la casa de Marwan los soldados me ordenaron que lo llamara. Así que mi hijo Marwan, que tiene treinta y ocho años de edad, salió. Después le ordenaron sacar a su familia de seis miembros de la casa. Uno de los soldados ato sus manos detrás de su espalda. Nos ordenaron a todos que nos sentemos en el suelo al lado de la casa de Marwan mientras algunos de ellos se llevaron a Manar a otro lugar.

Nos quedamos sentados en el suelo y había un número de soldados alrededor nuestro. Después de veinte minutos los soldados vinieron de vuelta con Manar, trayendo con ellos mi nieto, Hasan Mohammed Al-`Amour de treinta seis años de edad. Sus manos estaban atadas. Después dejaron a las mujeres y a los niños en el suelo y nos ordenaron a nosotros (los hombres) pararnos. Nos llevaron con ellos, con nuestras manos atadas, a la casa de Manar por una segunda vez. Los soldados entraron, nosotros con ellos, a la casa y nos forzaron a sentarnos en el living. Vi a una cantidad de soldados tirados en el suelo y a otros parados junto a las ventanas de la casa. Esto continuó así por alrededor de tres horas durante el cual podía escuchar un fuerte tiroteo todo el tiempo, y podía escuchar el sonido de vehículos acorazados y bulldozers en el área. Después los vi traer a algunos de mis parientes y detenerlos con nosotros en la misma casa. Después las FOI arrestaron a Muneer, Munthar, Mohammed Hamdan Al Amour, Mohamed Aabed Al ‘Amour y ‘Atiya Al ‘Amour. Después se retiraron del área hacia la frontera. Cuando sali de la casa vi destrucción masiva en las tierras de cultivo y las casas. Hasta habían desarraigado los arboles y destruido partes de las casas en el área. Alrededor de las seis de la tarde del mismo día liberaron a todos los miembros de mi familia. Me entere que las FOI los había detenido por unas de horas en una instalación militar cerca de la frontera

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Caso de estudio cuatro: Las FOI fuerzan a un hombre civil a darles instrucciones a los luchadores palestinos.

En ese incidente soldados de las FOI le ordenaron a un hombre civil a ir a una casa donde luchadores Palestinos se estaban escondiendo para traer sus armas, poniendo de este modo su vida en grave peligro. La víctima sufre ahora de problemas psicológicos.

Declaración cuatro: Majdi al-Abed Ahmed Abed Rabbo, cuarenta años de edad, varón

Alrededor de las nueve treinta de la mañana del lunes cinco de enero de 2009 estaba en mi casa cuando escuche un ruido fuerte en la puerta. Pregunte: “Quien es” y escuche a alguien decir: “Abra la puerta” fuerte y en Árabe entrecortado. Llegue a la puerta y la abrí. Me sorprendió ver un soldado de las FOI escondiéndose detrás de un hombre de unos veinte años de edad y apuntando su arma hacia mí. Me dijo en árabe: “Sácate tus pantalones”. Me saque los pantalones. Después apunto a mi ropa interior, entonces me saque eso también. La mitad inferior de mi cuerpo estaba completamente desnuda ahora. Después apunto a la ropa de mi mitad superior así que me saque eso también. Después me dijo: “Ponte tus ropas” así que lo hice. 15-20 soldados Israelí es entraron entonces al patio de mi casa llevando sus ropas normales color Kaki y maquillaje negro en sus caras.

Después uno de los soldados agarro mi cuello por detrás y puso su arma en la parte de atrás de mi cabeza. Otros dos soldados se escondieron detrás de mi uno en la izquierda y otro en la derecha. Los tres de ellos estaban apretadamente agrupados; uno de ellos agarrando fuertemente mi cuello. Entonces ellos me dijeron que los lleve al techo, donde revisaron las jaulas de las palomas que tengo en dos habitaciones allí. Parados en una de las esquinas del techo un soldado me pregunto: “De quién es esa casa” y apunto a la casa adyacente al sur. Le dije: “Esa casa pertenece a mi primo Hatem Abed Rabbo.” La casa de Hatem Abed Rabbo está conectada a mi casa por un techo compartido. No hay espacio entre las dos casas; solo la pared. Me pregunto acerca del propietario de la casa. Le dije: “Ha estado en Sudan por cuatro años y la casa está cerrada”. El dijo: “Estás seguro” yo le dije: “Si”

Después de eso uno de los soldados trajo una herramienta de demolición y dijo: “Cava un agujero aquí.” Apunto a la pared de tres metros de alto que separa mi casa de la de Hatem Abed Rabbo. Empecé a hacer un agujero en la pared. Después tres soldados fueron a través del agujero a la casa de Haem. El soldado de habla Árabe me dijo: “Entre” y se movió en dirección al agujero. Entré a través del agujero a la casa de Hatem. Allí, me paró en la esquina oriental y apuntaron sus armas hacia mí. Más soldados vinieron a través del agujero en el techo hasta que había alrededor de 16 soldados en la casa de Hatem. El soldado traductor me dijo entonces: “Párate, párate” y me agarro violentamente. Me paré con él y entré con ellos a través del agujero de vuelta a mi techo, y todos fueron como un grupo bajando las escaleras. Esto sucedió rápidamente, en medio de los gritos de los soldados. Todo el grupo estaba corriendo. Yo no sabía exactamente que estaba sucediendo. El hombre joven que estaba con ellos desde el comienzo descendió con nosotros. Los soldados me llevaron afuera. Me encontré en un camino lodoso, que separa mi casa y la Mezquita Salah Ad-Din. Uno de los soldados me sostenía haciéndome correr con él. Otro soldado estaba trayendo al hombre joven con el de la misma manera, y ese hombre joven tenía sus manos atadas. Me empujaron a la mezquita a través de la puerta principal al norte en la calle Abed Rabbo. Ataron mis manos en frente de mi panza y ataron mis piernas y me sentaron en la esquina sur de la mezquita enfrente de la entrada. Entramos a la casa adyacente a la mezquita hacia el oeste, que pertenece a la familia Mazanen. Nos llevaron fuera de la casa y nos llevaron hacia otra casa al lado, hacia el sur. Cerca de la casa de Al Katari me sentaron a mí y al otro hombre debajo de un árbol con sombra.

Quince minutos pasaron y después el mismo soldado vino y me llevo a la planta baja de la casa Al-Katari, donde había dos habitaciones y baños. Treinta minutos pasaron y escuche el sonido de explosiones y un tiroteo pesado cerca. Continuó por alrededor de quince minutos. Después de eso los soldados vinieron y me llevaron solo y caminamos fuera de la casa Al-Katari, donde vi muchos soldados. Me llevaron a la casa de mi vecino Jemah Abed Rabbo adyacente a la casa de Hatem Abed Rabbo. Es una casa grande, trescientos metros cuadrados. Su entrada es profunda y en ella estaba un oficial Israelí con un rango de tres rayas en el hombro. Alrededor de él, una cantidad de soldados estaban parados juntos en la misma entrada exterior escondidos contra las paredes. Una vez llegados allí el soldado que hablaba árabe dijo unas pocas palabra a ellos, después me dijo a mi: “Dentro de esta casa” y apunto a la casa de Hatem: “Había hombres armados y los matamos, ve a sacarles sus ropas y traer sus armas y vuelve”.

Me negué. Le pedí que me dejaran volver a mi familia. Le dije a él: “Esto (entrar en esa casa” significa la muerte y no quiero morir.” El hablo en hebreo con el oficial, que era muy alto, con piel marrón claro y pelo claro. El oficial camino hacia mí y hablo en un árabe muy rudimentario. Me dijo: “Estas aquí para hacer lo que nosotros te ordenamos” Me tomo por el hombro y me empujo en dirección de la casa de Hatem y me pateo con su pie en mi trasero y me dijo: “Ve”.

Camine por doscientos metros a la casa, donde vi que la casa tenia agujeros de una bomba dentro de ella. Las puertas del baúl de almacenamiento de abajo también habían sido destruidas. Fui adentro. Dentro, la escalera también había sido destruida. No podía caminar en ella. Camine de vuelta a los soldados y le dije al soldado traductor acerca de la destrucción y dije que no podía entrar en la casa. El hablo con el oficial y me dijo: “Entra en la casa a través del agujero que hicimos en tu casa. Ve”.

Fui solo esperando encontrar a mi familia en la casa. Entre en el patio pero no encontré a nadie. Esperaba lo peor. Cuando llegue a la entrada del departamento vi tres hombres armados parados allí con placas que decían Brigadas Al Qassam. Parecían gozar de buena salud. Solo estaban sosteniendo los rifles. Les dije lo que me había pasado a mí y lo que las fuerzas de ocupación me habían obligado a hacer. Eran las seis de la tarde. Uno de ellos me dijo: “Vimos todo” después me dijo: “Ve de vuelta ahora y diles lo que viste”.

Fui de vuelta a mi casa y después de vuelta abajo y afuera. Fui hacia el oficial. Antes de que pudiera llegar allí, las fuerzas de ocupación me detuvieron a punta de pistola y me ordenaron que me sacara todas mis ropas y las levantara una por una. Después me puse mi ropa interior. El oficial me llamo antes de que pudiera terminar de ponerme mis ropas. Fui hacia él con mis ropas en mis manos. El pregunto qué me había pasado a mí, y yo le dije que había tres hombres armados en la casa, todavía vivos, y el oficial traductor me pregunto qué clase de armas tenían y yo les dije lo que había visto. Después hablaron juntos en hebreo. El soldado me dijo entonces: “El oficial dice que está loco y que si le estas mintiendo jura por su madre que te disparará.”

Yo le dije: “Solo te dije lo que vi.” Me ordenaron que me pusiera mis ropas y después ataron mis manos y me llevaron a la casa Al-Katari por una segunda vez y me senté en la planta baja yo solo. Un corto tiempo después, escuche el ruido de un tiroteo fuerte cerca. Veinte minutos pasaron y el tiroteo se detuvo, los soldados vinieron y me llevaron de vuelta al oficial, y el mismo soldado me dijo: “Los hemos matado ahora. Ve a buscarlos” Me negué. Les dije que me habían dicho que si regresaba me matarían, y él me grito: “Los matamos.”

Me empujaron hacia la casa y dijeron: “Continua”. Fui a través de mi casa a través e mismo agujero, entre en la casa y empecé a bajar las escaleras. Llame antes de entrar en el departamento y nadie respondió, igual que la vez anterior. Después mi mirada cayó sobre tres jóvenes. Uno estaba seriamente herido y sangrando; los otros estaban vivos. Me quedé en el departamento otros diez minutos, después fui de vuelta hacia el oficial y los soldados. Antes de llegar, me hicieron sacar las ropas como había hecho la vez anterior. Después de vestirme les dije lo que había visto.

Después escuche el sonido de un tiroteo fuerte. Oscureció. Unos minutos después escuche el sonido de un helicóptero sobrevolándonos. Después escuche el sonido de una explosión muy fuerte y sentí el suelo agitarse. Unos minutos más tarde el soldado vino y me desató las manos y me llevo afuera, donde ya era oscuro. El soldado me dijo: “Ve y asegúrate que estén muertos, bombardeamos la casa de nuevo con aviones.” Le dije: “Es difícil para mí ir allí, no puedo” el me dijo: “Soluciónalo, ve.” Lo dijo violentamente y me empujo fuerte. Fui a mi casa y a traves del agujero como la vez anterior. Mientras descendía a la casa de Hatem la casa estaba iluminada por los soldados de la mezquita y las casas vecinas. Con dificultad entré al departamento. Dentro vi a los tres hombres todavía vivos pero debajo de los escombros.

Majdi al-Abed Ahmed Abed Rabbo eventualmente ubico su familia e hijos después de que fue liberado por las FOI. Su casa fue totalmente destruida por los bulldozers de las FOI y continúa extremadamente afligido

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Las FOI matan un civil y mutilan a otro mientras los usan como escudos humanos.

En este incidente las FOI usaron dos hermanos como escudos humanos. Un hermano resulto herido de arma de fuego y se desangro después de que las FOI le dispararon al convoy de rescate incluyendo una ambulancia de la media luna rija y un vehículo de las Naciones Unidas. El otro hermano fue herido, se le negó asistencia media y perdió dos dedos como resultado. A continuación esta la declaración del hermano que sobrevivió.

Declaración cinco: Munir Rasheed Mohammed Mohammed, 41 años de edad, varón

Vivo en una casa de cuatro pisos enfrente de la Mezquita de Salah Ad-Dom en Ezbet Abed-Rabbo, al este de Jabalia. Vivo allí con mi hermano y mi padre. Quince personas viven en la casa. Trabajo como mecánico especial. Mi hermano es asistente del Director del departamento de mantenimiento de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA). Mientras estaba en mi casa como es normal escuche vehículos haciendo mucho ruido. Como estoy acostumbrado a estos incidentes me di cuenta que eran vehículos Israelíes yendo hacia Ezbet Abed-Rabbo que es donde vivo. Esto era alrededor de las cinco de la tarde del sábado tres de enero de 2009. Escuche el ruido aproximarse al lugar donde esta nuestra casa. Los vehículos desplegados al norte de la casa (en el área Jabal Al-Kasshif), al este de la casa (desde Al-Ezbah) y al sur de la casa (del área de Al-Qirim) Después escuche el sonido de varias explosiones pesadas y livianas, en la distancia y más cerca.

My hermano Sameer, que tiene cuarenta y cinco años de edad, y yo decidimos reunir a nuestras familias en el segundo piso de la casa en el departamento que da hacia el norte. Nos quedamos así por dos días con el ruido, el movimiento y las explosiones todo alrededor nuestro. Los niños, las mujeres e incluso nosotros los hombres estábamos viviendo en un estado de gran miedo y terror. El lunes cinco de enero de 2009 alrededor de las cuatro treinta en la tarde escuche lo que sonaba como una demolición en la planta baja de nuestra casa. Estaba asustado como para salir de la casa para ver qué pasaba. Esperaba que hubiera soldados Israelíes allí. Esto continuo por alrededor de una hora durante la cual podía escuchar gente hablando en hebreo. Después de eso escuche lo que sonaba como disparos viniendo de la puerta de mi departamento. Mi hermano y yo nos levantamos y fuimos hacia la puerta. Vimos a una cantidad de soldados Israelí es usando uniformes kaki desplegados en la escalera de la casa. Había alrededor de veinte de ellos. Ellos vinieron rápidamente y los vi apuntando sus rifles hacia mí y los otros residentes de la casa. Algunos de ellos tenían pintura en sus caras.

Uno de ellos me hablo en un árabe correcto diciendo: “Las mujeres y los niños vayan a uno de los cuartos” mientras hablaban conmigo y mi hermano. Me preguntaron cuál era mi nombre, después le preguntaron a mi hermano y él le dijo que trabaja en la UNRWA y les dio su tarjeta de identificación y su tarjeta de presentación de la UNRWA. Después se la devolvieron. Nos llevaron al departamento que da al sur en el segundo piso. Esta es la casa de mi hermano Saleh (cincuenta y tres años de edad). Me pusieron a mí y a mi hermano en uno de los cuartos. Unos soldados se quedaron en la puerta de entrada de la habitación y nos estaban apuntando con sus rifles. Después de algunos minutos escuche a uno de ellos decirle a mi hermano Sameer: “Ven con nosotros para mostrarnos tu departamento.” El fue con ellos. Yo me quede en la habitación solo y después de quince minutos Sameer vino de vuelta a la habitación. El se había sentado por unos pocos minutos cuando se los llevaron por segunda vez. Después uno de los soldados me dijo: “Ven con nosotros” y tres de los soldados, incluyendo el que estaba hablando se movieron. El me dijo que le muestre la planta baja y me señalo que caminara enfrente de ellos. Ellos estaban apuntando sus armas hacia mí. Sentí el cañón del rifle tocando mi espalda. Les mostré todas las habitaciones de la planta baja; después me llevaron al departamento y me hicieron entrar.

Después de quince minutos mi hermano Sameer vino de vuelta. No hable con el por la atmosfera de terror que estaban creando al apuntar sus rifles hacia nosotros. Después de quince minutos le dijeron a mi hermano, Sameer, que fuera con ellos. Me senté yo solo. Esta vez se fueron por más tiempo. Después de una hora de que mi hermano se fue con ellos el soldado que habla árabe vino, mientras estaba sentado en la oscuridad en medio del sonido constante de explosiones y tiros. El soldado me dijo: “tu hermano ha sido disparado y está gravemente herido.” Le pedí al soldado que los salvara y me puse histérico. Estaba lleno de ira. Después de media hora, el mismo soldado me dijo: “Llame a una ambulancia. Ven abajo conmigo así podemos esperar el auto allí.” Baje las escaleras a la planta baja y vi que estaban llevando a mi hermano Sameer en una camilla, llevándolo hacia abajo. Lo vi sangrando del pecho de los lados derecho e izquierdo. Su camisa estaba rota y su cara estaba roja. Lo pusieron en el suelo de la planta baja. Yo les continúe gritando sin darme cuenta de lo que estaba haciendo. Podía ver que mi hermano todavía estaba vivo ya que lo escuchaba gemir de dolor. El soldado me dijo que fuera afuera y esperara a la ambulancia. Así que salí por la puerta de la casa y cruce la entrada que lleva a nuestra casa, un camino de cinco metros de ancho que separa nuestra casa de la casa de nuestros vecinos.

Camine por la calle Ezbet Abed-Rabbo por alrededor de treinta metros. Tenía mis manos en el aire y estaba llamando y gritando: “Ambulancia, ambulancia” no vi a nadie en la calle y no vi ningún vehículo o soldado Israelí. Tan pronto como había cubierto esa distancia escuche el sonido de disparos y una explosión y sentí dolor en mi mano derecha. Después vi que estaba sangrando. No podía sentirla. La agarre y volví a la casa rápidamente. Mientras estaba corriendo vi a un soldado escondido en el segundo piso de la mezquita Salah Ad-Din enfrente de mi casa al sur. Me dijo: “Alto” lo dijo en un correcto árabe. Estaba apuntando su arma hacia mí desde la ventana de la mezquita. Así que pare. Después me dijo: “Quítate tus ropas” Me saque mis ropas y me quede en ropa interior – solo calzoncillos- y después me dijo a mí: “Ponte tus ropas de vuelta y vuelve a la casa.” Así lo hice y volví a la casa. Volví rápidamente.

Vi a los soldados dentro de la casa, les grite diciéndoles: “Me mintieron” podía ver a mi hermano. Los soldados estaban reunidos alrededor de el. Podía escucharlo hablar con ellos con dificultad. Después de treinta minutos durante los cuales yo todavía estaba gritando uno de los soldados me dijo: “Cállate o te disparare” así que me calle. Después tres soldados me llevaron al tercer piso en el departamento del norte. Me senté en el. Los tres soldados continuaron apuntando sus armas hacia mí. Estaba sangrando y había perdido sensibilidad en mi mano. El dolor era más fuerte. Así que les grite que me trataran. Uno de los soldados vino y vendo mi mano. Me quede en el departamento por tres días. Les tuve que pedir permiso para ir al baño. Prepare comida y bebidas desde el departamento; es el departamento de mi hermano. Intente preguntar acerca de mi hermano, Sameer, pero no me dijeron nada.

Alrededor de las dos de la tarde del miércoles siete de enero de 2009 el soldado me dijo: “Ve fuera de la casa con tu familia” así que fui afuera con toda la familia. Escuche tiros y explosiones alrededor nuestro. Vi docenas de vecinos dejando sus casas como nosotros. Caminamos hasta Salah Ad-Din, después al área de Al-Jurun en la ciudad de Habalia, alrededor de mil metros hacia el oeste. Después pare un auto civil y fui con mi familia en el al campo de refugiados de Jabalia con familiares míos; mi tío Khaled Mohammed. Después fui al hospital Kamal Odwan y me llevaron a la sala de operaciones donde me amputaron el dedo índice y el anular de mi mano derecha. El dedo del medio estaba seriamente dañado. Al día siguiente seguí los intentos de UNWRA de ponerse en contacto con mis hermanos Sameer, pero fallaron todos, ya que las FOI le dispararon a la UNRWA una vez y a las ambulancias de la media luna roja tres veces. Alrededor de las cuatro quince de la tarde del miércoles catorce de enero de dos mil nueve el cuerpo de mi hermano fue traído de nuestra casa por las ambulancias de la media luna roja con ayuda de la UNWRA

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Las FOI golpean y usan a un joven como escudo humano.

En este incidente las FOI usan a un joven como escudo humano. Los soldados lo mantuvieron de rehén, lo golpearon e hirieron con un objeto metálico. Después fue detenido en una prisión Israelí por dos meses.

Declaración seis: Mohammed Mustafa Ahmed, veintisiete años de edad, varón

Yo soy Mohammed Mustafa Ahmed. Tengo veintisiete años de edad. Soy soltero y vivo en el área de Tel Al-Hawa al oeste de la ciudad de Gaza en las torres Al-Muntaza en el tercer piso. Mi hermano, padre y madre viven conmigo en el departamento. El lunes doce de enero alrededor de las ocho de la mañana salí de mi casa y fui al área de Az-Zaytoun al sur de la ciudad de Gaza. Había operaciones de las FOI allí y tanques invadiendo el área, como había escuchado. Así que fui en la mañana a mirar la pelea y los vehículos acorazados Israelíes.

Cuando llegue al área de Az-Zaytoun, no estoy seguro donde, había una casa de dos pisos. De golpe escuche tiros viniendo de la casa. Era alrededor de las nueve de la mañana del mismo día. Mire la casa y vi soldados de las FOI parados en el techo de la casa mirando hacia mí y disparando a mi lado. La casa no estaba a más de veinte metro de distancia. Fui hacia ellos asustado de que me hirieran y les dijo a ellos: “As-Salamu ‘Alaykum” (un saludo en árabe). En ese momento empezaron a disparar así que retrocedí, quería volver a la casa.

Pero uno de los soldados me llamo diciendo: “Ven, ven” así que fui de vuelta y me quede parado en medio del camino de tierra. Los soldados en el techo de la casa estaban apuntando sus armas hacia mí. Uno de ellos me dijo que me quitara mis ropas así que tome mi saco y levante las ropas sobre mi panza hasta el pecho. Después uno de ellos me ordeno que fuera hacia la casa. Cuando llegue a la entrada, tres soldados usando uniformes militares y cascos y llevando ametralladoras bajaron.

Uno de ellos me dijo que entrara así que lo hice. Un cuarto soldado alto – más alto que los otros tres- llevando un material negro sobre su cara bajó. Les dije que quería que tuvieran más precauciones con los civiles, para no matar gente y causar daños. El alto me dijo: “Ven” y me agarro por detrás del hombro derecho y me hizo sentarme en las escaleras de la casa. Puso mis manos detrás de mi espalda y me ató. Después puso una venda sobre mis ojos. Después me golpeó y me hizo sentarme por un rato sin golpearme hasta alrededor de las seis de la tarde del mismo día. Uno de los soldados empezó a preguntarme: “cuál es tu nombre, que viniste a hacer, con quien estas trabajando, cuales son los nombres de tus hermanos, que haces.”

Después me golpeo severamente. Estaba claro por las voces que había más de una persona golpeando e insultándome. Me quede así toda la noche. En la mañana del otro día, el martes trece de enero de dos mil nueve, uno de los soldados me ordeno que me sacara todas mis ropas y algunos de ellos me escupieron. Después uno de ellos lastimo mi mano derecha con una herramienta afilada, estaba sangrando. Me quede así, desnudo por alrededor de dos horas. Después uno de los soldados me ordeno vestirme después de haberme desatado. Después me sacaron me sacaron fuera de la casa, caminé con ellos por una corta distancia, y después me hicieron ir a otro lugar cerrado. Creo que era una casa porque había escaleras en ella. Después el soldado me saco la venda y me hizo subir las escaleras al segundo piso. Había vidrios de ventanas así que el soldado abrió y me ordeno que me parara y mirara fuera de la ventana y no me sentara.

Me pare enfrente de la ventana y mire fuera, pero no había sonidos de disparos y pelea. Me quede así por alrededor de diez minutos mirando por la ventana a otras casas. Después el soldado me ordeno que me sentara. Después me ordeno que me parara. Después me dijo que fuera a una columna de concreto dentro de la casa. Desato mis manos de detrás de mi espalda y ató mis manos a la columna, haciéndome abrazarla con mis manos, las cuales ató. Me quede así desde la mañana del martes hasta la mañana del miércoles catorce de enero de dos mil nueve sin ninguna comida ni bebida. En la mañana del miércoles uno de ellos desato mis manos de la columna de concreto. Después me las ató de nuevo y me hizo ir hacia abajo. Les dije a uno de ellos: “No soy Hamas. Hamas dispara misiles a Israel. Hamas no es bueno. Quiero colaborar con ustedes” y los soldados empezaron a reír. Después me sacaron de la casa. Había un tanque en la puerta de la casa y me hicieron entrar. Me llevaron con el tanque, todavía atado, con algunos soldados y me pusieron en un lugar semi-cerrado como unas barracas. Había otros Palestinos allí. Después de que llegue trajeron diez personas del área de Ezbet Abed-Rabbo y los soldados estaban golpeando fuertemente a algunos de ellos.

Algunas veces los soldados nos daban sándwiches y agua en botellas. Había baños separados en las barracas para nosotros los detenidos. Nos quedamos allí por alrededor de cuatro días. Después nos llevaron en un colectivo a la prisión de Naqab (Negev) dentro de Israel y nos llevaron a una corte dentro de Israel. Me quede en prisión por dos meses. Después me liberaron y me llevaron al cruce de Erez. Volví a Gaza de nuevo.

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Las FOI usan a un anciano como escudo humano.

En este incidente las FOI usan un anciano como escudo humano por varios días durante los cuales escucha a los soldados discutiendo acerca de si deberían matarlo. Después se lo retiene en un centro de detención.

Declaración siete: Abbas Ahmed Ibrahim Halawa, cincuenta y nueve años de edad.

(El señor Halawa tiene asma y necesita su inhalador en todo momento)

Cuando la Operación Plomo Fundido empezó, hice que mi familia saliera de la casa, que está localizada en el barrio de Al Israa al oeste de la ciudad de Beit Lahiya, y me quede allí yo solo. Fue muy difícil desde el veintisiete de diciembre de dos mil ocho. Las Fuerzas de Ocupación Israelíes estaban atacando con artillería varios lugares cerca de donde vivo. Después las fuerzas terrestres invadieron el noroeste del área donde vivo. Vi vehículos alrededor de las diez de la tarde en cuatro de enero de dos mil nueve avanzando y estacionándose en la vecindad del club Al Furusiya al oeste de mi casa.

Después esos vehículos empezaron a disparar municiones de artillería hacia las casas residenciales del área donde vivo. Era muy peligroso. Así que puse un colchón debajo de las escaleras dentro de la casa – ya que hay escaleras cerca de la entrada principal y escaleras dentro como en un chalet. Me quede allí escuchando el sonido de los proyectiles de artillería cayendo alrededor de mi casa y cerca de ella. Alrededor de las doce y cinco de la mañana del cinco de enero de dos mil nueve fui sorprendido por el sonido de una explosión muy fuerte.

Después escuche un tiroteo fuerte cerca de la puerta de mi casa. No me podía mover. Después de unos minutos vi balas golpeando las paredes alrededor mío, y en el suelo. Así que puse mi cabeza entre mis piernas y empecé a decir la Shehada (una oración que los musulmanes dicen cuando siente que están por morir) y recitar el Corán. Empecé a gritar. Después me sorprendí por un gran número de soldados Israelíes que habían irrumpido al lugar en el que yo estaba. Tenían linternas en sus rifes y cascos y tenían pintadas sus caras de negro. Estaban apuntando sus armas y disparando así que continúe gritando. Les dije en voz alta – y en hebreo que hablo bien por haber trabajado en Israel: “ani po” que quiere decir “estoy aquí” Y escuche que uno de ellos dijo en hebreo: “Alto el fuego” Parecía ser un oficial.

Me dijo en hebreo: “Sácate tus ropas” Así que empecé a sacarme mis ropas. Ellos apuntaron las luces de sus armas hacia mi cuerpo. Me saque todas mis ropas excepto mis calzoncillos (ropa interior) Después el me dijo: “Muéstrame tu espalda” Así que lo hice. Después él dijo: “Vístete” Así que me puse mi saco. Después me dijo que abriera la puerta externa que da a la casa. Después me saco afuera y me hizo sentar en frente de la casa de mi vecino (Abdul Aziz Bukheit). Después ataron mis manos detrás de mi espalda y me vendaron. Después me ataron mis piernas. Después de eso más de un soldado empezó a preguntarme: “Donde están los túneles de Hamas, donde están los cohetes de Hamas, si no nos dice donde están vamos a volar tu casa”.

Yo les dije que no sabía dónde estaban y les dije que había trabajado en Israel por treinta años y había construido cientos de casas, y les pregunte porque destruirían mi casa. Entonces uno de ellos dijo: “¿Porque estás aquí?” Yo le dije: “Estoy en mi casa.” El me dijo: “está prohibido que vos estés aquí.” Entonces yo le dije: “¿Porque está prohibido? estoy en mi casa, ¿a un hombre se le prohíbe estar en su casa?” Después de hablar así durante treinta minutos me llevaron a otro lugar diferente del lugar donde me habían puesto antes. Después de un cuarto de hora uno de ellos me dijo que me parara. Así que lo hice. Me empujo y camino conmigo. Las ataduras de mi pierna estaban un poco flojas pero era difícil caminar. Sentí que estaba caminando escaleras arriba pero no sabía dónde estaba. Mientras iba caminando uno de los soldados estaba teniéndome por el cuello y algunas veces por la parte de atrás de mi cabeza y otras veces por los hombros.

Siempre ponía el cañón del arma en mi espalda y la parte de atrás de mi cabeza. Me estaba haciendo caminar de la manera en que él quería. Me estaba diciendo: “Camina” así que camine. Después me ordenaría que pare y paraba. Después de eso uno de los soldados desato mis piernas y mi venda. Mis manos permanecieron atadas. Vi una cantidad de soldados dispersos alrededor de la casa y alrededor de quince oficiales sentados en el living. Ellos tenían mapas enfrente de ellos y radios. Yo reconocí la casa como la casa de mi vecino. Era la casa del ingeniero Abu Shadi Dahman. Tan pronto como me senté en el living uno de los oficiales, que tenía tres rayas en su hombro, abrió uno de los mapas. Me pregunto si sabia donde estaba mi casa. Yo le dije: “No soy bueno leyendo mapas” Entonces me hizo sentar en una silla. Mis manos aun estaban atadas. El mismo oficial empezó a preguntarme por los túneles de Hamas y de donde se estaban disparando los cohetes.

Cuando le dije que no sabía el oficial le dijo a sus soldados: “Véndenlo” Antes de que lo hicieran vi un hombre con pijamas sentado junto a la pared. Pensé que era uno de mis vecinos pero no lo sabía. Después de que me vendaron los soldados me llevaron escaleras abajo hacia el camino. Sabía esto por la arena y los montículos hechos por los tanques. Me tenían como la última vez de atrás y ponían sus armas en mi cabeza y espalda. Camine una larga distancia por alrededor de dos horas durante las cuales estaban parando y tratando de encontrar gente dentro de las casas. Ellos llamaban: “Quien está en la casa” después abrirían fuego; después me hacían entrar en las casas mientras ellos se reunían detrás de mí, después ellos saldrían y así sucesivamente. Fui a alrededor de cinco casas de la misma manera. No encontramos a nadie en ninguna de las casas. Ellos dejaron las casas un corto tiempo después. Mis ojos aun estaban vendados. Podía ver un poco a través de la venda. Siguieron caminando conmigo frente de ellos por un largo camino, después en un segundo largo camino y después en un tercero. La ruta era difícil por el daño causado por los tanques y otros vehículos. Solo podía escuchar las palabras: “Ta`tzoe… Tamsheakh” Que significa: “Alto… camina” y así. No los escuche disparar por una hora durante la caminata. Después de eso paramos y me sentaron en el suelo. Estaba temblando de miedo, cansancio y frio. El clima estaba realmente frio. Me dejaron por un largo tiempo así que pregunte si había algo con que cubrirme y uno de ellos me trajo una manta y la puso sobre mis hombros. Después otro soldado puso otra manta sobre mis hombros y cabeza. Así que estaba completamente oscuro. Pero estando con una manta estaba un poco mejor.

Después de estar sentado así por horas me di cuenta que no estaba tan oscuro como antes. Me sentía tibio así que pensé que había salido el sol. En este momento escuche el sonido de una persona gimiendo de dolor al lado mío a un metro. Después escuche a la misma persona decir: “Por favor me duele la espalda y lo escuche hablar en hebreo pídales un poco de agua para que yo beba.” Le pregunte quien era y él me dijo: “Soy Abu douri al ajrami” y me di cuenta quien era, ya que él es mi vecino. Así que les pedí a los soldados agua para él y le dije que estaba enfermo. Le trajeron agua y después se fueron. Hable con Abu Douri y me presente. Después de una hora uno de los soldados vino y me saco la manta de mi cabeza y cuerpo y dijo: “Levántate” Así que lo hice después me saco la venda de mis ojos así que pude ver que era de día. Pensé que era probablemente alrededor de las diez de la mañana.

Estaba en un lugar al norte de la escuela estadounidense. Los tanques habían hecho un puesto militar alrededor de ella, refugiándose detrás de montículos de arena con alambre de púas alrededor de ellos. El soldado dijo: “Soy un interrogador” y me pregunto el paradero de los túneles de Hamas y del lugar de donde se disparan los cohetes y las mismas preguntas de antes. Le dije que no sabía, como antes. Lo dije debido a que realmente no sé nada acerca de ellos. Después el me dijo tiene cinco minutos para pensar y después volveré. Después me vendo y me llevo de vuelta al lugar donde había estado en primer lugar. Después de diez minutos el soldado vino y me agarro. Después saco mi venda y me dijo: “Que hay de nuevo” me hablo en hebreo por supuesto. Le di la misma respuesta. Entonces me vendo y me llevo de vuelta al primer lugar. Allí me pidió mi tarjeta de identificación y le dije que estaba en mis pantalones. La tomo y se fue. Me quede donde estaba por muchas horas hasta que se hizo de noche.

Ninguno de los soldados vino. Ellos no me trajeron nada de comida o bebida. Así que los llame y les pregunte si podía ir al baño durante la noche en tres ocasiones. Cada vez ellos me llevaban lejos y se negaban a desatar mis manos. Después de ir rápidamente me llevaron de vuelta al lugar donde estaba antes. Era realmente repugnante. El tiempo pasó lentamente, hasta que perdí la medida del tiempo. Estaba todavía con ellos la segunda noche. Después una tercera. Estuve el día uno son comida ni bebida. Solamente me dejaban ir al baño (orina y heces) y solo muy rápidamente y de una manera repugnante. Mientras el sol bajaba el tercer día escuche a los soldados hablando los unos con los otros diciendo en hebreo: “Po neroog oto". "Ekh neroog oto". "Natenlo Kadour Bikarakhat Shilo.” Esto sucedía entre dos soldados. Uno de ellos le estaba diciendo al otro: “Matémoslo” el otro dijo: “¿Como?” y el primero replica “Disparémosle en la cabeza, en donde no tiene pelo” estaba realmente asustado y empecé a decir la shehada (una oración) y a recitar versos del Corán. Después no pude contenerme. Estaba esperando una bala en la cabeza. Después grite fuertemente, y me preguntaron: “que sucede” y les dije “necesito ir al baño”.

Lo hice para poder alejarme de esos soldados. En realidad fui al baño y volví a mi lugar. El soldado que fue conmigo me tiro una manta sobre mi cabeza y cuerpo y se fue. Todavía estaba asustado. Después de dos horas, me sacaron la mana y me hicieron caminar con mis manos atadas y la venda colocada. Me pusieron en un vehículo. Había un montón de espacio en el. Dos soldados iban al lado mío. Ellos pusieron sus armas sobre mi cabeza y después escuche un rugido muy grande. Entonces el vehículo se movió. Pensé que estaba sentado en un tanque. Siguió así por una hora y después paro. Me hicieron salir y me dijeron: “Siéntate” Yo les dije: “Estoy enfermo y no soy lo suficientemente fuerte para sentarme.”

Después de que insistí me trajeron una silla. Así que me senté en un área abierta que estaba muy fría. Les pedí una mana y después de una hora un soldado me trajo una manta y la coloco sobre mi cabeza y cuerpo. Después de dos horas ellos vinieron hacia mí y me dijeron: “Levántate” Esto fue después de que me sacaron la manta. Ellos caminaron conmigo por cien metros y me pusieron en un cuarto. Después me empecé a dar cuenta de que me habían llevado a algún lugar lejos de donde vivo. Dentro de la habitación me preguntaron cuál era mi nombre y pidieron mis pertenencias. Pusieron todo en una bolsa; después volvieron a atar mis manos y me vendaron y me llevaron fuera. Después me llevaron de vuelta a la habitación. El tiempo pasó lentamente, sin nada para comer o beber. Después escuche el sonido de un auto parando cerca de donde estaba.

El soldado me dijo: “Levántate” Así que lo hice. Después subí por algunas escaleras. Dentro, me empujaron al final del pasillo. Estaba en un gran autobús. Se movió por alrededor de una hora. Después se paro y me hicieron salir. Ellos me sacaron mi venda. Había oscurecido. Vi un lugar militar donde había soldados varones y mujeres. Todos me estaban mirando a mi Entonces un soldado me dijo: “Sácate todas tus ropas” Proteste porque había soldados mujeres allí. Me forzaron a hacerlo así que lo hice. Después de eso me dijo; “Levanta las manos y da vuelta trescientos sesenta grados.” Después me chequearon con un aparato negro, a pesar de que no tenía ninguna ropa encima. Después me vestí y me vendaron y me colocaron en una habitación. Adentro escuche una voz de mujer. Ella dijo: “Desátenlo” Así que uno de los soldados me saco la venda y vi a una mujer soldado detrás de un escritorio con dos soldados al lado de ella. Ella tenía una cantidad de aparatos electrónicos en frente de ella. Me dijo que pusiera mis dedos en un aparato y me explico cómo hacerlo.

Así que puse mi dedo índice, pulgar y del medio en el aparato y ella parecía estar chequeando las huellas digitales. Lo mismo sucedió una segunda vez. Entonces me vendaron y me hicieron pararme. Entonces escuche lo que sonaba como el flash de una cámara. Entonces me di cuenta que estaba dentro de uno de los centros de detención Israelí es. Después de eso me llevaron vendado a la habitación del doctor de la prisión. Allí me hicieron un montón de preguntas sobre que enfermedades sufro. Así que le dije. Me pregunto cómo me siento. Así que le dije que mi pierna derecha dolía y que me dolía la espalda. El escribió algo y me dio dos pastillas. Después me ataron las manos y me vendaron y me llevaron a una tercera habitación. Era muy pequeña: cuatro metros, y parecía una celda. No había colchón o manta. El soldado me dejo atado y vendado y cerró la puerta y se fue. Me tire en el piso a descansar pero no podía soportar el frio del piso. Así que les pedí un colchón, y le pedí a él (al soldado) que respetara mi edad y mi humanidad. El me dijo: “No hay ninguna y cállate.” La conversación con ellos fue en hebreo y de una manera enojada. Me dejaron. Después de unos minutos un soldado me trajo un fino colchón y una manta pequeña. Quería dormir y descansar. Después de un rato les pedí ir al baño. Así que el soldado me llevo allí y se negó a desatarme y quitar mi venda. Después fui al baño y fui a la celda.

Dentro me saque la venda de mis ojos y las ataduras de mis manos y me quede así por alrededor de dos horas cuando escuche a alguien abrir la puerta. Así que me puse las vendas y las ataduras rápidamente. El soldado que abrió la puerta dijo: “Levántate” y me llevo afuera y me puso en una habitación. Allí me sacaron mis ataduras y la venda y me dijeron que me saque todas mis ropas. Había dos soldados llevando ropa de civil. Me saque mis ropas y él me chequeo con un aparato negro y después me vestí. Después me ataron y me vendaron. Camine una corta distancia y entonces me pusieron en una habitación. Dentro había un hombre de la inteligencia Israelí sentado.

Me hablaron y me hicieron unas preguntas antes de desatarme. Después me ataron de nuevo y me vendaron y me llevaron a un espacio amplio. Después desataron mis manos y me sacaron la venda y me encontré a mi mismo en un espacio amplio con una gran cantidad de soldados en el. Me senté en una manta en el suelo y vi alrededor de cuarenta personas durmiendo en el lugar. Los salude y me senté. Empecé a hablar con ellos. Era de diferentes áreas; algunos de ellos eran de Az-Zaytoun, algunos de ellos de Ezbat Abed-Rabbo, algunos de ellos de As-Salateen y algunos de Beit Hanoun. Todos ellos tenían historias similares a la mía. Me dieron algo de comida; un sándwich de carne y un pedazo de tomate.

Comí más de la mitad de eso y luego quede profundamente dormido. Cuando me desperté pedir usar la ducha; había una ducha con agua caliente y un baño en el mismo lugar. Me quede allí todo el día y dormí allí. En la mañana del mismo día los soldados me llamaron. Ellos dijeron: “Junta tus cosas y ven” Así que fui con mis pantalones ya que no estaba tenía nada más. Fuera de la habitación grande me ataron y me vendaron. Después trajeron las cosas que se habían llevado en el sobre de nylon de color plata. Mi nombre en hebreo estaba en el. Después pregunte acerca de mi tarjeta de identificación y me dijeron: “La recibirás” Después me llevaron a un vehículo (un autobús). I pude verlo por una apertura en mi venda. Escuche que le decían al conductor: “Llévenlo a Erez.” Fui en el por una hora antes de que parara. Cuando llegamos a Erez me hicieron bajar del autobús y caminaron conmigo, después me sacaron la venda y me desataron las manos y me dijeron que corriera hasta el puesto de control 5/% del lado palestino del cruce de Beit Hanoun (Erez). Después de unos cuantos metros empezaron a disparar alrededor mío y sobre mi cabeza. Pude escuchar el ruido de las balas silbando en todas direcciones. El tiroteo continuo hasta que estuve a doscientos metros. Después alcance Al-Jamarek y le pregunte a la gente si las FOU estaban ahí y me tranquilizaron. Así que continúe caminando al camino semi abandonado y no encontré ningún transporte hasta que llegue a la plaza de los seis mártires en el campo de refugiados Jabalia donde es la casa de mi hijo, Ala.


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Conclusiones
Estos siete casos proveen aun mas evidencia de que las FOI sistemáticamente usan civiles Palestinos como escudos humanos durante ataque en los TOP. Esta práctica cruel pone en peligro vidas civiles y causa traumas psicológicos de larga duración. Estos casos son solo algunos ejemplos de mantener civiles de rehén y usualmente forzarlos a llevar a cabo tareas que se supone que tienen que llevar a cabo los soldados, ya sea dentro de sus casas o en las áreas donde las operaciones militares son conducidas.

La práctica de usar civiles como escudos humanos es un crimen de guerra de acuerdo al DIH y cuando es hecho de manera sistemática como es el caso de las prácticas de las FOI contra los Palestinos, constituye un crimen contra la humanidad. Las organizaciones de derechos humanos Palestina s e Israelí es han tomado todas las medidas dentro de su poder para proteger a los civiles Palestinos de esta práctica aterradora y letal. Las autoridades Israelí es se continúan negando a implementar las órdenes de su propio cuerpo judicial más alto, ni adhieren con sus claras obligaciones como potencia ocupadora bajo el DIH.

Estas prácticas urgen a la comunidad internacional, y en especial a las Altas Parte contratantes de la cuarta convención de ginebra a actuar. La comunidad internacional debe tomar acción inmediata y efectiva para juzgar a los criminales de guerra Israelí es que perpetran u ordenan estos crímenes.

El Centro Al Mezan llama al Secretario General de las Naciones Unidas, el Consejo de Derechos Humanos y los Relatores Especiales a investigar, inter alia, el uso de civiles como escudos humanos por parte de las FOI.

El Centro Al Mezan también llama a la Unión Europea a que considere las investigaciones llevadas a cabo por Organizaciones Internacionales, Israelí es y Palestina s sobre las graves violaciones por parte de las FOI del DIH y los TIDH, incluyendo el uso de escudos humanos, en sus relaciones internacionales con el Estado de Israel. El desacato sistemático de las FOI respecto de estas normas y los fallos de la Corte Suprema Israelí no deberían pasar desapercibidos o sin castigo por todos los medios diplomáticos y judiciales disponibles.

El centro Al Mezan para Derechos Humanos fuertemente condena la continua falta de respeto de Israel con respecto al Derecho humanitario Internacional cuando se está lidiando con civiles en los TOP y su falta de cumplimiento de los tratados de derechos humanos internacionales.

El centro Al Mezan enfatiza que la continuada negligencia de la comunidad internacional en llevar a cabo sus obligaciones y su silencio sobre las violaciones Israelí es alienta a Israel a proceder con sus crímenes.


Revisión y traducción:
Estudiantes Universidad Católica de Córdoba (Argentina)