¿Donde están las condiciones del cuarteto ante la formación del gobierno israelí?

Ante la formación del nuevo gobierno sionista israelí

No estamos solo ante un gobierno de extrema derecha, sino que hay toda una sociedad que camina a paso firme hacia el fascismo y el extremismo y construye sus ideas y convicciones sobre la base de la expulsión de los árabes

Rasem Obeidat, escritor y periodista palestino
Traducción: Jamal Halawa
CSCA

Las informaciones que nos llegan, atisban que las fuerzas políticas de derecha, junto a las de extrema derecha, han alcanzado un principio de acuerdo para la formación de un gobierno de derechas liderado por el Likud que encabeza Binjamin Netanyahu, y donde el extremista de derechas, Avigdor Lieberman, líder de “Israel Beiteinu”, asumiría la cartera del Ministerio de Exteriores, junto a otras cuatro carteras ministeriales más. Este Lieberman, nacido de la matriz del movimiento terrorista “Kach”, y cuyo programa electoral se basa en: negar, excluir e irreconocer los legítimos derechos del otro, incluso, los tratados firmados. A pesar de todo ello, no hemos oído sobre ninguna alerta estadounidense o europea en cuanto a la no disposición de sus gobiernos a tratar con dicho futuro gobierno israelí, cuyos distintos colores políticos, están impregnados de derechismo y extremismo y que no reconoce el derecho a un Estado palestino independiente, ni acepta los tratados firmados, y entre cuyos elementos, existen miembros implicados en actos de terrorismo.

Parece claro que los condicionantes son solo aplicables a los palestinos, que según la injusta e impuesta ley euro-americana, carecen del derecho a la práctica democrática o a decidir en sus asuntos internos de un modo que rompa los barómetros euro-americanos. ¿Donde están la Sra. Hillary Clinton y todos los líderes de la hipocresía y de la infamia euro-occidentales para que nos expliquen el doble rasero de medir ante la formación del futuro gobierno israelí, siendo ellos, quienes se adelantaron a manifestar, después del comienzo de las rondas de dialogo nacional palestino en El Cairo, que no tratarían con un gobierno que no reconociera a Israel, aceptara los tratados firmados y a las condiciones del cuarteto? Esta hipocresía, este doble rasero, son harto conocidos y reflejan la verdadera cara del occidente colonial en sus distintas vertientes. Pero, lo que es inexplicable e injustificable, es que gobiernos árabes manifiesten su disposición a tratar con un gobierno así, en lugar de utilizar la formación de dicho gobierno como pretexto para desenmascarar los posicionamientos americano-occidentales, y anunciar la ruptura del cerco sobre el pueblo palestino, tratando formal y públicamente con todas las facciones de la resistencia palestina y con cualquier gobierno de unidad nacional saliente del acuerdo ínter-palestino, independientemente de que si EEUU y la UE lo aceptaran o no.

Pienso que, con la formación de este gobierno israelí de la extrema derecha, que no ofrece ninguna oportunidad para la paz, porque el núcleo de su programa y su populismo se basa en el aborrecimiento y el racismo hacia el árabe, y en autorizar la utilización de cualquier medio legal o no para expulsarlos, pienso que los miembros de este gobierno habrían acordado lo siguiente: rechazar el derecho al retorno del pueblo palestino, ligar la ciudadanía de los árabes del interior “ciudadanos israelíes de origen palestino” a la lealtad al Estado hebreo y en amenazar a los árabes de Jerusalén con la expulsión y con la limpieza étnica a través de las demoliciones masivas, no solo de sus casas, sino de barriadas enteras, como lo es el caso del barrio del Bustán en el pueblo de Selwán y otros. Este gobierno no posee ningún proyecto o solución política que reconozca ni en lo más mínimo  los legítimos derechos nacionales palestinos, y como mucho, expone una especie de paz económica para mejorar las condiciones económicas del pueblo palestino, manteniéndole bajo la ocupación y continuando con la política de golpear y liquidar a su resistencia.

El resultado de este gobierno de la extrema derecha, tendrá consecuencias catastróficas sobre la causa y sobre el pueblo palestinos, lo que hará que la sociedad ínter-palestina, sea un pasadizo de seguridad, y que la unidad nacional,  sea una necesidad y no una opción a contemplar, porque sin ello, la derecha israelí lo devoraría todo, ya que, este futuro gobierno anunció su intención de construir 73000 viviendas en Cisjordania con el propósito de alterar la situación demográfica a favor de los judíos, además, de las medidas que pretende tomar en contra de los árabes del interior para facilitar su marcha y expulsión, lo que les impediría poder expresarse como minoría nacional. No estamos solo ante un gobierno de extrema derecha, sino que hay toda una sociedad que camina  a paso firme hacia el fascismo y el extremismo y construye sus ideas y convicciones sobre la base de la expulsión de los árabes.

Por todo ello, no se les puede permitir a los participantes en el dialogo nacional palestino, fuesen cuales fuesen los razonamientos o los pretextos, volver del El Cairo sin acuerdo. Tienen que buscar, con una voluntad seria y con buenas intenciones, los espacios comunes que puedan resoldar la unidad nacional y poner fin al estado de división y separación entre las alas de la patria. He aquí, es muy importante afirmar, que cualquier gobierno de unidad nacional ha de tener el visto bueno del pueblo palestino primero, antes que el de la Comunidad Internacional, esta comunidad que solo sabe hablar el lenguaje de la hipocresía y el doble rasero.

Y ante la formación del un futuro gobierno israelí impregnado de derechismo puro y duro, la parte palestina tiene que tomar posiciones serias y reconsiderar su método de negociaciones, rechazando su reanudación, hasta que se haga realidad la plena detención de las actividades de colonización que acomete Israel en Cisjordania. La continuidad de estas absurdas negociaciones, bajo la continuidad de la colonización, significa dar cubertura palestina para acometer dichas prácticas y en convertir al negociador palestino, en un falso testigo. Además,  es necesario planificar una estrategia palestina de confrontación  unitaria, porque la continuidad de la división palestina, solo sirve a los intereses de este gobierno para que siga con su programa y sus planes, de modo que, le facilita devorar la tierra que es el eje del conflicto, y por consiguiente, impide el establecimiento de cualquier Estado palestino viable.

La confrontación a este gobierno extremista, tiene que ser  responsabilidad colectiva árabe, donde no cabe hablar de moderados o radicales, sino de utilizar todas las energías y posibilidades árabes alternativas a la metodología de las absurdas negociaciones. Existen muchas herramientas que se pueden utilizar en la guerra y en la confrontación, como la utilización del poder económico y financiero árabes en el campo de batalla y presionar sobre EEUU y la UE para que obliguen a Israel a acatar la legalidad y la ley internacionales. Además, se debe a poyar a la resistencia palestina y facilitarla todas las condiciones de soporte posibles, y habría que recuperar la violada y secuestrada decisión política árabe y cerrar todas las ventanas a la normalización de relaciones diplomáticas y comerciales con el gobierno israelí.

Sabemos que la legalidad internacional está coja y sus decisiones están siendo sistemáticamente violadas, pero nosotros los árabes y los palestinos, hemos de utilizar todas nuestras armas y posibilidades para forzar que la legalidad internacional recupere su fuerza y pueda ponerse de pie y no de cabeza, y esto jamás ocurriría ni las posiciones euro-americana variarían, si antes no hay cambio en la propia nación árabe, es decir, que nuestras fuerzas, energías y posibilidades tienen que estar presentes en el juego de intereses con estos países, y es entonces, cuando ellos se verán obligados a cambiar sus posicionamientos hacia las causas árabes y hacia la principal causa árabe, que es la palestina.

Jerusalén- Palestina.
Marzo de 2009