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Largo e interrumpido camino desde el Cairo hasta Rafah

Se constituye la Red Europea contra el Asedio a Gaza

El día 31 de Marzo a las 7 de la mañana un grupo compuesto por unos 30 activistas del País Vasco, Escocia, Islandia, Noruega, Italia, Países Bajos, Francia, España, Grecia, Turquía, EEUU, Palestina, Egipto, Jordania y la India se había reunido en el sindicato de abogados de Egipto en el Cairo con el objetivo de apoyar a Gaza, transportando un autobús con medicinas y otros suministros, soportando la heroica resistencia de la población gazaui, y para realizar una acción simbólica que expresara nuestra frontal oposición al inhumano y sanguinario bloqueo impuesto por Israel, EEUU, la Unión Europea, con la complicidad de la dictadura de Mubarak en Egipto

Autores: José Verdú y Alberto Arce

Acción solidaria

7 de la mañana en el caótico tráfico de la ciudad más poblada del mundo árabe.  Varias decenas de activistas del País Vasco, Escocia, Islandia, Noruega, Italia, Países Bajos, Francia, España, Grecia, Turquía, EEUU, Palestina, Egipto, Jordania y la India, caminan entre los coches, somnolientos aún,  hacia la sede de la  Asociación  de Abogados de Egipto con el objetivo de emprender viaje hacia Rafah y apoyar simbólicamente a Gaza. Han organizado un autobús con medicinas y otros suministros hacia la Franja, que sufre el asedio y aislamiento impuesto por las autoridades israelíes -con la plena colaboración de las egipcias, como se pondría de manifiesto a lo largo de esta actividad- desde que en 2006 Hamas ganara las elecciones palestinas.

 A las puertas de la asociación, y ante el asombro de los cientos de cairotas que comenzaban a incorporarse a sus puestos de trabajo en una de las avenidas más concurridas de la ciudad, los activistas europeos despliegan sus pancartas en las que podían leerse  mensajes como "Fin a los crímenes de guerra israelíes" o "Fin al sitio de Gaza". Mientras tanto, decenas de policías se posicionaban en torno a los manifestantes, tomando notas  con los mensajes de las pancartas unos, hablando con los negociadores del grupo otros, pidiéndoles a los viandantes que circulasen y no mirasen, los más.

Unas tres horas más tarde comienzan los problemas, en el Puente Mubarak, acceso a la Península del Sinaí. Se entablan negociaciones con la policía egipcia. Durante más de media hora las personas elegidas por el grupo para la interlocución con las autoridades, discutieron y esperaron al resultado de interminables llamadas. Caras relajadas y sonrisas presagiaban que las negociaciones iban por buen camino. Finalmente las autoridades dieron el permiso para que el autobús prosiguiera la marcha. El nivel de descoordinación de los múltiples organismos de seguridad del régimen egipcio es alto y requieren de tiempo para llegar al nivel de decisión inapelable, especialmente cuando se trata de extranjeros. Egipto no desea problemas con las Embajadas.  

Aproximadamente una hora después,  al llegar al punto de control de Al Baloutha, todo indicaba que dicha coordinación de seguridad comenzaba a surtir efecto. Dos decenas de agentes de la seguridad del estado al mando de un oficial de alto rango habían colocado vallas y coches, para impedir que el viaje continuase. Mientras los portavoces del grupo insistían en repetir el ritual de llamadas, los activistas del autobús fueron testigos de la imagen menos conocida del asedio a Gaza. Soldados y agentes -de paisano, pero ostensiblemente armados- paran cada vehículo mientras lo registran meticulosamente mientras prestan relativamente poca atención a la documentación de los pasajeros. Su objetivo: asegurar que ningún suministro llegue a la Franja de Gaza. En esta ocasión los gestos de las caras, la intranquilidad que se palpaba, no auguraban nada bueno. Mientras los viajeros esperan, Mick Napier, Coordinador de la Campaña Escocesa de Solidaridad con Palestina, y uno de los pocos europeos que logró introducirse en Gaza cuando Hamas voló el Muro, explicaba a los participantes “el Ministro egipcio de Interior dijo que le cortaría las piernas a cualquier palestino que tratase de entrar en Egipto, pero no dijo nada cuando recientemente un buque de guerra norteamericano asesinó a varios pescadores. Lo que vemos a través de este cristal es la imagen del asedio materializado a través de policías árabes que probablemente dirían que se limitan a cumplir órdenes mientras muestran verbalmente su solidaridad con los palestinos. Es hora de denunciar al gobierno egipcio”

Tras sucesivas llamadas y contactos con el alto mando, el oficial comunica que sin un permiso del gobierno es imposible cruzar el puesto de control y el grupo desciende rápidamente del autobús, sacando las pancartas frente a los soldados y los vehículos que esperan para cruzar. Es fácil detectar el nerviosismo de los egipcios, que se muestran absolutamente sobrepasados y preocupados únicamente, como podría comprobarse a lo largo de las horas siguientes, porque los coches se diesen la vuelta sin percatarse de la protesta. Mientras los pasajeros egipcios no protestan sino que elevan los dedos haciendo la señal de la victoria y hacen sonar los cláxones, los europeos son conscientes de que están incidiendo en el lugar adecuado. Jack, un activista norteamericano del ISM “esta es la prueba de la desconexión entre el pueblo egipcio y su gobierno. Si pudieran, todas las personas que pasan por la carretera se pararían y se sumarían a la protesta. Estamos haciendo esto en su nombre, utilizando nuestro privilegio como internacionales ante la policía para protestar en nombre de los árabes, reprimidos por sus propios gobiernos que prefieren colaborar con Israel antes que con Palestina”. 

La delegación europea decide ganar visibilidad, saliendo del punto de control, y continuar caminando simbólicamente hacia Rafah, desobedeciendo las indicaciones del ejército. Camina durante aproximadamente 3 Km. a través de una desangelada carretera de la Península del Sinaí mientras varios efectivos y un camión como los que se ven por decenas en las calles de El Cairo, dispuesto a realizar el arresto de cualquier manifestante, les sigue sin detener su marcha. Llegados al cartel indicador de los 140 Km. restantes hasta Al Arish, se reúnen y deciden separarse en dos grupos con el objetivo declarado de incidir sobre los dos elementos que motivaban su actividad: Egipto y la Unión Europea. Un grupo continuaría caminando simbólicamente por la carretera y otro grupo regresaría a El Cairo para manifestarse ante la delegación de Comisión Europea. Georgia Mylonaki de Intifada-Grecia expresaba “las autoridades egipcias tendrán que elegir entre dejarnos mostrar nuestras pancartas a todos los coches con los que nos cruzamos y cuidar de nosotros o arrestarnos”.

Finalmente, y recorridos de manera simbólica varios kilómetros más, en los que era fácil observar el evidente enfado de los policías y soldados que se esforzaban por evitar las muestras de solidaridad de los egipcios que circulaban por la carretera, las autoridades egipcias elevaron el nivel de presión retirando los pasaportes de los caminantes, las llaves del autobús y presionando al conductor del mismo con la retirada de su licencia. Era hora de regresar a El Cairo. Objetivo cumplido en el Sinaí. Varias horas después y de nuevo ante la evidente desesperación de las autoridades, la manifestación se repetía frente a la sede de la Comisión Europea en Cairo. Nuevamente cláxones de júbilo y signos de apoyo de la población –en una ciudad poco a acostumbrada a manifestaciones- ante el reparto de folletos explicativos sobre el asedio a Gaza y la complicidad del gobierno egipcio. Al Jazeera y diversos medios locales cubren la acción. Los activistas se retiran pacíficamente y deciden autoconstituirse en Campaña Europea contra el asedio a Gaza con el objetivo declarado de emprender acciones conjuntas en sus países para “denunciar la complicidad de los gobiernos europeos y Egipto con Israel y Estados Unidos en la imposición de sanciones a la Franja de Gaza en castigo por la elección democrática de Hamas como representante legítimo del pueblo palestino.”

En palabras de otro de los participantes, el austriaco Willi Langthaler miembro de Campo anti-imperialista “no creo que adoptando una posición débil, cercana a nuestros gobiernos, demos pasos en la dirección que necesitan los palestinos. Es hora de ponerles frente a su responsabilidad y complicidad en el genocidio, el apartheid y la limpieza étnica que Israel y Estados Unidos aplican. Tenemos que coordinarnos en Europa y repetir acciones en esta dirección, frente a las embajadas egipcias, por ejemplo. Es nuestra obligación coordinarnos de manera efectiva con quienes resisten sobre el terreno y tratar de romper físicamente el bloqueo a Gaza.”

 

*José Verdú (Sodepaz) y Alberto Arce (Mewando) son miembros de la Red Estatal contra la ocupación de Palestina. En la actividad participaron también miembros de Campo Anti-Imperialista Austria-Noruega-Italia, Nederlands Palestine Komite, Intifada-Grecia, ISM Internacional, ISM Francia, Scottish Palestinian Solidarity Campaign, End the siege Campaign, y varios activistas árabes y europeos a título individual.