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Velada bendición para Hamás

Asma Tamimi

La apertura de la Conferencia Nacional Palestina en Damasco no podía haber llegado en mejor momento. 23 de enero fue el día en que el pueblo de Gaza no pudo tolerar ya más la indiferencia del mundo y la pasividad de sus vecinos árabes. La marcha de mujeres del día anterior, que acabó en enfrentamiento en el paso que separa Palestina de Egipto, parece haber funcionado como detonante. Horas más tarde, a cubierto de la noche, jóvenes gazatíes volaron el muro que había ayudado a asfixiar a un millón y medio de personas

The Guardian, 30-01-08
Traducción: Pablo Carbajosa

El Muro de Gaza derruido

 La apertura de la Conferencia Nacional Palestina en Damasco no podía haber llegado en mejor momento. 23 de enero fue el día en que el pueblo de Gaza no pudo tolerar ya más la indiferencia del mundo y la pasividad de sus vecinos árabes. La marcha de mujeres del día anterior, que acabó en enfrentamiento en el paso que separa Palestina de Egipto, parece haber funcionado como detonante. Horas más tarde, a cubierto de la noche, jóvenes gazatíes volaron el muro que había ayudado a asfixiar a un millón y medio de personas.  

 Entre sesiones, los delegados del congreso de Damasco corrían a la planta baja de su hotel para ver, gracias a la cobertura en directo de Al Yasira, cómo cientos de palestinos, mujeres y hombres, cruzaban a Egipto y volvían a Gaza, un hecho sin precedentes desde la ocupación israelí de 1967.

 En principio estaba previsto que la Conferencia de Damasco se celebrase en paralelo con la Cumbre de Annapolis del pasado. Sin embargo, los sirios pidieron a Hamás, organizador principal, que la pospusieran hasta que Annapolis quedase en evidencia ante el mundo.

 El encuentro se convirtió en una oportunidad de expresar la solidaridad con Gaza y reafirmar lo que Hamás y sus aliados describen como principios fijos o inalterables: Palestina va del Mediterráneo al Río Jordán, Israel es una entidad colonial ilegítima y la resistencia es el único modo de recuperar los derechos palestinos.

 Un resultado significativo de la conferencia fue el respaldo a Hamás como elemento director de la lucha palestina. Esto recuerda lo sucedido a finales de los 60 cuando, tras la batalla de Karamah, en el valle del Jordán, en agosto de 1968, el movimiento de Fatah, dirigido por Arafat, se hizo con la dirección de la OLP y consiguió el reconocimiento tanto de palestinos como de árabes como líder legítimo de la lucha contra la ocupación israelí.

 La irrupción en la frontera le ha dado a Hamás otra victoria significativa. La campaña de Israel contra el movimiento no ha quebrado su resolución y las sanciones impulsadas por los EE.UU. contra Gaza no han vuelto al pueblo, a pesar del sufrimiento, contra Hamás.

 Tras dar la espalda a Hamás durante meses, tanto Egipto como Arabia Saudí se muestran hoy proclives a colaborar con el movimiento para resolver la crisis. Egipto ha invitado a Hamás y Fatah al Cairo para abordar conversaciones y Arabia Saudí invitó a Jalid Mish´al, jefe del buró político de Hamás, a Riad, donde se entrevistó con altos funcionarios. La preocupación primordial de todas las partes estriba en devolver el orden a las fronteras entre Egipto y Gaza. 

 Hamás desea que se ponga fin a las sanciones y cree que los árabes son capaces de romper el cerco impuesto por la comunidad internacional con sólo demostrar la voluntad de lograrlo. Para conseguirlo, el movimiento está dispuesto a un acuerdo para gestionar el cruce de Rafah en cooperación con las autoridades egipcias y la presidencia de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Sin embargo, el movimiento nunca permitiría el retorno al acuerdo de 2005 entre la ANP e Israel, que dejaba a Israel, con la colaboración europea, la última palabra sobre quién entra o sale de Gaza.

 Los egipcios saben bien que si se han transgredido una vez sus fronteras con Gaza, lo mismo podría volver a suceder muchas otras, de continuar el sometimiento de la población de la Franja a las sanciones, forzada así a actuar de este modo. Saben bien a su vez que Hamás es quien manda y nada puede hacerse sin su participación. No obstante, desean ver comprometerse a Mahmud Abbas a fin de que invista sus acciones con alguna forma de "legitimidad". El requisito previo sería que Abbas y Hamás abandonasen sus diferencias, una eventualidad vetada hasta ahora por Israel y la administración Bush, que insisten en que Hamás debe primero avenirse a las exigencias del Cuarteto. Abbas pone una condición adicional: insiste en que Hamás debería volver a la situación anterior al 14 de junio de 2007. No es probable que Hamás llegue a cumplir tal cosa ni tampoco que admita alguna de las tres condiciones del Cuarteto, aunque se mostraría dispuesta, como ha declarado repetidamente, a verse con Abbas y sus camaradas de Fatah sin condiciones previas.    

 La turbulencia de la zona podría haberse evitado en enero de 2006 si después de que Hamás ganase las elecciones Israel y los EE.UU. hubieran reconocido esta nueva realidad y se hubieran avenido a tratar con Hamás en lugar de hacerlo con su rival derrotado. De cuando en cuando, se oyen voces en Israel, especialmente entre generales y políticos retirados, que aconsejan al sistema israelí habérselas con la realidad y negociar un alto el fuego con Hamás. Parece improbable que esto ocurra en un próximo futuro.

 Cuando esto sucediera, de ser el caso, Hamás estaría dispuesto a entrar en una tregua a medio o largo plazo dependiendo de lo que Israel se mostrara abierto a devolver a los palestinos. Entretanto, sea lo que fuere a lo que Israel recurra con el fin de debilitar a Hamás, lo más probable es que sólo acierte a fortalecerlo aún más. Tal ha sido la tendencia desde el verano de 1988 en que tuvo lugar la campaña de arrestos en masa llevada a cabo por Israel contra Hamás en Cisjordania y Gaza.

 Azzam Tamimi es director del Institute of Islamic Political Thought (IIPT), con sede en Londres. Ha sido profesor visitante de las universidades de Kyoto (2004) y Nagoya University (2006). Ha publicado varios libros, el más reciente de los cuales se centra en el Islam y la democracia, Rachid Ghannouchi, Democrat within Islamism (Oxford University Press, Nueva York, 2001). También es coeditor de Islam and Secularism in the Middle East (Hurst, London y NY University Press, Nueva York, 2000). Otro libro, Hamas, the Unwritten Chapters, aparecerá el verano próximo. Escribe y da clases sobre temas relacionados con el pensamiento político islámico y la política de Oriente Medio. Es comentarista habitual del canal satélite Al Yasira y aparece a menudo en diversos canales televisivos, tanto en inglés como en árabe.