Index | Palestina 2008
Actualidad
PALESTINA

Palestina

Gaza. Un genocidio con luz y taquígrafos

Manuel García Fonseca, miembro de CSCA

Ante la permisividad de la Unión Europea, y de nuestros gobiernos, los ciudadanos debemos salir a la calle para oponernos rotundamente a tanto horror con marchamo de normalidad que se nos presenta como una rutina, con banalidad, que decía Hanna Arendt

CSCA

Masacre

Durante la manifestación por las libertades y contra la aplicación a trabajadores de leyes antiterroristas, algunos de los manifestantes, miembros de diferentes organizaciones, comentamos la necesidad de hacer una concentración para manifestar nuestro repudio y horror contra el cerco genocida de Gaza por el Estado israelí.

Son los mismos que están usando el magnicidio del Holocausto como justificación para convertirse en verdugos de nuevos inocentes, matando con bombas o con asedios. Son los mismos que han ignorado, abandonado, e incluso denigrado a víctimas del Holocausto que hoy utilizan como excusa, porque las acusaban de dejarse pasivamente ser víctimas.

Ante la permisividad de la Unión Europea, y de nuestros gobiernos, los ciudadanos debemos salir a la calle para oponernos rotundamente a tanto horror con marchamo de normalidad que se nos presenta como una rutina, con banalidad, que decía Hanna Arendt.

Afortunadamente, en contraposición a las posturas gubernamentales comienza a haber una clara reacción contraria a este nuevo magnicidio en varios medios de comunicación, de países muy diferentes, incluso algún raro ejemplo israelí. Muchos amigos nos sentimos identificados con el editorial de un periódico mexicano, que comentábamos hace unos días, del que extraigo algunos párrafos:

«Los organismos humanitarios han advertido que el bloqueo israelí lleva a nuevos grados de horror la catástrofe humanitaria que de por sí se vive en Gaza, y los reportes de prensa procedentes del lugar indican que se agotan las medicinas, los víveres, las velas en las tiendas, la tela para amortajar y hasta el cemento necesario para construir las tumbas».

Después de señalar que estos hechos terribles cuestionan radicalmente todas las, aún recientes, reuniones y manifestaciones del Sr. Bush sobre las negociaciones de paz, el editorialista contrapone las justificaciones israelíes a los crímenes de Estado cometidos por Israel, contraposición... «que hace evidente la desproporción entre el accionar de grupos armados terroristas y un Estado que recurre a prácticas que son calificadas por la normatividad internacional como crímenes de guerra, cometidos contra el conjunto de una población devastada, saqueada, sitiada y despojada hasta de su legítimo derecho a elegir a sus representantes en comicios democráticos».

Termina el editorial haciendo una profunda llamada a reaccionar ante este gravísimo retroceso de la civilización:

«En Palestina -como en Irak-, el supuesto combate al terrorismo desemboca con frecuencia en actos genocidas, para colmo presentados a la opinión pública internacional como medidas de pacificación. Ello ocurre a la vista de todo el mundo, con la complacencia de los gobiernos supuestamente civilizados y democráticos de Estados Unidos y Europa occidental, y ante la manifiesta incapacidad de los máximos organismos internacionales.

»El drama que se abate sobre los palestinos es un retroceso civilizatorio que degrada a todos los integrantes de la comunidad internacional, la cual se prometió a sí misma, hace seis décadas, impedir que se repitiera el exterminio de un pueblo».

Hasta aquí, el editorial. Ahora nos corresponde movilizarnos. Está en juego la civilización.