Index | IRAK 2006-2008
Actualidad
PALESTINA

Fin de la ocupación en IRAK

 

 

Iraq, una llamada a la conciencia

Santiago González

La guerra, el sufrimiento no nos debe dejar indiferentes. Hay que respaldar a la resistencia iraquí, a la palestina o libanesa. A todas las resistencias. Y en nuestros países, manteniendo lo que vislumbramos de cómo el poder se aferra a las razones de Estado, denunciar a esos Gobiernos servidores del imperialismo, negador del derecho de los pueblos a vivir independientemente. Transformando las tomas de conciencia en acción solidaria

Comité de Solidaridad con la Causa Árabe

Niņo herido

Hay un verso desgarrador de León Gieco que nos sirve de revulsivo de lo que ha sido la invasión de Iraq en su quinto aniversario. Dice ‘solo le pido a dios que la guerra no me sea indiferente, …’. Todavía lo oímos en la voz de Mercedes Sosa.

La invasión de Iraq y colonizaje posterior, el fomento del sectarismo hasta lograr la desaparición como Estado independiente; los casi 13 años previos de un embargo criminal que ocasionaron cientos de miles de muertes; la guerra fratricida contra Irán estimulada por los estrategas de la geoestrategia imperial estadounidense, aplaudida por las petromonarquías; la guerra por el control del petróleo y el castigo directo o interpuesto a las naciones que pretendieran un aprovechamiento interno y no unas regalías a las multinacionales y a los gobernantes locales ha servido de aprendizaje político a una generación de cómo las gastan en el imperio del capital.

Porque este conflicto ha tenido la virtualidad, ante la obcecación del entonces Gobierno del PP, presidido por Aznar, de explicitar el determinismo del capital por dominar y complementariamente destruir a opciones enfrentadas y que supusieran problemas estratégicos. La acumulación de tensión, incluyendo un apoyo ideológico a una normalización de Israel por encima del derecho internacional, el cambio de moneda en las transacciones comerciales, del dólar al euro; el control y botín del petróleo, y una dependencia mayor de los regímenes de las petromonarquías al Tío Sam, se precipitó en una invasión catastrófica para la población iraquí.

Los burdos pretextos, las mentiras empleadas para confundir a las opiniones públicas y al conjunto de los gobernantes hechas por los adalides de la invasión Bush, Blair, Aznar apoyadas por el anfitrión de las Azores, el actual Presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso, no consiguieron convencer y quedaron sus planteamientos desnudos. Lástima que, una vez producida la invasión, ante un fenómeno extendido de insurrección de las conciencias, los Gobernantes europeos volvieran a las andadas de legitimar las acciones militares, y por cuestiones de Estado, volvieron a utilizar la ONU y recompusieron las relaciones con los agresores, dejando la coherencia, porque en el fondo hay una relación ideológica muy estrecha, sin valores de justicia, de interés capitalista. El ejemplo sería el Gobierno de Rodríguez Zapatero aprueba un Tratado militar bilateral con los EEUU, facilita medios logísticos para fortalecer la invasión con las Bases de ‘utilización conjunta’, apoya el envío de tropas a Afganistán o Líbano, reduciendo el esfuerzo militar estadounidense, permite el paso de aviones con presos de Guantánamo, tiene una fragata al mando de los operativos estadounidenses, etc.

La guerra, el sufrimiento no nos debe dejar indiferentes. Hay que respaldar a la resistencia iraquí, a la palestina o libanesa. A todas las resistencias. Y en nuestros países, manteniendo lo que vislumbramos de cómo el poder se aferra a las razones de Estado, denunciar a esos Gobiernos servidores del imperialismo, negador del derecho de los pueblos a vivir independientemente. Transformando las tomas de conciencia en acción solidaria.