Libertad para
Ahmad Saadat y sus camaradas
El Tribunal sionista
israelí aplaza el juicio contra Ahmad Saadat
El Secretario General del FPLP
rechaza ponerse de pie ante el juez y reafirma que "es a
la ocupación, a quien hay que llevar a juicio"
Oficina
de Información del FPLP, 14 de enero de 2007
CSCAweb, 19 de enero de 2007 - Traducido del árabe por
Jamal Halawa
El camarada
Ahmad Sáadat, presentó durante el juicio que tuvo
lugar el día 14 de enero en Ofar (Palestina Ocupada) una
alegación política donde reafirmó su rechazo
a juzgar a la resistencia palestina y a sus combatientes y dijo
que "es a la ocupación, a quien hay que llevar a
juicio".
A continuación [reproducimos]
el texto íntegro de su alegación:
"No se puede separar este
juicio del proceso de lucha histórica en Palestina y que
continúa hasta el día de hoy entre el Movimiento
Sionista y el pueblo palestino, una lucha que gira alrededor
de la tierra palestina, su historia, su civilización,
su cultura y su identidad. Así que, cualquier intento
de saltar por encima de esta realidad a la hora de tratar las
repercusiones del conflicto, sería una intencionada arbitrariedad
en contra de los hechos y de la razón. Una arbitrariedad
abastecida por los impulsos de la arrogancia vertida desde la
parte fuerte del conflicto que trata de someter a la parte contrapuesta
(la débil), utilizando las varas de medir y a los equilibrios
de fuerza que controlan sobre el terreno dicho conflicto.
Y si la función de cualquier
aparato judicial es la consecución de la justicia como
elemento básico de sus fines, entonces, cualquier práctica
honesta, legal y ética, debería dejarse arbitrar
por una jurisdicción independiente y por unas leyes que
converjan con la legalidad internacional, como autoridad, para
realizar una justicia relativa en los conflictos internacionales.
Y la legalidad internacional y su organismo legislativo (NNUU),
más el conjunto de resoluciones emitidas por el mismo,
no legalizó vuestra ocupación, instó a poner
fin a su estatus y a eliminar sus consecuencias. Incluso, cuando
reconoció a Israel como Estado, en los prolegómenos
de la resolución de reconocimiento, se establece como
condición, el retorno de los refugiados palestinos que
fueron forzados a emigrar. Hasta ahora, no ha sido cumplida dicha
condición, además, las convenciones emitidas por
dicho organismo, avalan el derecho de nuestro pueblo a resistir
a la ocupación, como medio para conseguir la independencia
nacional y practicar su derecho a la autodeterminación.
En cuanto a vuestro aparato
judicial, que es de donde emana este Tribunal, es uno de los
instrumentos de la ocupación cuya función es la
de cubrir de legitimidad legal, los crímenes de la ocupación
y sus prácticas contrarias a la lógica y a los
textos de la ley internacional, además de, legitimar a
la ocupación y consagrar sus conceptos, imponiendo los
mismos sobre nuestro pueblo a la fuerza, formando parte de una
visión israelí impuesta como medio para la administración
del conflicto y su naturaleza y caminar por la lógica
de la legalidad internacional utilizando la cabeza, en lugar
de utilizar los pies, para vendernos el estatus de la ocupación,
que es la peor forma de un terrorismo de estado organizado, como
si estuviese en un permanente estatus de autodefensa. Enfrente,
se visualiza a la legítima resistencia de nuestro pueblo
como si fuese el terrorismo al que hay que combatir, liquidar,
juzgar a quienes lo practican, lo apoyan o sueñan con
él. Y ante esta contradicción entre las dos lógicas,
tendría que haber una sentencia de condena. No me encuentro
obligado a revolver las páginas de la ley internacional
o de la Declaración Universal sobre Derechos Humanos para
describir la situación, ya que existe un testigo entre
vosotros, que es un líder del partido laborista fundador
de vuestro Estado, quien ya lo hizo hace mucho tiempo. Dicho
líder, describió a las leyes excepcionales internacionales
legisladas por la ocupación británica en 1945,
un año después de su emisión, como "peores
que las leyes nazis" y añadió: "es verdad
que los nazis habían cometido crímenes, sin embargo,
ellos no llegaron a legislar para estos crímenes".
¿Acaso esto no es una sentencia de condena, cuando tanto
vuestro Tribunal, como la lista de acusaciones, se basan en
dichas leyes y colocan a la ocupación y a sus instrumentos
en la posición de la acusación particular y en
la emisora de la sentencia de condena?
En base a lo ya dicho, considero
que vuestro juicio a los combatientes de nuestro pueblo como
un crimen y una prolongación de los demás crímenes
cometidos contra los hijos de nuestro pueblo, empezando por la
expropiación de las tierras, pasando por el secuestro
de su libertad, el asesinato de sus niños, mujeres, ancianos
y su liderazgo político, o juzgando a sus luchadores y
líderes, como ya ha ocurrido cuando se asesinó
a Abu Ali Mustafa, el Cheij Ahmad Yasin o Yaser Arafat, o cuando
se detuvo a ministros, diputados elegidos en elecciones democráticas
legitimadas por la Comunidad Internacional, quien había
alabado su transparencia, honestidad y libertad y que fueron
aprobadas, en su día, por vuestro gobierno. Los referidos
crímenes, se siguen cometiendo, y es por ello, por lo
que instamos al patrocinador de la legalidad internacional a
detenerlos, a presentar a la ocupación y a sus líderes
ante un "Tribunal Internacional de Justicia como criminales
de guerra".
Pero lo más importante, o lo que aun es peor, es que la
conducta de vuestros sucesivos gobiernos, sigue insistiendo en
practicar una lógica fracasada para imponer una solución
al tema de la seguridad en el conflicto, en lugar de buscar un
tratamiento político basado en la legalidad internacional
y en las resoluciones de la legitimidad internacional como preámbulo
realista para la resolución de un conflicto crónico
que tiene ya más de un siglo de vida, y así, abrir
camino para su solución de forma democrática, civilizada
y humana. El liderazgo israelí, a través de las
sucesivas formaciones de sus gobiernos, se basó en el
equilibrio de fuerzas internacional, sobre el cual se fundó
su Estado, y sobre la explotación del manifiesto desequilibrio
favorable a los intereses militares israelíes, para que
Israel recurra continuamente al lenguaje de la arrogancia y de
la soberbia como medio para eliminar un conflicto que gana dinamismo
en base a realidades históricas objetivas. Así
pues, dicho liderazgo, trató hacer fracasar cualquier
intento o movimiento para resolver el conflicto pacíficamente
y a través de los medios políticos, mostrando su
predisposición, a rechazar cualquier iniciativa para construir
un proyecto político equilibrado y que emane de las resoluciones
internacionales. Así, fue rechazada la iniciativa francoespañolaitaliana
para celebrar una conferencia internacional, incluso antes de
delimitar sus funciones, referencias o competencias. Esta política,
podría corresponder a los intereses de este liderazgo
o tal administración norteamericanos pero, y definitivamente,
no sirve a los eslóganes que el liderazgo israelí
trata de vender a la población judía de Palestina
o a los pueblos del mundo, con referencias al tema de la seguridad
y de la lucha contra el terrorismo, puesto que la seguridad,
nunca se pudo conseguir en un área donde hay un conflicto
entre la ocupación y un pueblo ocupado utilizando la maquinaria
militar, fuese como fuese la fuerza y la brutalidad del ocupante.
La seguridad, no se realiza más que por la paz basada
en una lectura objetiva sobre las realidades del conflicto, y
esta paz, comienza al poner fin a la ocupación y al reconocer
los derechos nacionales del pueblo ocupado.
Comienza por el respeto a la
ley internacional, y no por un tratamiento hacia la ocupación
como si ésta, estuviese por encima de la ley recurriendo
a la lógica de la arrogancia y de la soberbia y, mostrándose
al estilo como quien dice: "lo que piensa Mussolini, es
la verdad", lo cual, alimenta los círculos del conflicto
y vuestro gobierno, será responsable por las vidas de
las personas que se van a desperdiciar y por la pérdida
de la seguridad, la estabilidad personal, social y económica
a ambos lados del conflicto. Esta realidad, debería impulsar
a los judíos en Palestina, a los pueblos del mundo y a
sus fuerzas vivas que aspiran a conseguir la justicia y la libertad,
para comprender las causas y los impulsos de esta política.
Entendemos, con seguridad, que las razones de la política
de la ocupación no se basan en la ignorancia política
ni en el miedo al futuro o para preservar la seguridad de los
judíos como difunden algunos, ya que, la historia contemporánea
no ha registrado en sus páginas que un pueblo que lucha
por su libertad, y que pudo conseguirla, tuviese que tratar con
injusticia, incluso a aquellos que le esclavizaron y le humillaron
a lo largo de muchos años. Los ejemplos, y en condiciones
similares al conflicto de Palestina, son muchos, como lo fue
el caso de Sudáfrica o Zimbabwe.
Lo que mueve la política
de vuestro gobierno, es la función adjudicada desde el
imperialismo a Israel. Esta función, convierte a los eslóganes
levantados por el liderazgo israelí para las masas judías,
en eslóganes engañosos, y hace que su lógica,
no solo fuese una justificación para los crímenes
de la ocupación, sino y también, una política
de discriminación racial practicada en contra de las masas
de nuestro pueblo en la parte ocupada de Palestina en 1948. Dicha
discriminación es una característica que va acompañada
a la fuerza imperialista y conexa a su cultura que tampoco excluye
a la comunidad judía oriental o a los inmigrantes judíos
procedentes de África y Etiopía. La cima de la
pirámide política en Israel, siempre fue ocupada
a favor de los intereses de un puñado de capitalistas
sionistas locales e internacionales, coaligados con las compañías
del monopolio imperialistas de todo el mundo, y que son al día
de hoy, quien dirige y orienta las políticas de EEUU e
Israel. La paz, la seguridad, la democracia y el bienestar para
los judíos en Palestina, además de todos los eslóganes
ya consumidos, no son más que ingredientes para la imposición
del proyecto estadounidense-imperialista en el Gran o el Nuevo
Oriente Medio, tal como lo llamó Simón Pérez
y que ya no niegan ni encubren los miembros de los polos de la
coalición de la globalización imperialista internacional
con EEUU a la cabeza.
Sobre la base de todo lo dicho,
y en defensa de la justicia de nuestra causa y en defensa de
la legítima lucha de nuestro pueblo en contra de la ocupación,
rechazo reconocer la legitimidad de vuestro Tribunal o legitimar
vuestra ocupación o ponerme de pie ante cualquiera de
ellos, puesto que, lo que ustedes llaman una lista de acusaciones
o de "infracciones de seguridad", son en realidad,
deberes patrióticos, "si es que tuvieron lugar efectivamente
o no", y que habría que enmarcar dentro del deber
general en un contexto de resistencia en contra de la ocupación.
Al mismo tiempo, y como Secretario General del Frente Popular
para la Liberación de Palestina, quisiera reafirmar mi
orgullo por pertenecer al Movimiento Revolucionario Palestino
y a las prolongaciones de dicho movimiento en el plano regional,
nacional e internacional y que forman los componentes del Movimiento
Internacional Contra el Sistema de Globalización Imperialista,
así como, por el marco dirigente de la lucha de los pueblos
del mundo y sus clases sociales oprimidas que luchan por la libertad,
la democracia, el socialismo, el progreso mundial, el justo reparto
de la riqueza, la igualdad entre los pueblos y la paz, rechazando
la represión y el concepto de libertad imperialista basado
en el expolio, la injusticia y la discriminación racial,
y a favor de construir una cultura y una civilización
mundiales, humanistas y progresistas para devolverle al hombre
su humanismo y abrirle el camino hacia el libre desarrollo.
Me siento orgulloso de ser
combatiente a favor de: ponerle fin a la ocupación israelí,
realizar la independencia nacional, garantizar el retorno de
nuestro pueblo y construir los necesarios mecanismos que conduzcan
a una solución democrática e integral al conflicto
en Palestina. Una solución capaz de conseguir una paz
permanente para toda la población de Palestina, sea judía
o árabe. Una solución capaz de realizar la reconciliación
histórica, la igualdad y la ecuanimidad, tanto en los
deberes como en los derechos, en el marco de un solo Estado democrático
sostenido por un sistema democrático que detesta todas
las formas de discriminación basadas en la religión,
el nacionalismo, la etnia, la clase social o el sexo.
En fin, puede que este Tribunal
no quisiera escuchar esta posición, puede considerar que
esta posición está fuera del marco de sus funciones,
siendo esta teoría, y dentro de una concepción
estrecha, acertada, aunque mi posición esté cohesionada
con la lógica y el fundamento del conflicto y sus objetivas
causas, la solución minuciosa es aquella que trata las
causas y no los resultados. Y ante esta fundamental contraposición,
quisiera terminar mi alegación diciendo lo siguiente:
"este es vuestro Tribunal y poséis la fuerza para
celebrar el juicio y condenarme sobre la base de vuestras listas
de acusaciones, la pública y la secreta, y podréis
dictar una sentencia preparada por el aparato político
y de seguridad que es quien está detrás de este
juicio. Pero yo también, poseo una voluntad obtenida desde
la justicia de nuestra causa y la determinación de nuestro
pueblo para rechazar cualquier papel de este juicio-comedia,
y preservando un equilibrio lógico y cohesionado, así
como, mi determinación a resistir vuestra ocupación
junto a los hijos de nuestro pueblo, a pesar de las reducciones
de espacio que imponéis a mis limitados movimientos como
prisionero por la libertad".
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