Cooperación con
el pueblo palestino
Proyecto para la
constitución de cooperativas agrícolas en las zonas
de Belén y Hebrón
CSCAweb:
8 de marzo, 2006
El Comité
de Solidaridad con la Causa Árabe, junto con la Unión
de Comités de Mujeres Palestinas (UPWC), avala un proyecto
para la constitución de cooperativas agrícolas
en la zona de Belén y Hebrón.
Unión de Comités
de Mujeres Palestinas (UPWC)
La Unión de Comités
de la Mujer Palestina es una organización cuyo objetivo
es el desarrollo de la mujer dentro del contexto social, económico,
legal y cultural en que se halla. La Unión de Comités
de Mujeres Palestinas (UPWC en sus siglas en inglés) nace
en Ramala, en 1980, como organización de mujeres palestinas.
Es una organización popular y democrática de mujeres
que trabaja en todas las zonas de Cisjordania y la Franja de
Gaza. El objetivo principal de la UPWC es concienciar a la mujer
sobre sus derechos políticos y económicos y capacitarla
para jugar un papel activo en el desarrollo de la sociedad, lo
que es fundamental para conseguir los necesarios cambios sociales:
se trata de conseguir nuevas leyes que promuevan la igualdad
de género y el fin de la discriminación. Sólo
reforzando el papel de la mujer e involucrándola en la
vida pública, aumentará su participación
en el proceso de toma de decisiones en el ámbito sociopolítico
y podrá participar de forma constructiva en la lucha por
la liberación nacional.
La mujer es uno de los grupos
sociales más discriminados como consecuencia del sistema
tradicional, tribal y patriarcal de la sociedad palestina, pero
esta discriminación también está directamente
relacionada con la ocupación israelí, pues las
acciones violentas de las fuerzas de ocupación israelíes
se proyectan sobre toda la sociedad palestina, sin importar género
o clase social. Así esta circunstancia ha sido determinante
al anclar la sociedad palestina tradicional y fomentar actitudes
proteccionistas estrictas que han motivado el olvido de los derechos
de la mujer.
Sus actividades consisten en
proporcionar ayuda a la familias y procurar cuidados a la infancia
con guarderías y jardines de infancia, junto con campañas
de educación para aumentar la concienciación social
y proveer información sobre los derechos de la mujer;
así se llevan a cabo programas de formación cuyo
objetivo es el refuerzo social y personal de la mujer, así
como la capacitación en la resolución constructiva
de conflictos. La mayoría de sus actividades buscan afianzar
las raíces culturales y étnicas de las mujeres
en las áreas rurales. Sus principales centros se hayan
en Qalquiliyah, Nablus, Hebrón, Rammallah, Belén,
Jenin y Gaza, y a través de 110 comités muy activos
trabajan en diferentes áreas, principalmente rurales,
como Assireh, Beit Fouriq, Karawa, Asaakre, Batir, Arabe, Mithaloun
y Fahme.
La UPWC está integrada
por mujeres palestinas en general, especialmente de las comunidades
más desfavorecidas como campos de refugiados y zonas rurales,
cuenta con más de 2.000 miembros de edades comprendidas
mayoritariamente entre 16 y 40 años. El trabajo se estructura
en cada zona mediante Comités locales que educan a la
mujer a través de cursos de formación apoyándolas
con Jardines de Infancia y Guarderías, y ayudan a poner
en marcha nuevos proyectos entre mujeres, trabajando siempre
con la base y desde la base.
Objetivos
de la Unión de Comités de Mujeres Palestinas
Los principales objetivos de
UPWC son los siguientes:
Participar en la lucha por
la liberación de las mujeres, poniéndola en relación
con el concepto de libertad política y social de toda
la sociedad.
Trabajar para unificar las
organizaciones de mujeres palestinas que se asienten sobre bases
democráticas.
Reforzar el papel de la mujer
dentro del movimiento sindical palestino en pro de unas mejores
condiciones de trabajo dentro de la sociedad palestina.
Establecer lazos de solidaridad
y amistad con movimientos de mujeres y sus diferentes entornos
en otros países, árabes o no.
La UPWC cree que la liberación
de la mujer está relacionada íntimamente con la
libertad dentro de la sociedad: sólo la libertad y la
construcción de un sistema democrático serán
la base sólida de una verdadera liberación de la
mujer. Para ello la UPWC trabaja intensamente para lograr que
"la mujer salga de su casa", bien sea para trabajar
o para mejorar su educación y preparación.
Para conseguir sus objetivos la UPWC trabaja en tres direcciones:
Fortalecer a la mujer al aumentar
su concienciación, educación y preparación.
Fortalecer a la mujer animándola
a incorporarse al trabajo productivo.
Fortalecer a la mujer estableciendo
medios de apoyo como guarderías, jardines de infancia
y restaurantes populares.
Actividades
de la Unión de Comités de Mujeres Palestinas
Actualmente la UPWC desarrolla
las siguientes actividades:
27 guarderías y jardines
de infancia que acogen a más de 1.200 niños.
Apoyo legal y charlas en pueblos
y campos de refugiados, tratando -en estrecho contacto con las
mujeres- de conocer sus necesidades y proporcionarles ayuda legal
y social.
Programa de formación
de mujeres jóvenes como líderes en cada pueblo.
Programa de apoyo a las familias.
Centro de Informática
en Qalquilia.
Clínica dental en Hebrón.
Apoyo a la creación
de proyectos de trabajo de mujeres en Gaza, campo de refugiados
de Kadoura y Ramala.
Cursos de formación
en: Derechos Humanos, salud, educación, participación
política, economía doméstica, charlas sobre
globalización, relaciones internacionales, economía.
Restaurante popular en el
que trabajan 8 mujeres.
Cafetería en la Universidad
de Birzeit.
Taller de bordado artesanal.
Durante años la UPWC
ha estado al frente del desarrollo de la mujer en la sociedad
palestina, a través de programas que han permitido que
cientos de mujeres hayan sido ayudadas para continuar su educación,
conseguir un trabajo o implicarse en actividades políticas.
Contexto social
La nueva
Intifada y sus efectos en las condiciones sociales y económicas
Los largos años de ocupación
israelí sobre los territorios ocupados de Palestina han
traído consigo el deterioro de las condiciones e infraestructuras
sociales básicas y han permitido la persistencia de los
efectos negativos creados por las restrictivas leyes de períodos
anteriores: ley otomana, británica, jordana y egipcia.
Factores tales como la limitación de las posibilidades
educativas, el deterioro de los servicios de salud y el colapso
de la estructura económica del país, así
como la confiscación de tierras y edificios propiedad
de palestinos han contribuido a la crisis económica. Los
efectos de esta situación pueden verse claramente plasmados
en la situación de las mujeres palestinas.
En septiembre del año
2000 y como reacción a una visita del entonces candidato
presidencial al gobierno de Israel, Ariel Sharon, a la mezquita
de Al Aqsa en Jerusalén, estalló en Cisjordania
y Gaza una nueva Intifada, que ha provocado hasta el momento
más de 4.000 muertos, incluyendo cerca de 90 niños.
Más de 39.000 personas han resultado heridas y unos 3.000
palestinos han sido encarcelados; en toda Cisjordania y Gaza
se vive una situación de violencia extrema, que incluye
bombardeos constantes, intercambios de fuego y enfrentamientos
de todo tipo.
Desde la llegada al poder en
Israel de Ariel Sharon el ejército israelí ha impuesto
a los territorios palestinos un rígido bloqueo militar
que supone tanto el cierre de las fronteras externas de los mismos
como su compartimentación interna. Los cierres internos
han supuesto la división de Cisjordania en 64 pequeñas
zonas aisladas entre sí, se han desplegado 91 puestos
de control militar que controlan y limitan el acceso de personas
y vehículos, y casi un centenar de carreteras y vías
de acceso han sido completamente bloqueadas por los militares
. Así mismo el estado de sitio y los toques de queda han
sido impuestos de forma incesante en la mayoría de los
pueblos y ciudades palestinas, ejerciéndose junto con
otros métodos como el asesinato selectivo, el bombardeo
de zonas residenciales, la demolición de casas y su confiscación,
y el arrasamiento de campos de cultivo.
Los bloqueos y el clima generalizado
de violencia han provocado un colapso completo de la ya de por
sí frágil estructura económica de Gaza
y Cisjordania. Antes de los cierres, un 23% de la población
laboral palestina trabajaba en Israel; en la actualidad unos
170.000 palestinos que antes trabajaban en Israel, han perdido
sus empleos con el consiguiente deterioro de las condiciones
de vida de estas familias. Según estudios de la Oficina
Central de Estadística Palestina, el ingreso medio de
las familias palestinas ha pasado de 2.500 Nis al mes antes de
la Intifada, a 850 Nis en la actualidad (unos 175 _). El mismo
estudio refleja que el descenso de los ingresos ha afectado al
87 % de los hogares, mientras el 47,4% han perdido más
del 50% de sus ingresos, lo que indica que el 63,3% de los hogares
palestinos viven bajo el umbral de la pobreza.
La mujer
en Palestina
El impacto de la situación
de inseguridad política, social y económica repercute
de forma especialmente grave en la población femenina
de forma que las duras condiciones económicas han perjudicado
la situación económica y social de la mujer palestina.
La comunidad palestina se caracteriza
por ser una comunidad tradicional. Su situación histórica,
la ha llevado a ser una comunidad cerrada dependiente de las
tradiciones y normas tribales como forma de protección
de su existencia. En este sentido las mujeres no sólo
sufren las consecuencias de las medidas de la ocupación
israelí, si no que sufren también los aspectos
negativos de la estructura tradicional de sus comunidades.
Un factor social determinante
de la situación de las mujeres palestinas en la actualidad
en Palestina es el hecho de que tienen una de las tasas de fertilidad
más altas del mundo, algo que en muchos casos determina
el estatus de la mujer y la relega a una función doméstica
en detrimento de una mejora de la educación y del empleo
de la mujer. Por otro lado, la mayoría de las mujeres
contraen matrimonio antes de los 18 años y algunas continúan
teniendo niños hasta más allá de los 35.
Esta realidad supone no sólo el abandono de los estudios
y el trabajo, sino también eventuales complicaciones de
salud, incluyendo mortalidad materna.
En términos generales,
los servicios dirigidos a la mujer están centrados casi
exclusivamente en la reproducción, de acuerdo con el pensamiento
tradicional de que ésta es la principal contribución
de las mujeres a la sociedad. Así, existe un amplio desconocimiento
entre la sociedad palestina de las cuestiones relacionadas con
la mujer y sus derechos. La legislación tampoco ayuda
a la integración laboral de la mujer, ya que sigue en
vigor la legislación Jordana de 1960, según la
cual el permiso por maternidad se reduce a 45 días, recibiendo
solamente el 45% de su salario.
Al mismo tiempo la mujer en
Palestina sigue siendo objeto de la violencia doméstica.
Según un estudio del centro Afaf Zebda de Tulkarem acerca
del incremento de la pobreza y el desempleo, que alcanzan niveles
muy altos, se puede estimar que el nivel de violencia practicada
contra las mujeres dentro de la comunidad palestina alcanza proporciones
alarmantes. Las mujeres son víctimas de la violencia,
sin ninguna protección legal contra ello y son consideradas
ciudadanos de segunda. En general las mujeres no son conscientes
de que su situación social y legal es rechazable, ya que
la falta de información al respecto les ha hecho considerarlo
como algo normal, asumiendo que su deber es la sumisión
al hombre como encargado de su protección y responsable
de la familia.
Sin embargo, como resultado del encarcelamiento o muerte de miembros
de sus familias, de la emigración forzada, de las restricciones
impuestas por los Israelíes toques de queda, cierres
de carreteras, prohibición de viajar a palestinos de determinada
edad...- que afectan especialmente a los varones, las mujeres
han tenido que asumir responsabilidades y tareas que tradicionalmente
formaban parte de las ocupaciones de los varones; además,
el número de mujeres "cabeza de familia" ha
llegado al 13% del total de familias palestinas. Ese incremento
alarmante del desempleo ha obligado a muchas mujeres a aceptar
trabajos que no cumplen las condiciones legales y a soportar
la explotación laboral con unos sueldos miserables y unas
condiciones laborales poco dignas.
Pese al cambio de los roles
de la mujer dentro de la sociedad palestina, todavía predomina
la percepción tradicional y aún no está
socialmente admitido que las mujeres tengan derecho a su independencia
por poseer un trabajo remunerado. La mujer se ve obligada a soportar
la responsabilidad del mantenimiento de sus familias, pese a
lo cual el trabajo doméstico sigue considerándose
una actividad secundaria y una forma de colaborar en la labor
del hombre a quien se considera el sustentador natural de la
familia.
No obstante cada vez más
sectores de influencia en la sociedad palestina reafirman la
importancia del papel de la mujer en todas las esferas de la
comunidad y su importancia a la hora de contribuir al desarrollo
tanto social como económico y político de Palestina.
Por ello se hace cada vez más necesaria una regulación
de sus derechos mediante una legislación que fije su futuro
estatus en la sociedad palestina.
Descripción y justificación del proyecto
El presente proyecto surge
como respuesta a la difícil situación que viven
las mujeres palestinas en Cisjordania. Los condicionantes económicas
y sociales de la ocupación, así como las dificultades
socioculturales del entorno, han relegado a un segundo plano
el papel socioeconómico y cultural de la mujer.
La necesidad de impulsar valores
de igualdad entre hombres y mujeres y de afianzar la práctica
de los derechos internacionales reconocidos es todavía
un largo camino sobre el que hay que trabajar. Tanto varones
como mujeres deben ser sensibilizados sobre las conductas y actitudes
sociales más beneficiosas para la sociedad. Deben establecerse
medidas de protección de la mujer contra los abusos emocionales
y físicos, y leyes que protejan el derecho a la educación
y otras libertades internacionalmente reconocidas.
El proyecto se plantea como
un ambicioso plan de dinamizar y reforzar el papel de la mujer
palestina dentro del ámbito rural, cuya situación
es la más difícil por ser la más olvidada.
La idea del proyecto se basa en la formación de cooperativas
productivas de mujeres de zonas rurales con objeto de proveerlas
de recursos que les ayuden a mejorar su situación y dirigir
su propia vida al sentirse independientes. Además de convertirse
en trabajadoras de la cooperativa las mujeres recibirán
formación cívica que refuerce su papel pues la
mujer ha de conocer sus derechos para ser capaz de defenderlos
Así la UPWC pretende
apoyar en este primer año del proyecto la formación
de seis cooperativas de mujeres en distintas áreas rurales
de Belén y Hebrón, dirigidas a mujeres que ya tienen
experiencia en el campo agrícola. En el segundo y tercer
año de duración del proyecto se pretende implantar
seis invernaderos cada año en otras tantas zonas rurales
de Cisjordania que sirvan de dinamización tanto a la economía
de la zona como al papel de la mujer en la vida socioeconómica
palestina.
Las áreas de acción
seleccionadas para la implantación de las cooperativas
son zonas de gran rendimiento agrícola con reservas de
agua y tierras fértiles. En cuanto a las tierras para
instalar los invernaderos existe ya un preacuerdo de alquiler
con los propietarios de las mismas por un periodo de cinco años,
renovable por otros cinco.
Las cooperativas serán
establecidas en las siguientes localizaciones: Battir, Alacre
y Al Manshiya, situados en la municipalidad de Belén y
Halhoul, Beit Amer y Sair en el distrito de Hebrón. Cada
cooperativa estará constituida por 15 mujeres que trabajarán
un invernadero situado en su localidad; un total de 90 mujeres
se incorporarán así al mundo laboral cada año
durante los tres años en que el proyecto estará
vigente.
Se han escogido las áreas
rurales de Belén y Hebrón para el primer año
de desarrollo del proyecto, para hacerlo extensivo en años
sucesivos a otras zonas de los TTOO igualmente necesitadas de
reactivación, ya que el índice de paro alcanza
el 42% y las condiciones de pobreza y precariedad de las zonas
rurales de Palestina son alarmantes.
Según el plan diseñado
la coordinadora del proyecto organizará el trabajo de
los invernaderos por medio de seis voluntarios-as asignados por
la UPWC con objeto de dirigir la puesta en práctica del
proyecto.
Con objeto de asegurar un buen
desarrollo del proyecto, la UPWC pretende impartir una formación
básica a las mujeres implicadas en cada cooperativa sobre
técnicas de agricultura moderna así como sobre
el procesamiento de los productos del campo para su posterior
introducción en el mercado.
Beneficiarios y objetivos
Mediante la constitución
de estas cooperativas agrícolas 90 mujeres de las áreas
rurales y sus familias que viven en circunstancias económicas
graves serán directamente beneficiadas por el proyecto
ya que éste les proporcionará recursos económicos.
Los objetivos perseguidos son:
Generación de oportunidades
de trabajo permanente para las mujeres.
Proveer a las mujeres de familias
con situaciones económicas graves de fuentes de ingresos
que alivien su situación.
Disminución del grado
de violencia doméstica dirigida contra las mujeres.
Desarrollo de la autoestima
de las mujeres.
Difundir el concepto de los
derechos de las mujeres entre las mismas.
Incremento de la sensibilidad
de la comunidad local con respecto a la importancia del papel
social y económico de la mujer.
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