La situación de los
trabajadores en los territorios árabes ocupados
Presentación de Informe
de la Oficina Internacional de Trabajo (OIT)
Juan
Somavía - OIT / CSCAweb: 31 de mayo, 2006
Foto: Cristina Ruiz
"La
característica más llamativa del mercado laboral
de los territorios árabes ocupados reside en las restricciones
persistentes e impredecibles que por motivos de seguridad se
imponen a la circulación de personas y mercancías.
Esto, unido a un muro de separación que se aparta de la
Línea Verde e impide físicamente el movimiento
dentro de los territorios, así como entre los territorios
e Israel, interrumpe la actividad económica normal de
las empresas palestinas y es una de las principales causas del
deterioro de las condiciones al que han de enfrentarse los trabajadores".
Reproducimos
a continuación el artículo de presentación
del Informe escrito por el director general, D. Juan Somavía
[CSCAweb]
"Al igual que en años
anteriores, este informe se ha preparado al término de
las misiones de alto nivel a Israel y a los territorios árabes
ocupados, así como a la República Arabe Siria.
Una vez más, las misiones contaron con la plena colaboración
de los interlocutores, reafirmándose el apoyo a los esfuerzos
que realiza la OIT en aras de la paz y la seguridad en la región,
mediante la supervisión y evaluación del desarrollo
económico y social registrado en nuestros ámbitos
de competencia. En las actividades desplegadas en los territorios
árabes ocupados, la OIT siguió como siempre las
orientaciones globales de las Naciones Unidas.
Este año, la colaboración
se consideró especialmente valiosa dado que las misiones
se programaron de forma que visitaran la región tras las
elecciones democráticas al Consejo Legislativo Palestino
del 25 de enero, y a la Knesset israelí del 28 de marzo
de 2006. Así pues, las misiones presenciaron directamente
una situación en la que un nuevo Gobierno de la Autoridad
Palestina acababa de entrar en funciones, y en que aún
estaba formándose un nuevo gobierno israelí. Las
partes implicadas en el conflicto palestino-israelí, albergaban
la esperanza de que estos cambios desembocaran en una nueva definición
de las posiciones respectivas. Del mismo modo, importantes actores
de la comunidad internacional recordaron a ambas partes sus obligaciones
internacionales, y reafirmaron su compromiso con la búsqueda
de vías que permitieran evitar un agravamiento de la crisis
humanitaria y renovar el proceso de paz.
Lo que han podido comprobar
las misiones es que la vida diaria de los trabajadores de los
territorios árabes ocupados no sólo sigue siendo
dramática, sino que además se ve agravada por nuevas
incertidumbres políticas. Como destacó el Coordinador
Especial de las Naciones Unidas para el proceso de paz del Oriente
Medio, Álvaro de Soto, uno de los principales desafíos
que se plantean en la actualidad es el de encontrar la manera
de que las Naciones Unidas y otros actores internacionales velen
por promover los intereses de la paz sin dejar de responder a
las necesidades del pueblo palestino. Esto no puede lograrse
únicamente a través de las actividades de los organismos
internacionales, ya que los servicios que proporciona el Gobierno
de la Autoridad Palestina son irremplazables.
El examen que la misión
realizó de la situación de los trabajadores de
los territorios árabes ocupados sirvió para destacar
la grave crisis que siguen atravesando numerosos hombres y mujeres
a los que no se permite trabajar normalmente, de manera productiva
y en condiciones aceptables. Aunque el informe de la misión
se redactó con un lenguaje objetivo, en él se presenta
una situación que supone una afrenta diaria a la dignidad
humana y una inmensa frustración acumulada contra los
obstáculos múltiples y recurrentes que coarta la
aspiración perfectamente normal de obtener unos ingresos
que permitan vivir con dignidad.
La característica más
llamativa del mercado laboral de los territorios árabes
ocupados reside en las restricciones persistentes e impredecibles
que por motivos de seguridad se imponen a la circulación
de personas y mercancías. Esto, unido a un muro de separación
que se aparta de la Línea Verde e impide físicamente
el movimiento dentro de los territorios, así como entre
los territorios e Israel, interrumpe la actividad económica
normal de las empresas palestinas y es una de las principales
causas del deterioro de las condiciones al que han de enfrentarse
los trabajadores.
La evacuación de Gaza,
que fue sin lugar a dudas un acontecimiento importante, ha puesto
fin a las restricciones dentro de la Faja. Sin embargo, las posibilidades
de recuperación económica y del empleo que este
fin hubiera podido deparar se ven amenazadas por las continuas
dificultades con que tropiezan los exportadores palestinos. A
mediados de 2005, hubo ciertamente un período durante
el cual el régimen de seguridad se relajó, lo cual
permitió un repunte del empleo, pero más recientemente
esa tendencia se ha invertido.
Cuatro de cada diez palestinos
de los territorios viven en la pobreza con menos de 2,10 dólares
de los Estados Unidos al día. En cifras absolutas, se
ha pasado de 600.000 personas en esta situación en 1999,
a 1.600.000 personas en 2005. Sólo una de cada diez mujeres
puede trabajar fuera del hogar, a pesar de que las mujeres palestinas
se encuentran entre las más cualificadas del mundo. El
desempleo visible, sumado al gran número de trabajadores
que han renunciado a la búsqueda activa de trabajo por
considerarla estéril, afecta al 40 por ciento de la fuerza
laboral Palestina. Dos de cada cinco personas que trabajan en
Gaza, y una de cada cinco en la Ribera Occidental, están
empleadas por la Autoridad Palestina. Se calcula que de estos
salarios viven unas 900.000 personas.
Los intrincados vínculos
que existen entre el desarrollo económico, social y político
por una parte, y la paz y la seguridad por otra, deben ocupar
el lugar preferente en nuestra reflexión destinada a resolver
los problemas continuos y generalizados de la vida diaria que
han de afrontar la población de los territorios árabes
ocupados. Esta es la premisa de base de la que parten los esfuerzos
de la OIT en la región y en otros lugares: la seguridad
económica y social es una condición para lograr
una paz duradera. Como indica el Secretario General de las Naciones
Unidas en su informe titulado Un concepto más amplio de
la libertad: "no tendremos desarrollo sin seguridad, no
tendremos seguridad sin desarrollo, y no tendremos ninguna de
las dos cosas si no se respetan los derechos humanos". El
reto al que nos enfrentamos es conseguir que todas las partes
materialicen esta visión en el logro de la paz y en medios
de acción pacíficos.
Una dimensión importante
del corpus normativo internacional sobre derechos humanos es
el derecho de los trabajadores y los empleadores a asociarse
libremente y a constituir y afiliarse a organizaciones que estimen
convenientes. En las condiciones que hoy imperan en Palestina,
los avances registrados en el ejercicio de este derecho podrían
desempeñar un importante papel para crear unos cauces
de ayuda y representación transparentes, integradores
y eficaces, que propicien la existencia de empresas sostenibles,
el comercio internacional y el aumento del empleo. Entre los
mandantes de la OIT en todo el mundo, numerosas son las organizaciones
de empleadores de trabajadores que surgieron antes de que se
asentara un estado independiente en su país. Estas organizaciones
no sólo desempeñaron un importante papel en el
mejoramiento de las condiciones de vida y de trabajo en momentos
a menudo turbulentos, sino que también contribuyeron a
la expansión y profundización de una cultura cívica
y democrática que permitía resolver los problemas
sobre la base del respeto mutuo y del diálogo. La misión
se ha reunido con los interlocutores sociales palestinos, y ambos
comparten la exigencia universal que expresan todas las organizaciones
de trabajadores y de empleadores del mundo, a saber, que su condición
de tales se garantice a través de una legislación
que sea acorde con las normas de la libertad sindical y de asociación
de la OIT.
Los derechos de los trabajadores
palestinos y sus familias constituyen uno de los pasos fundamentales
que han de darse en el camino hacia el desarrollo socioeconómico,
la seguridad, la paz y una mayor libertad en los territorios
árabes ocupados. Por este motivo, el Consejo de Administración
de la Oficina Internacional del Trabajo y la Conferencia Internacional
del Trabajo han atribuido un papel constructivo a la OIT para
que, a través de sus programas, contribuya a mejorar la
vida de los hombres y mujeres que trabajan y la de sus familias
en la región. A este respecto, el programa reforzado de
cooperación técnica para los territorios árabes
ocupados, sobre el que la Oficina informará de nuevo en
noviembre de 2006, recibe un amplio apoyo de todas las regiones
y de todos los grupos del Consejo de Administración.
La OIT siempre ha mantenido
que la seguridad no es tan sólo una cuestión militar.
Las afirmaciones que figuran en la Constitución de la
OIT, según las cuales "la pobreza, en cualquier lugar,
constituye un peligro para la prosperidad de todos" y "la
paz universal y permanente sólo puede basarse en la justicia
social", resultan sumamente pertinentes en la actual situación
en Oriente Medio.
En este conflicto que todavía
está sin resolver, la seguridad de las personas es deficitaria
tanto en el lado israelí como en el palestino. Desde que
regresaran las distintas misiones, se ha producido un recrudecimiento
alarmante de la violencia, que se cobra numerosas víctimas
por ambas partes, incluidos niños. El Gobierno de Israel
insiste en la seguridad física de sus ciudadanos. La Autoridad
Palestina pone de relieve la inseguridad económica y social,
así como la seguridad física de los palestinos
que viven bajo la ocupación. La seguridad en Israel, considerada
tanto en su aspecto físico como social y económico,
no puede disociarse de la que necesita la población palestina
que vive en los territorios ocupados. La seguridad global de
ambos pueblos está íntimamente entrelazada. Existe
una responsabilidad compartida de resolver de manera conjunta
toda la problemática planteada. La OIT confía en
que, sobre la base de sus competencias específicas y de
su tradicional relación con los mandantes tripartitos
de la región, será capaz de contribuir a la renovación
del proceso de paz.
Mayo de
2006. Juan Somavia, Director General"

Texto completo
del informe:
La situación de los trabajadores en los
territorios árabes ocupados
(279,3 KB - 53
pp.)
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