El enviado de guerra americano
en Gaza
Ali Abunimah*
Electronic
Intifada / Traducción
Al-Quds Málaga
CSCAweb: 14/02/07
"Al
fin, Abbas está haciendo lo que tanto se le demandaba
a Arafat, mientras Israel y Estados Unidos contemplan el escenario
con regocijo. Como explicaba el diario israelí Haaretz,
Israel no siente la necesidad de lanzar una operación
de venganza a gran escala contra Gaza tras el ataque a Eilat
el pasado 29 de enero: "Cuando Fatah y Hamas son tan buenos
matándose unos a otros, ¿por qué va a intervenir
Israel para espolearles a cerrar filas contra el enemigo común?"."
En los últimos días
la interminable y asesina brutalidad de la ocupación israelí
ha sido eclipsada por la carnicería de Gaza después
de que decenas de palestinos han sido asesinados en lo que comúnmente
se denomina "guerra entre facciones", entre las fuerzas
leales al responsable de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas
y a su facción Fatah por una parte y, por la otra, las
leales al gobierno de Hamas.
Por todas partes se han escuchado
angustiosas llamadas de cada uno de los sectores de la sociedad
palestina - partidos políticos, organizaciones no gubernamentales,
líderes religiosos cristianos y musulmanes - pidiendo
el cese de los enfrentamientos y el regreso al diálogo.
En las enfebrecidas mentes
de los ideólogos de la administración Bush, Palestina
se ha convertido en un nuevo frente de los que ellos conciben
como una nueva guerra fría contra el "islamofascismo".
Ellos ven a Irán como el objetivo central mientras mantienen
batallas por poderes contra un enemigo fantasma desde Afganistán
y Pakistán hasta Iraq, Palestina, Líbano, Somalia
y siempre adelante allí donde haya árabes o musulmanes.
En cada uno de los casos, conflictos locales con historias específicas
están siendo impulsados y empantanados.
Mahmoud Abbas y el "señor
de la guerra" de Gaza Muhammad Dahlan se han convertido
en los voluntarios apoderados del frente palestino de este más
amplio proyecto, según se desprende de sus tácticas
y leales declaraciones.
La última ronda de enfrentamientos
comenzó el 1 de febrero cuando fuerzas del Ministerio
del Interior palestino, dependientes del gobierno de Hamas, intentaron
intervenir un convoy de camiones que entraban en Gaza desde Israel.
Los oficiales alegaron que los camiones iban cargados de armas
destinadas a la Guardia Presidencial, la milicia leal a Abbas.
Miembros de Fatah, en intervenciones
en la BBC en árabe negaron esta acusación vehementemente,
dando, sin embargo, explicaciones contradictorias sobre la carga
que llevaban los camiones. Uno de ellos dijo que contenían
"comida y medicinas para el pueblo palestino" otro
dijo que "tiendas y equipamiento" y otro "generadores
de electricidad y piezas de repuesto".
Ninguna de las explicaciones
casaba.
Sin embargo, que la Guardia
Presidencial de Abbas está recibiendo armas vía
Israel es de conocimiento general de la población palestina
tanto en Gaza como en Cisjordania y se ha hablado de ello abiertamente
en los medios de comunicación israelíes desde hace
meses. Desde el pasado octubre, 8 camiones cargados de rifles
AK-47 y ametralladoras con varios millones de cartuchos han entrado
en Gaza desde Israel a través de los pasos de Nahal Oz
y Kerem Shalom, según un oficial de alto rango de la Fuerza-17,
la milicia de Fatah, en conversación con el periodista
Khaled Amayreh de Hebrón.
No todas estas armas van a
la Guardia Presidencial, muchas son vendidas al más alto
postor. Y hace unos días, el presidente Bush anunció
que próximamente transferiría 86 millones de dólares
para ayudarle aún más.
Con el objeto de silenciar
el escándalo de que la "presidencia" palestina
está recibiendo armas de Estados Unidos a través
de Israel para ser utilizadas contra el pueblo palestino, la
Guardia Presidencial de Abbas lanzó el contraataque contra
la Universidad Islámica de Gaza, disparando, quemando
y destruyendo parte de ella. Los oficiales de Abbas declararon
que sus fuerzas habían arrestado a siete expertos en armas
de Irán que trabajan para Hamás, etiquetando a
los líderes de Hamás de extremistas y golpistas.
Tanto Fatah como la radio local
de Fatah llegaron a acusar a Hamas de haber sido ellos mismos
los que quemaron la Universidad Islámica con el objeto
de oscurecer la "gloriosa imagen" de Fatah. La presencia
de los iraníes fue desmentida unánimemente pero
revelan hasta qué punto los oficiales de Abbas han adoptado
ellos mismos los esquemas mentales de Israel y los Estados Unidos
como propios.
En recientes manifestaciones,
los leales a Dahlan han gritado "Shií, Shií"
a los seguidores de Hamas. Con ello se pretendía quizás
atraer la atención del apoyo de Irán para Hamas,
(toda la comunidad musulmana palestina es suní), pero
esta odiosa incitación sectaria, desconocida hasta ahora
en Palestina, sirve (por ahora) a la más amplia agenda
estratégica de los padrinos de Abbas y Dahlan.
Después de la derrota
de Israel por Hezbolá el pasado verano, el movimiento
shií libanés, respaldado por Irán, ganó
un gran prestigio entre la gente de la región, especialmente
entre los palestinos, como un movimiento árabe nacionalista
y pan-islámico que se mantiene firme ante las agresiones
de Israel en contraste con el débil, impopular y corrupto
gobierno. De ahí que la activa promoción del miedo
suní a sus hermanos shiíes está destinada
a limitar la influencia de Irán, y de paso aplicar el
viejo dicho de "divide y vencerás".
Al fin, Abbas está haciendo
lo que tanto se le demandaba a Arafat, mientras Israel y Estados
Unidos contemplan el escenario con regocijo. Como explicaba el
diario israelí Haaretz, Israel no siente la necesidad
de lanzar una operación de venganza a gran escala contra
Gaza tras el ataque a Eilat el pasado 29 de enero: "Cuando
Fatah y Hamas son tan buenos matándose unos a otros, ¿por
qué va a intervenir Israel para espolearles a cerrar filas
contra el enemigo común?"
Mientras la batalla en Gaza
sufre una gran escalada, "la voz de la política americana",
el así llamado "Cuarteto" (formado por representantes
de Estados Unidos, La Unión Europea, Naciones Unidas y
Rusia) se reunieron para discutir sobre el más que muerto
"proceso de paz". Declararon su "profunda preocupación
por la violencia entre los palestinos" haciendo un llamamiento
a la ley y al orden. Al igual que los americanos el verano pasado
con la guerra de Líbano, el Cuarteto, intencionadamente,
no hizo un llamamiento al alto al fuego. Hicieron un llamamiento
de la unidad palestina bajo un gobierno comprometido con la no-violencia,
que reconociera Israel y aceptara sus obligaciones en el marco
de la Hoja de Ruta, mientras que mantuvo un total silencio sobre
las continuas políticas de limpieza étnica, especialmente
después de que la pasada semana el primer ministro israelí
anunciara que Israel va a extender el muro ilegal de separación
hacia el interior de Cisjordania con el objeto de anexionarse
algunas colonias judías. Esta medida significará
que otros 20.000 palestinos se sumarán a los ya cientos
de miles de palestinos que quedarán aislados en guetos
vallados comparados con el "apartheid" por el ex presidente
Carter.
El Cuarteto incluso celebró
el envío de armas de Estados Unidos a la Guardia Presidencial,
aunque, en el doble lenguaje diplomático, se utilizó
el eufemismo de "esfuerzos para reformar la el sector de
la seguridad palestina y ayudar a imponer el orden y la ley para
la población palestina"
Tal como están las cosas,
las grietas comienzan a aparecer. A pesar de que la propaganda
norteamericana afirma que está armando a Abbas como respuesta
a la creciente influencia de Irán en la zona, el Comité
de Desarrollo Internacional del Parlamento Británico ha
concluido la semana pasada que son las sanciones de occidente
y el aislamiento las causas que han lanzado a
Hamas a buscar el apoyo de Irán. El Comité condena
la negativa del gobierno británico a hablar con Hamas,
le urge a hacerlo, tal como hizo con el IRA y urge que se consideren
las sanciones de la Unión Europea a Israel, entre ellas
la suspensión del Acuerdo preferente que garantiza los
privilegios comerciales con el estado de Israel.
La propaganda israelí
y norteamericana, ahora también adoptada por la Unión
Europea intenta ocultar el hecho fundamental de que en Palestina
lo que hay es la lucha de un pueblo colonizado por su liberación.
La política de apoyar un grupo colaboracionista para luchar
como enviados y en nombre del imperio colonizador y ocupante
sólo incrementará el derramamiento de sangre. Pero
además fracasará en Palestina como ya fracasó
en Irlanda del Norte, en Sudáfrica y en América
Central y Sudamérica, de la misma manera que está
fracasando en Iraq.
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