Gaza e Iraq: la derecha rivaliza
con la derecha
Joseph Samaha
Al-Safir, 29 de septiembre
de 2005 / CSCAweb, 14 de octubre de 2005
Traducción del árabe de Jamal Halawa
"Si
Netanyahu representa a la extrema derecha nacional-religiosa
con alta carga ideológica, Sharon querría vacunar
a esa derecha con una carga de pragmatismo que ayude a distinguir
entre lo que es posible, y lo que es deseado".
La discusión habida
en medio de la derecha israelí sobre Gaza, se asimila
a la discusión que hay en medio de la derecha norteamericana
sobre Iraq. Se ha resquebrajado el partido del "Likud"
y ya es difícil que preserve su unidad entre dos corrientes
que se separan. Los que protestan a Ariel Sharon, con Benjamín
Netanyahu a la cabeza, le critican por el plan de desconexión
en Gaza, el incremento de sus declaraciones sobre el Estado palestino
y sus insinuaciones de aceptar la hoja de ruta. Dicen, que algunos
titulares no estaban incluidos en el programa del "Likud",
indicando y con razón, que son invenciones del partido
"Laborista". Esta ala, basa su postura en que "Israel"
es tan fuerte que no debería desmantelar asentamientos,
ni evacuar colonos, ni ofrecer ninguna forma de "incentivo"
al terrorismo palestino. Reprochan a la clase dominante dentro
del gobierno, por no aplicar la afirmación que dice: "Lo
que no se soluciona por la fuerza, se solucionará, con
aún más de la misma". Consideran que el desistimiento,
forma un precedente que anima al extremismo palestino, y que
es la antesala para convertir a Gaza en la base que representa
una amenaza existencial para Israel. Esta corriente muestra indiferencia
ante la administración norteamericana y sus deseos, considerando
que la experiencia, ha enseñado a Israel que está
capacitado para imponer la política de los hechos consumados,
y que los países occidentales y árabes, al final,
acaban sometiéndose a ellos.
En frente, Sharon sostiene
su opinión en que Israel es tan fuerte, hasta el límite
que no teme al re-despliegue de sus tropas en Gaza, mientras
sea éste país (Israel, quien va a delimitar las
reglas del juego más adelante. Los sharonistas dicen,
que este paso va a fortalecer a Israel y a su alianza estratégica
con EEUU, ganar la simpatía de Europa y derribar el negativo
muro árabe-islámico. Añaden, que Gaza es
inexistente en cualquier proyecto expansionista sionista, incluido
aquel, el que tienen adoptado los seguidores de Netanyahu. Basándose
en esta tesis, utilizar la fuerza o incrementarla, no puede tener
lugar por su desvinculación directa con el interés
nacional, y porque lo que se persigue, en efecto, es facilitar
las condiciones políticas para utilizar la violencia requerida,
y para acabar con cualquier resistencia en la franja de Gaza
y recortar lo que hay que recortar en Cisjordania. Si Netanyahu
representa a la extrema derecha nacional-religiosa con alta carga
ideológica, Sharon querría vacunar a esa derecha
con una carga de pragmatismo que ayude a distinguir entre lo
que es posible, y lo que es deseado.
La discusión que circula
entre la derecha norteamericana, tiene ambientes semejantes cuando
toca hablar de Iraq y las posibilidades de la situación.
Los nacionalistas extremistas (o los conservadores pragmáticos),
se han quedado a merced de la administración de una crisis
causada por el cambio que ellos han provocado. Sus ambiciones
se han reducido de querer establecer un "Faro Democrático
Iraquí", a aceptar arreglos con un país que
les ha traído una sorpresa tras otra. Estos, no consideran
que "el ejemplo democrático iraquí",
pueda ser el arma para atraer a los países vecinos e interpelarles,
en base a los barómetros del respeto hacia los derechos
humanos. Ven que se deben precisar las ganancias y las pérdidas
en Iraq y administrar la situación con los países
vecinos de Iraq, de forma restringida, según el grado
de sometimiento ó rebelión a la definición
norteamericana directa, sobre los intereses nacionales y estratégicos.
En frente, encontramos a "los
neo conservadores", advirtiendo del regreso de ese "pragmatismo
kissingueriano" de la política exterior norteamericana,
y rechazando de arriba abajo, la lógica de "administrar
la crisis". Puesto que, a su exposición sobre si
la capital Washington está obligada a fortalecer su presencia
en Iraq, romperle el pescuezo a la resistencia y garantizar las
requeridas condiciones para construir una democracia leal a occidente
y amiga de Israel, añaden esto, que la enemistad con los
valores occidentales, tiene su fuente en países como Arabia
Saudí y Egipto. Sin embargo, países como Irán
y Siria, son enemigos de los valores más los intereses
occidentales, lo que convierte en un deber, el darles un escarmiento
a todos. También se convierte en un deber, el movilizar
a todas las capacidades de la nación americana para resolver
a su favor, en Iraq y alrededores, este primer asalto de la "cuarta
guerra mundial". Encontramos el reflejo de esa discusión,
dentro de la derecha americana sobre esta rivalidad abierta entre
la revista de "los neo conservadores", "Weekly
Standard", y entre el Ministro de Defensa Donald Rumsfield
y sus defensores. Es una rivalidad que revela la existencia del
principio de una fisura en la coalición que instó
y acometió la guerra de Iraq.
Existen dos puntos que distinguen
lo que ocurre en "Israel" con lo que ocurre en EEUU:
El primero, que EEUU aun no ha definido ninguna petición
para retirarse unilateralmente de Iraq. El segundo, es que George
Bush, que es una larva de cochinilla (milpiés), sigue
en una posición de balanceo, ya que, por una parte, él
sustenta las extremas demandas esgrimidas por "los neo conservadores",
no se opone a ellas, y por la otra, apoya la política
de "los conservadores pragmáticos" que no están
a favor de incrementar la presencia militar en Iraq para resolver
el conflicto. Es posible, que ésta sea la contradicción
más destacada de la política del presidente, y
es una contradicción que puede ampliarse aun más,
después de los huracanes de Katrina y Rita al sentirse
obligado a remediar los efectos de su impopularidad, andando
al paso de la tendencia aislacionista y, presentar respuestas
convincentes para aquellos que advierten del exceso de la sangría
en los gastos cuyo reflejo será: un aumento del déficit
en los presupuestos.
Hay que mencionar, que ambas
rivalidades en "Israel" y EEUU, no giran en dos círculos
cerrados. Los filamentos que tiran de algunos de la derecha norteamericana
hacia otros de la derecha israelí y que se remontan a
décadas, hacen de ambas partes, una sola corriente ideológica
y política que han visto en los atentados del 11 S, una
oportunidad abierta para virar hacia una política cósmica.
Ésta derecha extrema, no ha calculado, ni siquiera una
sola vez, la probabilidad de una divergencia dentro de la derecha
israelí. Pero esto es, otro tema.
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