El tono quebrado del discurso
oficial palestino
Ádly Sadeq
Al-Quds
al-Árabi,
3 de octubre de 2005 / CSCAweb, 14 de octubre de 2005
Traducción del árabe de Jamal Halawa
"No
podemos condenar cualquier forma de respuesta y, aquel que nos
reclame sabiduría para salvaguardar al supremo interés
del pueblo palestino, debería poner los puntos sobre las
íes, para reactivar a la diplomacia árabe y palestina,
partiendo desde la realidad de las persecuciones y de los asesinatos
que se cometen en Cisjordania".
El discurso político
palestino, a lo largo de los últimos días, ha estado
por debajo del nivel de lectura integral sobre una escena completa.
No es cierto decir: "que las cosas iban bien, hasta la explosión
de Yabalia durante el desfile de Hamas". Tampoco nos hace
falta investigar mucho para recuperar los detalles, puesto que,
las violaciones israelíes precedían al desfile
de Yabalia, cuando los invasores habían vuelto a mancillar
a Cisjordania, a no ser que, hayamos tragado el anzuelo y ya
no vemos, el porque habría que vincular entre los crímenes
de los ocupantes en Cisjordania, con lo que ocurre partiendo
desde Gaza, si es así, entonces, a Dios hemos de suplicar
una recompensa por todas las pérdidas.
Lo que es extraño, dentro
de la locución de nuestro discurso político y oficial,
tanto en el oculto como en el quebrado, es la consagración
del supuesto peligro unilateral para violar el acuerdo de "periodo
de calma", partiendo desde Gaza, no obstante, y en el resto
de las líneas de la confrontación donde los ocupantes
violan todas las normas, no parece haber un verdadero peligro.
Lo más que se dice al respecto, sobre las políticas
agresivas que provocan al pueblo palestino e incitan su resistencia,
que es una "escalada" israelí, a sabiendas,
que la agresión va a más y que una de las claras
formas de agresión, es tratar de separar entre una sangre
palestina y otra, es decir, que el crimen de antes de ayer en
Jenin por ejemplo, no requiere de cualquier intento de respuesta
palestina (aunque fuese política), y es como si fuera
más fácil (dentro de la agenda de pacificación
política y en la lógica de los mediadores y de
los negociadores), que los palestinos, mordamos nuestra ira y
traguemos nuestra pena.
¿No sería más
fácil, que el enemigo detenga el asesinato de nuestros
jóvenes, que son los más nobles, más apreciados,
más honestos y más sinceros? ¿Cómo
se puede considerar un movimiento nacionalista que pretende dirigir
un proceso de paz (ó preparase para ello), mientras no
se toman en cuenta los asesinatos diarios de nuestros jóvenes
resistentes comprometidos con el "periodo de calma"?
Los ocupantes, aspiran a tener
a un socio palestino dentro de un proceso de paz engañoso
que, no se deja influir por el derramamiento de la sangre de
los jóvenes palestinos, y así, pretenden transformar
al socio palestino en una representación que no tiene
que ver nada con los jóvenes resistentes, teniendo estos
últimos, que apañárselas por si solos; y
en cuanto se pasen en su exigencia política reclamando
más seguridad (ambición necesaria para su auto
defensa), se les acusa de provocadores de fenómenos de
desorden y en protagonizar papeles que no les corresponden. Entonces,
¿cuál es el papel de la ANP y el liderazgo palestino,
ante éste asesinato criminal que se comete contra nuestro
jóvenes en Jenin y en otras plazas? No le estamos exigiendo
a la ANP defender a su pueblo, como repiten los portavoces de
las facciones islámicas, por una sencilla razón,
y es que la ANP, ha comenzado tarde a pensar en defenderse a
si misma de los peligros internos de seguridad, por lo tanto,
dicha autoridad, no representa a ninguna fuerza capacitada para
disuadir militarmente. Sin embargo, ésta ecuación,
no rompe los activos de la política y las repercusiones
dentro de la misma, al menos, hemos de mantenernos al margen,
si las persecuciones de los jóvenes y el derramamiento
de nuestra sangre, continúan en Cisjordania.
Entonces, no podemos condenar
cualquier forma de respuesta y, aquel que nos reclame sabiduría
para salvaguardar al supremo interés del pueblo palestino,
debería poner los puntos sobre las íes, para reactivar
a la diplomacia árabe y palestina, partiendo desde la
realidad de las persecuciones y de los asesinatos que se cometen
en Cisjordania, para que a su vez, exijan a los mediadores y
los retóricos presiones sobre los agresores, en aras de
que estos, detengan la comisión de sus crímenes.
Nuestro discurso palestino
y nuestro discurso árabe, en los últimos días,
daba a entender que estábamos auto condenándonos,
como si el conflicto empezara con un misil de Hamas. No obstante,
éste misil, podría convertirse en una rara contrariedad
si el enemigo fuese menos agresivo, o si la cohesión y
la complicidad dentro de la sociedad palestina, hubiesen recurrido
un camino más considerable, o si la ANP se uniera entre
si, para atraer el apoyo de los demás dentro de la sociedad
palestina. Sentí pena, cuando el presidente palestino
Abu Mazen, dijo en la liga árabe lo que daba a entender
que las cosas empeoraron desde el punto en donde hubo una explosión
en el desfile de Hamas en Yabalia, ya que, los ocupantes tienen
una agenda muy peligrosa donde tratarán de suprimirnos,
independientemente de lo que pudo haber ocurrido en Yabalia,
y porque nuestro conflicto, está ahí, con los ocupantes
que tratan de girar los focos hacia las dificultades de seguridad
en Gaza, para seguir ellos con su agresión en Cisjordania
y para que los vientos de los medios de comunicación,
sigan soplando en la dirección que más interesa
a las naves de Sharon, mientras tanto, nuestro discurso se balancea
entre intenciones.
|