El boicot académico y la izquierda
israelí
Omar Barghouti y Lisa Taraki*
Palestine
Chronicle
/ CSCAweb (www.nodo50.org/csca), 11 de mayo de 2005. Traducción
para CSCAweb de Natalia Litvina
El punto
final y crucial es el siguiente: ¿dónde estaban
esos críticos del boicot durante los años del boicot
general (en todos los campos, incluído el académico)
del régimen de apartheid de Surafrica? ¿Se opusieron
entonces a los criterios del boicot, mucho más duros?
Si no, son hipócritas o bien tienen buenas razones para
creer que esas medidas punitivas no serán igual de eficaces
con Israel que en el caso de su predecesor sudafricano. Aún
está por publicar un buen argumento que justifique esa
idea infundada. La pelota de la prueba está en su tejado,
no en el nuestro.
Algunos de los más comprometidos
representantes de la oposición israelí a la ocupación
militar de los territorios palestinos, manifestaron recientemente
serias reservas, por no decir un claro rechazo acerca del llamamiento
palestino al boicot de las instituciones académicas y
culturales israelíes. Creemos que merece la pena analizar
sus preocupaciones.
Casi todas las críticas
que se hicieron publicas, estaban precedidas por el apoyo moral
del derecho de los palestinos a la resistencia a la ocupación,
de forma noviolenta, por supuesto, incluso llamando al boicot
para conseguir ese objetivo. Un tema común en su rechazo
al boicot académico es sin embargo la consideración
pragmática de que el boicot puede ser "contraproducente"
en la lucha contra la ocupación. Se permiten tal objeción
porque se consideran colaboradores de los palestinos en el campo
contra la ocupación y no como meros simpatizantes externos.
Esta premisa puede ser válida para algunos casos, pero
en la mayoría de ocasiones no lo es. Los israelíes
que se atribuyen el derecho exclusivo de arbitrar en cualquier
cuestión que tenga que ver con los palestinos, deberían
pensar dos veces antes de autoproclamarse como los únicos
que decidan sobre la forma que debe adoptar la lucha contra la
ocupación.
Los israelíes que están
en contra de la ocupación deberían entonces actuar
con una base moral sobre todo, y no dictar el rumbo de la lucha.
Ésta sigue siendo una lucha de los palestinos y sus partidarios,
entre ellos los israelíes conscientes, llevada por los
palestinos contra las políticas racistas y coloniales
de Israel. Es la hora de reconocer este hecho determinante.
Otra cuestión crucial
que tratamos aquí, es el hecho de que incluso los israelíes
conscientes se encuentran en una situación de conflicto
de intereses: cualquier boicot, incluso en su forma más
sutil y matizada, perjudicará, tarde o temprano sus intereses.
¿Este hecho les tiene que privar a los israelíes
del derecho de opinar o darles consejo a los palestinos sobre
el boicot, dado que su vista está nublada por el interés
propio? No, pero el hecho de que sus intereses estén sobre
la mesa no tiene que ser ignorado a la hora de decidir sobre
la imparcialidad de sus opiniones. Algunos académicos
de principios, como Ilan Pappe, decididamente se situaron por
encima de este conflicto de intereses, declarándose estar
preparados para aceptar el precio que habrían que pagar
como resultado de la realización de cualquier boicot significativo
contra las instituciones académicas israelíes.
Semejante claridad moral y coherencia deberían servir
de ejemplo a los demás académicos israelíes.
Independientemente de las intenciones
y consideraciones morales, creemos necesario hablar de los argumentos
pragmáticos/políticos más recurrentes presentados
por la izquierda israelí, y responder a cada uno de esos
argumentos con la debida reflexión.
La afirmación sobre
lo "contraproducente" del boicot, la más potente
de todas, se basa en los siguientes argumentos:
Primera afirmación: El boicot académico perjudicará
a aquel sector de la sociedad opresora, que tiene mayor probabilidad
de ser simpatizante de la lucha del pueblo oprimido. Israel no
es ninguna exepción, sino la regla.
Respuesta: Incluso si es así en otros
lugares, en Israel no lo es. En términos generales, los
académicos israelíes hacen servicio militar en
el ejército de la ocupación, y casi nunca denuncian
públicamente la ocupación israelí, ni su
sistema de discriminación racial contra sus propios ciudadanos
palestinos, ni la absoluta denegación de derechos de los
refugiados palestinos, derechos reconocidos por la ley internacional.
Esto nos lleva a una conclusión: están, aúnque
de manera pasiva, a favor de la opresión criminal del
pueblo palestino llevada a cabo por su estado. Es más,
las organizaciones académicas israelíes, como juntas
universitarias o asociaciones profesionales, guardaron silencio
acerca de la conducta de aquellos científicos que contribuyeron
a la ocupación sea directamente, prestando servicios de
consulta, sea desarrollando "conocimientos" que puedan
utilizarse para el control, opresión y ocupación.
Según nuestra información, ningún racista
o científico colaboracionista ha sido reprobado en público
por una organización académica representativa.
Muchos de los israelíes que rechazan el boicot académico,
admiten libremente la complicidad de la comunidad académica
con el proyecto colonial, tanto histórica como actualmente.
Segunda afirmación: el boicot académico por su
propia naturaleza está en contradición con la libertad
académica.
Respuesta: Esta afirmación tiene que ser
examinada con atención. Creemos que la libertad que los
académicos israelíes quieren preservar, es su libertad
de seguir siendo eruditos, es decir: tener un flujo ininterrumpido
de fondos para la investigación, conseguir subvenciones
para ser liberados de la enseñanza, tomar años
sabáticos, poder seguir escribiendo, participar en debates
científicos, en otras palabras, todas las cosas que un
académico respetable se supone tiene que hacer. ¿Pero
pueden o deben disfrutar de esas libertades (que para nosotros
parecen más bien privilegios) sin tener que preocuparse
de lo que está ocurriendo al otro lado de los muros de
la cátedra ni de qué papel juegan sus instituciones
en la perpetuación del colonialismo? Aquí afrontamos
de nuevo la visión del mundo que tienen los israelíes
desde su posición ventajosa, suponiendo y exigiendo que
los demás hagan lo mismo. ¿Por qué tiene
el resto del mundo que ayudar a los académicos israelíes
a perpetuar su posición privilegiada?
Tercera afirmación:
Los académicos
israelíes que están en contra de la ocupación,
se oponen, en su mayoría, al boicot. De este modo, insistiendo
en el boicot, se corre el riesgo de perderlos. Los palestinos
no pueden permitirse esto, teniendo en cuenta su evidente debilidad
politica.
Respuesta: Aunque nos importen las opiniones de
nuestros partidarios israelíes acerca de los métodos
de lucha, no son ni nuestra única ni la más importante
consideración. Como ya dijimos, esperamos que su oposición
a los crímenes que se cometen en su nombre no se base
sólo en consideraciones pragmáticas, y que sean
capaces de verse a sí mismos en el contexto más
amplio de la lucha, y por lo tanto superar la tendencia de creer
que están en el centro del universo. Boicot es un método
de lucha moralmente justificado, un desafío que empujará
a Israel hacia el cumplimiento de la ley internacional, un método
que servirá a los intereses de los palestinos en su lucha
por la emancipación, autodeterminación e igualdad.
Esta es nuestra consideración más urgente.
Cuarta afirmación: Los israelíes conscientes que
son eximidos de ser objeto del boicot serán estigmatizados
por sus propios colegas israelíes si aceptan semejante
privilegio. Esto afectará su posición y disminuirá
su posibilidad de influencia sobre las actitudes del círculo
académico sobre la ocupación.
Respuesta: Esta afirmación es aún
menos relevante que la anterior! La respuesta que dimos es perfectamente
válida para ésta.
Quinta afirmación: Aunque la llamada de los palestinos
al boicot pide explícitamente un boicot "institucional",
no individual, eximiendo a los "académicos israelíes
conscientes", que se oponen a la ocupación y la opresión,
esto implica que el resto de los académicos individuales
israelíes tienen que ser biocoteados. Esta contradicción
aparente hace dudar de la sinceridad y la coherencia del llamamiento
palestino.
Respuesta: Aunque rechazamos por principio hacer
el papel de los acusados en este no tan inocente cuestionamiento
de nuestra integridad, responderemos a esta acusación.
Un año después de la publicación del llamamiento
palestino al boicot, el numero de declaraciones públicas,
notas de presna, artículos publicados y llamadas inequívocas
al seguimiento del boicot es tal que no se puede dudar de nuestra
moralidad y consistencia política. Nuestro Llamamiento,
de forma explícita y clara llama al boicot internacional.
La manera en que dejábamos claro que había que
"excluir como objetivo de las referidas acciones a cualquier
académico e intelectual israelí que se oponga a
las políticas coloniales y racistas de su Estado"
venía dada por ser conscientes de que existe siempre un
área indefinida donde un académico puede ser percibido
como representante de su institución antes de que por
su propia persona. Fuimos cautos y previmos con antelación
esta eventualidad. Nuestra afirmación no va más
alla de lo que explicita. Nuestro discurso siempre ha evitado
la doble lectura y la ambigüedad, a diferencia del de muchos
de nuestros detractores.
El punto final y crucial es
el siguiente: ¿dónde estaban esos críticos
del boicot durante los años del boicot general (en todos
los campos, incluído el académico) del régimen
de apartheid de Surafrica? ¿Se opusieron entonces a los
criterios del boicot, mucho más duros? Si no, son hipócritas
o bien tienen buenas razones para creer que esas medidas punitivas
no serán igual de eficaces con Israel que en el caso de
su predecesor sudafricano. Aún está por publicar
un buen argumento que justifique esa idea infundada. La pelota
de la prueba está en su tejado, no en el nuestro.
El tratamiento de Israel como
un Estado fuera de la historia, para el que no existe la ley
internacional y moralmente intocable, tiene que llegar a su fin.
Esto refleja la inconsistencia moral y miopía política,
además, sirve para perpetuar la opresión del pueblo
palestino y por lo tanto imposibilita la lucha para la paz, basada
en la justicia y el principio universal de igualdad.
* Los autores
son miembros de la Campaña Palestina para el Boicot Académico
y Cultural de Israel (PACBI)
Enlaces relacionados
Enlace
al texto original de la llamada al boicot
Alberto
Arce: 'El boicot a Israel: es la hora de los hechos y no de las
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Campaña de identificación
y boicot a los productos y empresas israelíes en España,
y empresas españolas que comercian con Israel
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europeas con Israel
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