Tras las últimas desfederaciones y escándalos internos, en vísperas del XIº Congreso, la CNT debería asumir que sólo volverá adquirir la importancia que tuvo en nuestra sociedad si acepta el carácter federalista de la Organización y heterodoxo de su militancia y si es capaz de entender que cayendo en planteamientos reformistas sólo conseguirá disipar sus objetivos de emancipación.
XI Congreso de la CNT. ¿El final del anarcosindicalismo?
Cuando se consumó la desmembración inorgánica de la mayoría de sindicatos de la CNT catalana –aún vigente– los sindicatos de nuestro Comité Regional decidimos en Pleno enviar un comunicado titulado «Quo Vadis, CNT» (Dónde vas, CNT) al entonces llamado Comité Nacional para que lo tramitara a toda la Confederación. Su objetivo era dar a conocer nuestro posicionamiento ante la ruptura producida en Catalunya– propiciada por un tercio de sindicatos y vulnerando la normativa orgánica–, pero también advertir del peligro que suponía la dinámica de expulsiones en la que se había entrado. En mayo de 2001, en vista de que nuestro comunicado había llegado intencionadamente con más de un año de retraso al resto de Comités Regionales y a sabiendas de que no todos lo reenviaron a sus sindicatos, el SOV de Martorell decidió publicarlo íntegramente en su boletín. En él, además de narrar cómo se produjo la ruptura de la Organización en Catalunya, advertíamos de que junto a las desfederaciones ocurridas previamente en varios sindicatos de los Comités Regionales de Centro, Exteriores y Levante, lo que estaba sucediendo en la CNT era algo que debía alarmarnos «por una simple razón: ya se ha transmitido el testigo a los más jóvenes con el lema “¿Solución a los conflictos?: Expulsión”». Efectivamente, en la Confederación se estaba implantando una metodología de expulsión hacia los sindicatos discrepantes que continúa vigente y que suele precocinarse con descalificaciones, mentiras e incluso agresiones. No obstante, advertíamos de que «nadie nos impedirá utilizar nuestro talante crítico para continuar defendiendo el Anarcosindicalismo, denunciando el autoritarismo que actualmente impera en algunos núcleos de CNT».(1)
He aquí la razón del presente artículo. Con él pretendemos volver a dar nuestra opinión de qué está pasando en la CNT en vísperas de su XIº Congreso. Como nuestra experiencia nos hace intuir que en las conclusiones posteriores al cónclave volverá a remarcarse que la CNT saldrá fortalecida del mismo, mucho nos tememos que independientemente de lo que allí se decida, no será así. La CNT sólo volverá adquirir la importancia que tuvo en nuestra sociedad si acepta el carácter federalista de la Organización y heterodoxo de su militancia y si es capaz de entender que cayendo en planteamientos reformistas sólo conseguirá disipar sus objetivos de emancipación. De ahí que en la imagen que acompaña este comunicado, con un leve retoque del cartel conmemorativo del Congreso y pese a lo que se diga tras su clausura, desconfiemos de ese mensaje y vaticinemos que nos la querrán volver a dar «con queso».
Aunque dos décadas después se reconoce de voz –pero no oficialmente– que la ruptura de la CNT catalana vulneró los estatutos cenetistas, en vísperas del XIº Congreso, vemos cómo nada parece haber cambiado desde entonces: los secretarios siguen decidiendo sin consultar a la militancia, la pérdida de principios federalistas se ha incrementado y desde el Comité Confederal se continúa mangoneando la tesorería. La historia se repite y quienes critican lo que está ocurriendo vuelven a ser expulsados.
DE LA TEORÍA ANARQUISTA AL CONTROL DE LA ORGANIZACIÓN
La militancia cenetista sabe que aunque lo ideal es organizarse de la forma más horizontal y consensuada posible, en una organización, especialmente cuando se hace grande, es sumamente complicado funcionar así por el simple hecho de que cada afiliado/a y cada sindicato, afortunadamente, no siempre opina lo mismo, de ahí que para poder coordinarnos, guste o no, en la CNT nos rijamos por una ley de mayorías. Sin embargo, para no abandonar la ética anarquista, en su día decidimos que nuestro funcionamiento ha de seguir ciertas pautas como tomar las decisiones desde la base, garantizar la autonomía de cada sindicato y respetar la opinión de las minorías. Somos una organización centenaria y quienes la conformamos la hemos nutrido de normas, precisamente, para evitar que puedan haber manipulaciones.
Esa es la teoría, luego, desgraciadamente, la práctica es otra. Durante los últimos años, desde las secretarías se está vulnerado la ética y las normas confederales para promover desfederaciones que frenen las críticas hacia su gestión. El mejor ejemplo de lo expuesto lo vivimos quienes actualmente formamos CNT Catalunya, pues por criticar el ejecutivismo de aquel Comité Nacional, que estaba en manos de la «vieja guardia», se hilvanó la actual ruptura de la regional catalana. Hoy, en vista de los últimos acontecimientos y tal y como advertimos, es evidente que continúa la mala práctica de fomentar luchas intestinales para no perder el control de la CNT. Al parecer, poco o nada se ha aprendido de lo ocurrido pese a que ahora sean otros quienes estén en los cargos.
Antes de empezar, el Congreso ya está siendo polémico por las luchas intestinales que desde hace décadas corroen la Confederación. Si años atrás el sector más ortodoxo de la CNT fue quien urdió las desfederaciones vulnerando los estatutos cenetistas, ahora los que las promueven, en aras de un falso pragmatismo, parecen cegados de reformismo, utilizan las tácticas de siempre y lo que es peor, provocan la marcha de sindicatos enteros al interpretar que se están abandonando equivocadamente los principios sobre los que se fundó
HAN CAMBIADO LAS TORNAS, PERO ¿PARA BIEN?
Quizá por simple cuestión generacional, esa «vieja guardia», la que se autoerigía como la quintaesencia del anarcosindicalismo, ha ido perdido peso y durante los últimos años ha sido desplazada. Cada vez son menos los sindicatos que les respaldan. Por eso, ahora, desde canales ajenos a la Organización, viendo que ya no son el sector mayoritario, lanzan comunicados y artículos sumamente críticos que alertan de los derroteros reformistas de una CNT que ya no controlan. Hablan de un «entierro del anarcosindicalismo», de que los «comités deciden, hacen y deshacen», de que «un sólo sindicato se impone a la voluntad de siete», de «purgas y desfederaciones»(2). Lo paradójico del caso es que aunque no les sobre razón, sean ellos quienes critiquen las prácticas que antes utilizaron. Y es que todo parece indicar que las tornas han cambiado, lo cual no quiere decir que sea para bien.
En su confrontación por controlar la Organización, la «nueva guardia» tampoco ha aprendido de errores pasados porque pretende transformar la CNT con los mismos métodos, eliminando las voces discrepantes. Además, continúa sin querer abordar lo ocurrido en anteriores desfederaciones y opta por el borrón y cuenta nueva, entrega los conflictos laborales a un polémico gabinete jurídico, renuncia cada vez más a la acción directa y toma decisiones desde los Comités en lugar de escuchar a las bases. En definitiva, están dejando en el camino los conocidos principios, tácticas y finalidades de la CNT con la excusa de intentar crecer a cualquier precio, aunque sea asemejándose cada vez más a la línea seguida por la CGT. ¿Será algo casual o premeditado?
LA HABITUAL ESTRATEGIA DESFEDERADORA
Como decíamos, la mutación que se está dando en la CNT es fruto de las purgas, pero también del hartazgo de una militancia saturada de ver cómo se imponen y se malinterpretan interesadamente acuerdos que faciliten desfederaciones. Las ocurridas últimamente en la regional levantina y andaluza, con asaltos y agresiones incluidas, son un claro ejemplo al que ahora ha de sumarse, además, las autodesfederaciones de algunos sindicatos. Este clima tan convulso sigue el protocolo habitual de censurarse en la prensa confederal porque en ella impera la ley del silencio, de ahí que las voces disidentes tengan que exponer lo que está ocurriendo en otros medios. No obstante, para hacernos una idea de cuál es la situación que atraviesa la CNT, haremos un breve extracto de algunos comunicados y artículos lanzados desde los sindicatos afectados y desde alguna publicación cercana a ellos.
Entre los que han sido desfederados, la CNT de Chiclana (Cádiz) publicó un escrito denunciando la organización del anterior Congreso. Sobre él sostuvo que la aprobación de nuevos apartados de la normativa orgánica la han llevado a parecerse más «a un código penal que a las normas generales de una organización libertaria», destapando que durante dicho Congreso las mesas «estaban acordadas de antemano, así como las comisiones» y sosteniendo que estos hechos se aprovecharon para desfederar a los sindicatos que criticaban la actual deriva reformista. En su escrito criticaron también que «se ha pasado de un funcionamiento horizontal y asambleario a la Dictadura del Secretariado».(3) Esa misma denuncia fue compartida por el SOV de Cádiz, también desfederado, al declarar en su día que «ha habido reuniones previas para voltear los acuerdos de congresos de la CNT y hacerse con unos nuevos estatutos a medida para poder tener menores trabas orgánicas a la hora de funcionar a su manera» e indicando que de esta forma «se esta acallando la voz de los sindicatos críticos».(4)
EL HARTAZGO MILITANTE Y LA AUTODESFEDERACIÓN
Como decíamos, ante los derroteros que está tomando la situación, varios sindicatos han optado directamente por abandonar la Organización. Así, en Pontevedra, la CNT de Vilagarcía de Arousa se ha autodesfederado exponiendo que lo hacían porque la Confederación está «involucionando» y que el actual sistema de votación «en nada se diferencia del de la junta de accionistas de un banco o de una empresa capitalista, con la particularidad de que en el lugar de acciones se compran votos». De esta manera, «los grandes sindicatos que controlan los procesos decisorios dentro de la CNT están controlados, a su vez, por una minoría dirigente» que pretende «impedir la asistencia de diferentes sindicatos al próximo Congreso» con el objetivo de «legitimar el proceso de centralización y jerarquización del conjunto de la confederación (...) especialmente a la vista de unas ponencias dirigidas a reforzar el poder de los comités y de los grandes sindicatos»(5). En esa provincia, cayendo como fichas de dominó, también han anunciado su marcha de la CNT el SOV de Pontevedra y el de Vigo. En la misma línea que el de Vilagarcía, el SOV de Pontevedra ha denunciado que «la solidaridad es difícil de encontrar ya en esta organización, y en muchas ocasiones es sustituida por una caja registradora. En lugar de ayudar a los sindicatos más pequeños, o que están en horas bajas, los sindicatos grandes se lanzan a su cuello, pues aquellos ya no son rentables para la organización», añadiendo también que como consecuencia de esa dinámica de funcionamiento recaudatorio y colaboracionismo bancario «un sindicato ya no tiene autonomía para no exigir un pago mensual a sus afiliados, pues desde arriba les cargarán en la cuenta un pago para todos sus afiliados».(6) También éste ha sido uno de los motivos esgrimidos por el SOV de Vigo para abandonar la CNT, dejándolo manifiesto al señalar que la normativa actual supone «un obstáculo para la libre coordinación entre sindicatos, se ha convertido en un enorme yugo económico para los sindicatos cuyos recursos son drenados por las instancias superiores para costear la burocracia que todo lo domina.» Asimismo, antes de abandonar la Organización destacaron que la pérdida de valores anarcosindicalistas es la que está haciendo que militantes del Sindicato del Puerto de Santa María (Cádiz) o el SOV de Olot (Girona) cooperen y colaboren, respectivamente, con partidos políticos como Podemos o la CUP.(7)
Ya más recientemente, el Sindicato de Transportes y Servicios Informáticos de la CNT madrileña ha anunciado que también se autodesfederaba no por cuestiones de «ortodoxia o reformismo» anarquista, sino por «el distanciamiento insalvable entre lo que esta organización dice ser y lo que realmente es». En su comunicado también hace autocrítica al sostener que «hemos tolerado durante demasiado tiempo la vulneración de nuestros derechos» ante situaciones como la «ruptura del pacto federalista, ejecutivismo, verticalidad, expulsiones, censura, profesionalización, uniformidad...». A pesar de tanto aguante, el detonante para acabar yéndose de la CNT ha sido «las cuentas de tesorería presentadas en agosto y la radiografía que hacen de una organización enferma y podrida».(8)
DECISIONES JERÁRQUICAS, DINERO QUE DESAPARECE Y EL POLÉMICO GTC
En su afán por intentar crecer y controlar la CNT, desde los Comités se insta a que los sindicatos tengan una cuenta bancaria para cargar directamente en ella el porcentaje derivado de la cuota de su número de afiliados. Pero, ¿quién controla a los Comités? Los sindicatos que por uno u otro motivo ya no están en la Organización denuncian falta de transparencia, descuadres de decenas de miles de euros y que el Secretariado Permanente Confederal haya retirado fondos del Patrimonio de forma arbitraria, sin consultar a las bases. En vista de tales acusaciones, parece que durante los últimos años se han incrementado estas prácticas aunque ya hace veinte años que también las denunciamos. Al final, este nuevo desfalco ha terminado por reconocerse dulcificándolo como un «uso irregular de cuentas», aunque de este hecho no se haya informado como se debería, pues es de tal magnitud que ha conllevado la expulsión del anterior Secretario General de la CNT.(9) Ante tales prácticas, cabe preguntarse, ¿tiene sentido asfixiar económicamente a los sindicatos y desfederarlos con la excusa de no poder pagar sus cuotas si luego desde los Comités desaparece el dinero a borbotones?
Para colmo, la profesionalización sindical que se está produciendo comporta que la CNT pierda su identidad combativa y que se abandone la acción directa, pues ésta no pasa sólo por vestirse con chalecos, coger una pancarta y reproducir las mismas prácticas que el resto de organizaciones sindicales. Así, en la resolución de conflictos prácticamente no existe diferencia con los métodos utilizados por esos sindicatos institucionalizados, que pasan por utilizar únicamente la vía judicial y por presentarse ocasionalmente y de forma tibia ante alguna empresa. Además, en vista de la apuesta que se ha hecho traspasando los conflictos al Gabinete Técnico Confederal (GTC) –cuestionado porque supone la entrada de liberados en la Organización, por su criticada ineficacia y por el elevado coste económico que comporta–, nuevamente cabe preguntarse, ¿debe exigirse a todos los sindicatos que sufraguen un costoso gabinete de abogados aunque no estén utilizando sus servicios? Del GTC se dice que lo conforma, supuestamente, una cooperativa de abogados llamada «Primero de Mayo» que trabaja exclusivamente para la CNT, convirtiéndose prácticamente en liberados sindicales dentro la Confederación. En cuanto a su funcionamiento, se ha cuestionado que sólo opere a instancias del Secretariado Permanente del Comité Confederal, que por este motivo se encuentra fuera del control de los sindicatos y que no se sabe qué hacen con el dinero que recibe de la Organización.(7)
EL DESAPEGO ANARCOSINDICALISTA DE LA CNT NO SUPONE LA MUERTE DEL ANARCOSINDICALISMO
Afortunadamente, la burocratización y el ejecutivismo que se está produciendo en la Confederación, promovidos desde unos Comités que filtran la información interesadamente, no reflejan el sentir de buena parte de su militancia que sigue apostando por el anarcosindicalismo. Sin embargo, por lo expuesto anteriormente, pocas esperanzas debemos tener de que el XIº Congreso de la CNT contribuya a subsanar los desencuentros y anomalías orgánicas producidas en el seno de la Organización durante las últimas décadas. Si en su día la publicación del libro CGT: ¿anarcosindicalista?(10) levantó airadas polémicas, hemos visto que hoy también hay militantes y sindicatos enteros que ante el rumbo reformista que se está imponiendo en la CNT –que comporta la pérdida de su esencia anarquista– están optando por desafiliarse individualmente y autodesfederarse colectivamente para seguir haciendo anarcosindicalismo fuera de la Organización. Así, tanto los sindicatos expulsados como los autodesfederados, bajo las mismas siglas u otra nueva, han aclarado que seguirán practicando el anarcosindicalismo.
En cuanto a la Confederación, muy difícil se nos antoja que el mal endémico existente sea revertido ni en este Congreso ni en un plazo breve de tiempo. Ese cambio de tornas se ha producido paralelamente a un vaciamiento de planteamientos anarcosindicalistas dentro de la Organización, habiendo quien sostiene que «se han expulsado los grandes, y hasta los pequeños ideales, se les ha mandado de vacaciones sin retorno», que «no existe una correlación entre la dejación de los principios y alcanzar a ser una organización con verdadera fuerza social» y que algo va mal cuando «una simple “victoria” judicial, es considerada como un hecho de acción directa».(11)
Por nuestra parte, desde CNT-Catalunya podemos enorgullecernos de no haber abandonado los principios, tácticas y finalidades, e independientemente de la senda que se trace durante el próximo Congreso, nos reafirmamos en la viabilidad del anarcosindicalismo para emanciparnos y conseguir una sociedad más libre. Somos optimismas por nuestra propia experiencia, porque pese al chorreo de desfederaciones y abandonos hay sindicatos que siguen funcionando con esos principios y porque sabemos que todavía hay otros tantos dentro de la CNT que no han arrojado la toalla, que tienen claro que «no tiene sentido mostrar a la CNT como un sindicato diferente, como una alternativa real al modelo sindical establecido, si en la práctica hacemos lo mismo que los demás sindicatos» y que «no podemos renunciar, en definitiva, a la acción directa».(12)
CNT-CATALUNYA
NOTAS
1. Artículo «Quo vadis, CNT». Comunicado de CNT Catalunya. Publicado en Idees i discussió, núm.1, págs. 1-3. Mayo de 2001.
2. «En defensa del anarcosindicalismo, de la CNT y de la AIT». Artículo publicado el 2/2/2015 en www.adarga.info.
3. «Comunicado». Sindicato de Oficios Varios de Chiclana de la CNT-AIT. Publicado el 23/07/2014 en barcelona.indymedia.org.
4. «Entrevista al S.O.V. de Cádiz». Publicado en www.adarga.info.
5. Artículo «Adiós CNT». Publicado el 28/05/2015 en www.portaloaca.com.
6. «El Sindicato de Oficios Varios de Pontevedra abandona la CNT. Comunicado de desfederación voluntaria». Publicado el 3/6/2015 en www.portaloaca.com.
7. «El sindicato de Vigo se va de la CNT». Publicado el 22/6/2015 en www.portaloaca.com.
8. «No vamos de la CNT, nos vemos en las calles». Publicado el 22/9/15 en www.stsi-madrid.org.
9. «CNT inicia una investigación por uso irregular de sus cuentas». Publicado el 9/11/15 en www.cnt.es.
10. «CGT: ¿anarcosindicalista?». F. Ventura Calderón. Nossa y Jara Editores, SL. Enero de 1993.
11. «El horizonte de la CNT». M. Suárez García. Publicado en la revista Adarga, núm. 1. Enero de 2013.
12. «Manifiesto de Oviedo: La CNT que queremos». Publicado el 24/2/2014 en www.alasbarricadas.org.
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