En el desierto, las afecciones oculares son frecuentes. La sequedad del terreno, las tormentas de arena y la exposición continua al sol dañan los ojos. Así, entre los saharauis que malviven en campamentos abundan las enfermedades oculares, agravadas por su penuria material.
En prevención de esos daños, los gobiernos europeos evitan mirar al Sahara Occidental, para que no les entre arena. Sobre todo el español, quien más debería mirar por responsabilidad histórica. Ante los continuos abusos (...)