Berta despedida de CC.OO.

Carta de Berta con motivo de la Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Asturias de septiembre de 2002 que confirma la nulidad del primer despido
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En primer lugar quiero manifestar, en nombre de los inmigrantes de AIRA nuestra solidaridad con los campesinos colombianos que están llevando a cabo una Gran Movilización Nacional reclamando el derecho a una vida digna. También quiero expresar nuestra solidaridad con los dos compañeros asturianos, Daniel y Ana, detenidos en Colombia cuando acompañaban a un grupo de campesinos. Nosotros conocemos bien a Daniel y Ana quienes han colaborado con AIRA en todo momento y conocemos su compromiso solidario y consecuente. Esperamos tenerlos aquí de nuevo en breves fechas.

En cuanto a la Sentencia de la Sala de Lo Social del Tribunal Superior de Justicia que confirma la emitida el 14 de Enero por el Juzgado número 1 de lo Social de Oviedo quiero decir lo siguiente:

La sentencia demuestra el fracaso de la estrategia judicial dirigida por la Jefa Del Servicio Jurídico de CC.OO., Nuria Fernández, utilizando testigos falsos, presionando y amenazando a inmigrantes para que no acudieran a declarar a mi favor, inventando una falsa sustracción de la base de datos del CITE, manifestando que los inmigrantes son los clientes de la empresa CC.OO. y por lo tanto el crecimiento de AIRA podría restarles beneficios derivados de las subvenciones públicas, tratándome tanto a mí como a los inmigrantes y a los militantes de CC.OO. que acudieron a testificar de una forma grosera y ofensiva. Como afiliada a CC.OO. me avergüenzo de la baja calidad tanto profesional como moral de quien dirige los Servicios Jurídicos que en teoría deben defendernos a los trabajadores.

La responsabilidad de que, a partir de esta sentencia, se pueda decir sin lugar a dudas que CC.OO. vulnera derechos fundamentales como el derecho a la libertad de expresión y el derecho a la libertad de asociación recae directamente sobre Alberto Rubio, Secretario General de CC.OO. de Asturias quién tomó personalmente la decisión de despedirme por no doblegarme ante sus continuas amenazas de despido debidas a mi militancia en AIRA. Frente a la prepotencia de esas amenazas cabe destacar la cobardía de no atreverse a comparecer como testigo en el juicio por mi segundo despido y, una vez obligado a comparecer por la jueza, la hipocresía de presentarse como una víctima de la situación generada por mi despido, llegando a afirmar que sabía de mi trabajo en el CITE por los periódicos.

Esta nueva victoria de la justicia frente al abuso pone una vez más de manifiesto la falsedad de quienes diciéndose líderes sindicales se comportan peor que la patronal más caciquil. Espero que por el bien de los trabajadores que vivimos en Asturias, sea cual sea nuestra nacionalidad de origen, que más pronto que tarde, estos individuos mediocres que han hecho del sindicalismo una confortable forma de vida y que manejan CC.OO. como su chiringuito personal sean expulsados de los puestos que ocupan por las propias bases honestas del sindicato.

Por mi parte agradezco su solidaridad a mis hermanos de AIRA y a los militantes honestos de CC.OO. que me han apoyado y advierto que seguiré peleando hasta el final por mi dignidad de trabajadora y de inmigrante. Por mucho que el Secretario General de CC.OO. y su camarilla sigan despilfarrando los recursos del sindicato y utilizando de forma corrupta y fraudulenta el dinero de las cuotas de los afiliados y de las subvenciones públicas para aplastar a quienes nos negamos a ponernos de rodillas, que sepa este aprendiz de Pinochet que procedo de un pueblo rebelde y de una generación de luchadores sociales que aprendieron a un alto coste que nunca hay que ceder ante el atropello y que la dignidad y los principios ni se venden ni se negocian.