Solidaridad con Berta, despedida de CC.OO. Asturias por defender su dignidad de trabajadora inmigrante  

 

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Habla Berta:

Soy salvadoreña, licenciada en Lengua y Literatura por la UCA, ejercí como profesora de propaganda en la Universidad Nacional durante 8 años. Viví en Canadá 6 años como refugiada política y tengo la nacionalidad canadiense. Vine a Asturias por motivos personales (me casé con un asturiano). Soy trabajadora del CITE desde Enero de 2000. Mi último contrato (marzo de 2001) se financia mediante un Convenio con el Ayuntamiento de Gijón. Se me despide con motivo de una entrevista que como presidenta de Aira se publica en LNE.

Quiero dejar bien claro que soy consciente de que este despido es una decisión directa y personal de D. Alberto Rubio derivada de mi negativa a aceptar que, debido a su muy particular manera de entender mi condición de emigrante y empleada del CITE , yo debiera seguir sus órdenes acerca de mis actividades sociales y políticas en mi vida privada. EL Sr. Rubio quería un inmigrante "Tio Tom" callado y sumiso que pusiese la nota progresista y tolerante en la foto. Se equivocó de medio a medio. Yo me gano mi sueldo con mi capacidad profesional y mi entrega al trabajo, pero no vendo mi dignidad de inmigrante. Procedo de una generación de salvadoreños que nos jugamos bastante más que el empleo por atacar la injusticia. Permitir que me ponga de rodillas el Sr. Rubio sería como escupir contra mi pasado. Si no me hizo callar Roberto D'Aubisson, no lo va a hacer este otro personaje. Se me presionó insistentemente para que aceptara un cese pactado y discreto. Como haría cualquier trabajador con conciencia, me opongo totalmente a este tipo de prácticas. Voy a pelear en todos los terrenos para volver con la cabeza bien alta a mi trabajo y doy por sentado que mi Sindicato (CC.OO.) me va a respaldar.

D. Alberto Rubio me aplica una interpretación de la Ley de Extranjería que desborda por la derecha al PP: me prohibe que me organice como inmigrante y me prohibe hacer uso de la libertad de expresión.

Soy afiliada a CC.OO. de Asturias, acato sus Estatutos y las decisiones y acuerdos de todos sus Organos de Dirección. Respeto la figura de su Secretario General cuando actúa en cumplimiento de sus funciones, pero es evidente que no traslado ese respeto al particular D. Alberto Rubio, menos aún cuando, haciendo un uso indebido de su cargo, actúa con prepotencia y falta de respeto a los derechos y a la dignidad de una trabajadora.

En mi casa, la lealtad a CC.OO. y a la causa de los trabajadores es una religión. Por eso me siento más obligada a denunciar actuaciones como ésta.

La inmigración en Asturias no es un fenómeno coyuntural y pasajero, sino una realidad social creciente y desbordante que va a cambiar absolutamente una sociedad fosilizada en parámetros y conceptos que ya no sirven. Los inmigrantes somos la nueva clase obrera. Las necesidad de organizaciones especificas de inmigrantes que trabajen junto con el resto de las organizaciones sociales, políticas y sindicales para conseguir una sociedad más justa es tan evidente que solo una absoluta ceguera política, fruto de muchos años de vivir encerrado en su despacho practicando un sindicalismo virtual, puede explicar la persecución del D. Alberto Rubio a las actividades de AIRA.

Los inmigrantes no tenemos ninguna responsabilidad en el deterioro de las condiciones laborales de los Asturianos: no fueron inmigrantes los que cerraron Hunosa, ni Ensidesa, ni los que liquidaron la agricultura, la ganadería y la pesca asturiana, ni los que crearon las ETT,s. Antes de culpar a los inmigrantes, los asturianos deberían mirarse a si mismos y preguntarse qué hicieron ante tanto atropello. Un pueblo que no lucha no merece nada. Los inmigrantes somos el eslabón más débil de la cadena de explotación.

Parece que a D. Alberto le molesta el crecimiento de Aira y pretende achacarlo a mi trabajo en el CITE. Aira nació sin despacho ni oficina. Buscamos a los inmigrantes donde ellos están: en los mercadillos callejeros, en los rastros, en los restaurantes chinos, en los locales de alterne incluso. La experiencia de militar durante años en el movimiento popular de El Salvador hace que no necesite ningún tipo de lección por parte de D.Alberto Rubio a ese respecto. Allí, en El Salvador, personajes de tan poca solvencia ideológica como éste no podrían llegar jamás a dirigir un Sindicato de clase. Las actividades de CC.OO. y AIRA jamás colisionaron: CC.OO. gestiona la documentación a los inmigrantes y los defiende en sus problemas laborales. AIRA no lo hace. Pero aparte de los papeles y los problemas laborales, la vida sigue: AIRA organiza convivencias, charlas, fiestas, proyecciones de diapositivas, exposiciones fotográficas, brinda asesoria sobre temas no relacionados con el trabajo: problemas para alquilar viviendas, casos de discriminación racista y xenófoba, etc.

Existen 11.000 inmigrantes en Asturias: hay espacio para muchas organizaciones. Los lemas de AIRA son: ningún ser humano es ilegal. Nativa o extranjera, la misma clase obrera. No a la ley de Extranjería ¿Cuál de ellos le molesta al Sr. Rubio?. Participamos en la Manifestación del Primero de Mayo en Oviedo, en la movilización sindical conjunta por el futuro de la región, en las concentraciones contra la Ley deExtranjeria al lado de los compañeros de CC.OO. sindicato al que muchos de los miembros de AIRA estamos afiliados ¿Cuál es el problema del Sr. Rubio?.

Berta Savil Montoya Ulloa
E-mail: marquinos@nodo50.org

 

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