I Jornadas Estatales en Defensa del Ferrocarril (Salamanca)

Los siguientes participantes:

  • Plataforma en Defensa del Ferrocarril de Madrid
  • Plataforma de defensa del ferrocarril de Málaga
  • Plataforma en Defensa del Ferrocarril de Plasencia
  • Plataforma en Defensa del Ferrocarril de Salamanca
  • Plataforma en Defensa del Ferrocarril de Valladolid
  • Foro por el Tren Vía de la Plata
  • reunidos en Salamanca los días 27 y 28 de mayo de 2000, en un Encuentro en Defensa del Ferrocarril hacen públicas las siguientes conclusiones:

    I.- Antecedentes.-

    El proceso de desmantelamiento y privatización de los ferrocarriles españoles, determinado por una injusta política de rentabilidad económica, se inicia en los años 80, después de la gran crisis del petróleo. Esta crisis no sirvió para que se entendiera en este país que tomábamos un mal camino al apostar por la carretera como sistema casi único de transporte, dada la enorme dependencia energética del exterior.

    Iniciado el nuevo siglo, en un momento en el que el Medio Ambiente acostumbra a estar en el centro de muchos debates, parece que hemos redescubierto el ferrocarril. Pero ahora nos olvidamos del tren convencional, capaz de circular a 200 km/h sin incrementar los problemas medioambientales, y sustituirlo por un nuevo modelo, el tren de Alta Velocidad. Se pretende abandonar nuevamente una gran parte de la red ferroviaria en beneficio de ese nuevo modelo, gran consumidor de energía y muy impactante, en un momento en el que se va a invertir más que nunca en el ferrocarril. La Alta Velocidad, por sus características, introduce un orden de problemas cuyas consecuencias son de la suficiente importancia como para merecer un debate social que permita activar cauces de participación de todos los sectores afectados.

    La política de acoso y derribo al ferrocarril se inicia con el desgraciado acuerdo del Consejo de Ministros del 30 de septiembre de 1984, rematadas la líneas cerradas con el acuerdo del 20 de octubre de 1995 para su desmantelamiento. Convertido en mercancía política, los posteriores planos de Infraestructuras pueden suponer la puntilla a este medio de transporte, bien porque se olvidan de él, bien porque se apuesta por un modelo que margina buena parte de la red y dificulta la comunicación de las regiones.

    II.- Problemas

    Mientras se planifica y desarrolla el desmantelamiento del Ferrocarril Público y se implanta el modelo neoliberal, sigue sin tenerse en cuenta una reividicación que se está llevando a cabo desde hace tiempo en toda Europa: la inclusión de los costes externos del transporte (emisiones contaminantes, impacto ambiental, accidentes de tráfico, atascos) en la cuenta de resultados; el ferrocarril ahorra cientos de miles de millones de pesetas, lo que lleva a unos resultados totalmente diferentes y notablemente ventajosos respecto a otros medios de transporte, y a la carretera en particular.

    Nosotros apostamos de forma clara por la defensa del ferrocarril frente a la carretera por ser el medio de transporte menos agresivo con el medio ambiente. Además de empeorar nuestras condiciones de vida, la carretera, con el avión y la Alta Velocidad como complementos, supone un modelo más caro, gran consumidor de espacio, fragmentador de territorio, depredador de una energía que no tenemos, socialmente más injusto, y claramente agresor del Medio Ambiente, del que el ser humano forma parte. Desde luego no ayuda a mejorar las zonas menos desarrolladas del país.

    III.-Nuestra postura

    Creemos que aún es posible cambiar la negativa orientación de los planes de infraestructuras del transporte del Ministerio de Fomento y PEDIMOS LA RECTIFICACION DE SU POLITICA DE DESMANTELAMIENTO DEL FERROCARRIL, levantando las vías e instalaciones anejas en los tramos de la red que se cerraron al tráfico en enero de 1985, lo que haría irreversible, al arrancar los raíles, la recuperación de las vías para su verdadero uso: el transporte público ferroviario. Esta decisión supone un paso más en la desaparición del medio de transporte más eficiente energéticamente, menos contaminante y de carácter más social.

    Ni la especulación de los terrenos "liberados", ni la parodia de las "rutas verdes" justifican la destrucción de un patrimonio que es público, y, mucho menos, la eliminación de un medio de transporte, el ferrocarril, con amplias posibilidades de futuro por sus probadas ventajas ecológicas, sociales y económicas.

    No es casualidad que los más perjudicados por la supresión de líneas y servicios sean los núcleos rurales. El mundo rural se ve así despojado de un servicio clave. El Gobierno apuesta decididamente por el transporte de personas y mercancías por carretera y, para ello, argumenta la falta de rentabilidad del tren. En España, por cada kilómetro de viaje ferroviario se realizan 6 por carretera. En 1990-91 el tren supuso el 5,82% del transporte de mercancías, una de las tasas más bajas de Europa, y el 12% del transporte de viajeros (incluyendo cercanías).

    Por otra parte, vender la desaparición del tren "ecológicamente", anunciando que las vías abandonadas se convertirán en "corredores verdes" para practicar el senderismo o el cicloturismo, nos parece un inadmisible sarcasmo. Lo "ecológico" es mantener en uso las líneas férreas y, para "corredores verdes" deben recuperarse las vías pecuarias que se hallan perdidas u ocupadas de formas ilegal por cultivos, carreteras, escombreras, torres de alta tensión o urbanizaciones.

    Por todo lo expuesto y considerado,

    Denunciamos la falta de interés de los poderes públicos en potenciar el ferrocarril como sistema básico de transporte y herramienta fundamental para vertebrar de forma cohesionada el territorio.

    Reclamamos la urgente negociación del Gobierno con las Comunidades Autónomas afectadas para el estudio de viabilidad de la reposición de la línea "Vía de la Plata" y la reapertura inmediata del tramo Zamora-Salamanca.

    Reclamamos el ferrocarril como un servicio público de transporte de personas y mercancías destinándole los fondos necesarios.

    Proponemos la reapertura de las demás líneas cerradas, modernizándolas y mejorando los trazados, de forma que sean competitivas con el transporte por carretera.