Por : Guido Proa ño y Fran klin Falconí
 -¿En qué escenario y por qué razones se decidió la creación de OPCIÓN?
La década del 90 culmina con una grave crisis económica y una gran inestabilidad política. Había auge de la lucha popular. El Ecuador es un país muy especial, mientras en Europa caía el muro de Berlín y tumbaban las estatuas de Lenin, algunos partidos comunistas se disolvían, la izquierda reformista afirmaba su oportunismo e iba al campo de la socialdemocracia, la burguesía reforzaba las posiciones más fundamentalistas del neoliberalismo y se desgañitaban diciendo que el comunismo había muerto, aquí los indígenas, los trabajadores y el pueblo hacían grandes levantamientos, paros y movilizaciones.

Fue una década súper importante. En los años 94 y 95, mientras el reflujo se sentía fuerte en Europa, en América Latina y, particularmente aquí, esta ofensiva brutal tuvo como respuesta las grandes movilizaciones de los estudiantes secundarios y del magisterio, en defensa del laicismo, que pretendía ser conculcado con la imposición de dos horas de religión en los colegios fiscales.

- Sin embargo, el discurso  dominante a través de los medios era el de la defensa de la estabilidad, de la institucionalidad democrática…

Por supuesto. En esa etapa además se sentía mucho la crisis económica. Las cartas de intención con el FMI se imponían cada año. Aquí hubo 13 cartas de intención. Entre 1992-1996, Sixto Durán Ballén impuso una de las reformas legales que afirmaron más el neoliberalismo, fue un gobierno ultraconservador, de corte neoliberal, derechista.

Pero frente al discurso único de la burguesía, que argumentaba que el mercado estaba por sobre cualquier  cosa; que el individuo, el empresario era el paradigma del nuevo hombre, que el comunismo había muerto y que todas las ideas colectivistas, socialistas eran anacrónicas, que el mejor sistema era el  capitalismo y la democracia liberal, se enfrentó la fuerza y vigor de las organizaciones sociales de trabajadores, indígenas, maestros, estudiantes secundarios y universitarios, cuestionaron ese discurso con los hechos, hablaron con su propia voz, con lucha y con propuestas.

En agosto de 1996 vino Abdalá Bucarám, quien ganó la presidencia porque frente a la crisis su discurso demagógico se mostró como una alternativa. Pero el pueblo no demoró mucho en darse cuenta de que había sido engañado. A los seis meses (5 de febrero de 1997) fue derrocado en medio de grandes movilizaciones populares.

Le siguió un gobierno de transición, representado  por Fabián Alarcón, en cuyo período se desarrolló  una Asamblea Constituyente destinada a reafirmar el neoliberalismo, en medio intensas movilizaciones populares que impidieron que se consumen de manera total los planes burgueses. Pese a eso, parlamentarios corruptos ligados a la Democracia Cristiana introdujeron una transitoria en esa Constitución que cubría lo que sería el feriado bancario de 1999, el atraco más grande ocurrido en el país, bajo el gobierno de Jamil Mahuad. Precisamente éste y otros actos corrupción y desgobierno, provocaron una intensa lucha popular que terminaría luego con la caída de Mahuad en el año 2000.

Hecho destacable de esta década también es que en el año 1994 nace Pachakutik, como una expresión política de los pueblos indígenas y de izquierda, sumándose al torrente de fuerzas sociales  como la CONAIE, la UNE, el FRENTE POPULAR, la UGTE y las demás centrales, la FEUE, la FESE y a otras fuerzas políticas democráticas y de izquierda como el MPD, que buscan cambios sustanciales para el Ecuador. Estas fuerzas tuvieron gran peso y protagonismo en los acontecimientos más importantes de esa década.

El problema de todos esos procesos de movilización y de lucha era que, aunque los protagonistas eran las organizaciones sociales, las luchas eran altas, la salida favorecía a las mismas clases dominantes.

- OPCIÓN nace entonces para clarificar el rumbo a las organizaciones populares?

En este escenario, había la necesidad de un medio que cubra los requerimientos de información, de opinión que tenían los pueblos, y que reflejara las propuestas de los sectores que estaban en lucha, ese era el campo que se quería cubrir con OPCIÓN en el 2001. Era la expresión de la configuración y crecimiento de la tendencia de cambio, democrática, patriótica, anti oligárquica.

Asumimos el nombre de OPCIÓN porque queríamos reflejar la verdad de los pueblos, y por eso nuestro eslogan: “de los ecuatorianos por la verdad”. Nacimos en oposición a la corriente  neoliberal que desde el poder se imponía, lo hicimos desenmascarando sus dogmas, su naturaleza antipopular y antinacional. Como medio alternativo nos ubicamos en el campo de la izquierda, queríamos reflejar toda esa tendencia, ese espectro amplio de los sectores populares y democráticos que pugnaban (y lo siguen haciendo) por cambios fundamentales en el país. Ese es el espacio que se propuso ocupar OPCIÓN.

- ¿En qué medida se han cumplido esos propósitos?

Somos un periódico que refleja los puntos de vista que tiene el movimiento popular organizado, Opción tiene acogida en las organizaciones sociales importantes, es asumido como una fuente de información y opinión y hasta - sin ser pretenciosos- de orientación respecto de los acontecimientos políticos más importantes de orden  local como internacional. Es una fuente de consulta para  dirigentes sociales y políticos, nos lo han dicho dirigentes estudiantiles, de la Conaie, de Pachakutik, del MPD, parlamentarios, etc. porque ellos están en nuestras páginas.

- ¿Podría decirse, también, que en este período Opción se ha afirmado en determinadas posiciones ideológicas y políticas?

Se ha producido una clarificación y afirmación de posiciones que estuvieron desde que nacimos, tanto en los aspectos teóricos y políticos de la comunicación como en los caminos para cambiar el Ecuador. Un medio como el nuestro tiene la suerte de recibir el influjo y la opinión de toda la izquierda del Ecuador, eso nos ha enriquecido indudablemente.

Conforme los vientos de cambio tomaron más fuerza en América Latina y Ecuador se crearon mejores condiciones para abordar los fenómenos con algunas categorías políticas que se dejaron en el olvido, como imperialismo, revolución, socialismo, y que  pronto entraron en el debate  y se reposicionaron como alternativas válidas. Todo eso formaba parte de nuestro lenguaje desde un inicio, de nuestras conceptualizaciones, pero las condiciones políticas señaladas facilitaron que podamos decir o nombrar a las cosas como son.

 - El periódico tiene una amplitud de análisis que permite la expresión de las izquierdas en general, sin embargo, Opción se mantiene muy crítico frente al gobierno, que a su vez se presenta como parte de la izquierda. ¿No hay en eso una contradicción?

Casi  toda la izquierda, o toda la izquierda, todo el movimiento social organizado mantiene posiciones críticas al gobierno de Correa. Miremos: Pachakutik, la Conaie, la UNE, la FESE, la FEUE, el MPD como las fuerzas más visibles, sectores del MIR. ¿Quiénes están con Correa? Alianza PAIS que es un frentebastante amorfo, variopinto desde el punto de vista ideológico-
político; el Partido Socialista , que todos conocemos la historia acomodaticia y oportunista de sus dirigentes desde su fundación, un grupúsculo de asesores del Presidente que tiene el nombre de Partido Comunista, eso es lo que tiene Correa.

Desde el punto de vista de la amplitud de la que he hablado, estamos con los sectores que buscan el cambio y la transformación social. La práctica política de Correa muestra lo que en realidad es, y está muy distante de su discurso pseudo izquierdista. Habla de soberanía y entrega nuestros recursos a las transnacionales petroleras y mineras; habla de participación popular y conculca los derechos democráticos, al punto de convertirse en un gobierno autoritario, como no ha tenido el país desde el de Febres Cordero; no ha resuelto el problema del empleo y la pobreza, en fin…

Hay razón para que las organizaciones de izquierda, populares y nosotros mantengamos posiciones críticas frente al gobierno; en éste se ha producido una involución de lo que fue en un inicio, por lo que además mereció nuestro apoyo.

- Pero algunas encuestas hablan del alto índice de popularidad de Correa y, en esas circunstancias, ¿la actitud crítica al gobierno no lleva a ubicarse fuera del sentimiento popular?

No, porque en esa franja de apoyo hay una gama de puntos de vista. Buena parte de ellos apoyan al gobierno porque reciben cosas en el marco de una política asistencialista, son paliativos que no resuelven las cosas. Esa misma gente sabe que mañana el gobierno puede quedarse sin planta y los beneficios llegan a su fin. Nosotros, al igual que las organizaciones populares, demandamos soluciones de fondo, profundas y en eso no  estamos distanciados del sentimiento popular.

- ¿Y no hay el temor de que el periódico se convierta en blanco, como parte de esos medios de comunicación a los que Correa califica de enemigos de la democracia?

Se ha pretendido hacerlo, pero hay una gran diferencia. Nuestra crítica la hacemos desde el lado de los intereses de los trabajadores. Cuando hablamos, por ejemplo, del tema salarial, no lo hacemos desde las posiciones que tienen los empresarios, sino desde el análisis que al respecto realizan los trabajadores; analizamos los temas del agro y el campo desde el conocimiento de la realidad de los campesinos, de sus necesidades y propuestas. Eso marca la diferencia en nuestra labor periodística, en nuestras posiciones políticas.

- ¿El tema de la criminalización de la protesta social podría extenderse a medios alternativos como Opción?

Es un riesgo que corremos, que debemos enfrentarlo y vencerlo.

- Algunas líneas o retos planteados…

Seguir calificando nuestro propio proceso, profundizar las relaciones con el movimiento social porque son el sustento periodístico y político de Opción, y también material. Otro elemento es ampliar el equipo y contribuir a la formación de redes de comunicadores populares de izquierda en el país, y establecer relaciones a nivel internacional, porque entendemos que la lucha por la transformación social es aquí y en todo el mundo.

Pensamos también convertirnos en multimedios (impreso, tv, radio), son ambiciones y metas que empatan con los propósitos planteados desde un inicio.