Sorprendidos por el archivo de la denuncia de 325 lazos encontrados por el Seprona en Albacete (Octubre)

 

Piden varios años de cárcel a los acusados de colocar lazos y cebos envenenados  
   
En el banquillo se sientan el arrendatario y el guarda de una finca situada en la población ciudarrealeña de Montiel  
(La Verdad de Albacete. 17 de Noviembre de 2002)

EP/CIUDAD REAL

El fiscal y las acusaciones particulares ejercidas en nombre de la asociación ecologista Adena y la Junta de Comunidades pidieron, este pasado viernes, fuertes sanciones económicas y varios años de cárcel, respectivamente, para el arrendatario y el guarda de la finca Huebras de la Ortiz, situada en Montiel (Ciudad Real), como responsables de la colocación de cebos y lazos envenenados en el entorno de un comedero de perdices.

Recreación de tres especies protegidas,
muertas por lazos, realizada por Ecologistas en
Acción de Albacete

En el juicio, que quedó visto para sentencia en el Juzgado de lo Penal número 1 de Ciudad Real, el fiscal solicitó una multa para cada uno de los acusados de cuatro euros diarios por un período de 12 meses y la inhabilitación de ambos para cazar, por tres años, por un delito ecológico. Por su parte, las acusaciones particulares consideraron que ambos habían cometido tres delitos ecológicos y contra la fauna, dos de ellos de manera continuada, por lo que solicitaron 2,4 años de cárcel para cada uno de ellos, una multa de 15 euros al día por un período de 12 meses también para cada acusado y una inhabilitación para cazar por cuatro y otra de cinco años para ejercer cualquier actividad relacionada.

Por último, la defensa de las dos personas pidió la absolución para al arrendatario y una sanción para el guarda, que reconoció que había colocado los cebos y los lazos, pero al que se le debería aplicar la atenuante de haber actuando siempre por órdenes que recibía.

Los hechos juzgados el viernes tuvieron lugar el pasado 13 de abril de 2000, cuando los agentes forestales de la Junta de Comunidades localizaron los cebos envenenados y más de 200 lazos sin tope, distribuidos por la finca «con el objeto de dar muerte de forma ilegal a los depredadores», según señalaba la asociación Adena en su escrito de acusación.

 
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