Albacete tardará más tiempo del previsto en consumir agua del Júcar, y seguirá bebiendo aguas subterráneas. Así se desprende de lo acontecido en las últimas horas, a pesar de que Aguas del Júcar ha dado por concluidas las obras del nuevo abastecimiento y practicadas cuantas pruebas eran precisas, según informó esta empresa pública a La Verdad el pasado lunes.

Y es que el Ayuntamiento de celebrará mañana viernes un pleno extraordinario en el que el alcalde, Manuel Pérez Castell, dará cuenta de un informe remitido por la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) y por el Ministerio de Medio Ambiente (MIMAM) a finales de agosto -aunque al Consistorio albaceteño llegó el 23 de octubre pasado- en el que se desvela un «problema de calidad» en las aguas del futuro abastecimiento a la ciudad por los elevados niveles de sulfatos que presentan, según los estudios realizados por una empresa especializada.

La normativa lo impide

En esta situación, la normativa vigente impide que ese agua se pueda suministrar a la población, a no ser que se solicite una «excepción» a la Comisión Europea, administración competente en la materia.

El alcalde, el socialista Manuel Pérez Castell, explicó a los periodistas que el informe señala que la directiva europea sobre calidad de las aguas permite establecer «excepciones a los requisitos de calidad exigidos».

Ante eso, y después de darse por enterado del informe en cuestión -firmado por el Jefe de Área de Calidad de las Aguas, José Francisco Martínez Más-, el pasado 8 de noviembre envió una carta a la empresa pública Aguas del Júcar, en la que expresa su «perplejidad» por este escrito, entendiendo que esta sociedad pública, como responsable de la redacción del proyecto de la obra de abastecimiento y de su ejecución, es la que debería atender a los requerimientos de la CHJ. De la misma manera, el primer edil recordó que en todo momento tanto el MIMAM como Aguas del Júcar han garantizado la calidad del agua, algo que ha exigido en los últimos años el consistorio a través de sus servicios técnicos, citando una decena de escritos.

En la carta, el alcalde insta además a que se informe de las medidas que se adoptarán para garantizar que los «parámetros químicos, físicos y microbiológicos» del agua que abastecerá a la ciudad son conformes a la normativa sanitaria.

No obstante, el alcalde, y antes de que se pronuncie el pleno, tiene claro que el Ayuntamiento no debe recibir la obra de abastecimiento hasta que la calidad del agua no esté garantizada, y recordó que la ciudad tiene «derecho a un agua de máxima calidad» desde que el Real Decreto 9/98 declarase de interés general esta obra que se venía reivindicando desde 1971. De cualquier manera, y a pesar de esta complicada situación, el alcalde no quiere abrir una «guerra del agua», sino que lo que persigue es que el nuevo abastecimiento venga de la mano de la máxima calidad, «y para ello entendemos que no debería pedirse excepcionalidad alguna a la Unión Europea».

Broma de mal gusto

Para el alcalde, el informe del MIMAM y de la CHJ recibido a finales de octubre en el Ayuntamiento es «un broma no de buen gusto» y una «falta de respeto» hacia la ciudad de Albacete.

Sobre la posibilidad de que fuese necesario construir una planta de ósmosis inversa para garantizar esta calidad, alternativa que manejan ya los técnicos, el primer edil dijo desconocer si era necesario y se limitó a recordar que Aguas del Júcar debe dar cumplimiento al real decreto y garantizar la calidad.

D.C./ALBACETE

Representantes del grupo Ecologistas en Acción denunciaron ayer en Albacete que las obras de traída de aguas del Júcar para el abastecimiento de Albacete, como ya anunciaron en su día, son inútiles.

En opinión de José Manuel Pérez Pena y Cipriano Escribano, los cinco mil millones de pesetas invertidos en este proyecto han caído en saco roto. Ecologistas en Acción aboga por cerrar los pozos ilegales de los grandes terratenientes; potenciar la agricultura ecológica y, una vez eliminados los productos nocivos para el agua, utilizar, como hasta ahora, los recursos hídricos subterráneos para el suministro de la ciudad.

Una vez demostrado que el agua no tendrá la calidad suficiente, Pérez Pena subrayó que la Confederación Hidrográfica del Júcar «se empeña en perjudicar a los albaceteños», mientras, reiteró, «el Ayuntamiento se ha dejado engañar». En este punto, el representante de Ecologistas en Acción señaló que aunque el alcalde de Albacete, Manuel Pérez Castell, ha puesto cara de sorpresa, «esto se sabía desde Juan Garrido».

A juicio de los ecologistas, los últimos acontecimientos demuestran que sus denuncias no eran infundadas. Pérez Pena, que responsabilizó tanto a los regantes como a la Confederación, a Asaja y a los políticos, advirtió de que «aquí hay una operación especulativa, un gran negocio». Así, dentro de lo que calificó de «estafa» incluyó como culpables a la Confederación Hidrográfica del Júcar, al Ministerio de Medio Ambiente y al Ayuntamiento de Albacete.

Finalmente, Escribano y Pérez Pena denunciaron que en los análisis de las aguas faltaban los datos sobre los niveles de trialhometanos y triacinas, considerados cancerígenos.

JOSÉ FIDEL LÓPEZ/ALBACETE

Las aguas del Júcar destinadas al abastecimiento de la ciudad tienen una absoluta garantía de potabilidad, no suponen el menor riesgo para los consumidores y tiene una calidad mucho mejor que la que actualmente se bebe en la capital procedente de pozos subterráneos. Así se rotundo se mostró ayer en Albacete en declaraciones a La Verdad el secretario de Estado de Aguas y Costas, Pascual Fernández, y así lo comunicó también por la tarde al alcalde, Manuel Pérez Castell, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), José María González Ortea, en un fax remitido con urgencia al Ayuntamiento.

Tras la polvareda levantada por la denuncia pública de Pérez Castell sobre la falta de calidad del agua que se beberá en Albacete procedente del Júcar por la concentración de sulfatos -basándose en un escrito del Ministerio de Medio Ambiente-, Fernández declaró anoche en la Subdelegación del Gobierno, después de una reunión de trabajo mantenida con la Junta Central de Regantes, que «no quiero opinar sobre un debate que no debería haberse producido», apelando a la «responsabilidad» del equipo de gobierno municipal, «ya que sinceramente entiendo que no es correcto trasladar a la opinión pública informaciones alarmistas».

Yesos naturales

En el fax enviado al Ayuntamiento -y del que Fernández entregó una copia a este diario-, el presidente de la CHJ señala, apoyándose en normativas europeas y reales decretos, que los límites impuestos por la normativa vigente en cuanto a la presencia de sulfatos -que es de 250 miligramos por litro- pueden ampliarse en determinados supuestos, como por ejemplo, si el líquido elemento se ha visto enriquecido de forma natural en ciertas sustancias. Pues bien, según González Ortea, en esa situación se encuentra la cuenca del Júcar, cuyas aguas se ven enriquecidas naturalmente con yesos, por lo que en este caso no se vulnera ninguna norma si se supera ese tope de 250 miligramos de sulfatos por litro.

No obstante, aclara el presidente de la CHJ, esta situación excepcional se produce «ocasionalmente», tras lo que apunta que las aguas que se han reservado para Albacete tienen la condición de potables y su consumo no tiene repercusión alguna para la salud.

El escrito que el pasado 27 de agosto se envió al Ayuntamiento desde la Confederación -y en el que se pide al Ayuntamiento que se solicite la excepcionalidad a la Unión Europea para el agua del Júcar- se ha remitido a otros 45 municipios de la cuenca del Júcar con el objetivo de justificar «formalmente» ante la administración comunitaria que la presencia de sulfatos se debe exclusivamente causas naturales.

Escrito en un cajón

«Es decir que es un escrito que se envió hace más de dos meses a numerosos municipios, y nadie se lo ha guardado en un cajón y lo ha sacado de pronto con carácter de emergencia», dijo el secretario de Estado de Aguas y Costas, quien pidió al alcalde que «tranquilice a los ciudadanos, no es bueno ni conveniente este tipo de alarmas».

De todas maneras, Fernández aseveró que el agua del Júcar se puede consumir «comunicando la excepcionalidad o sin comunicarlo» a la Unión Europea, «ya que la normativa europea no dice que no estemos hablando de un agua potable». «Si te tomas un kilo de sulfatos te sienta mal, pero 250 miligramos por litro, algo que se alcanza ocasionalmente, no tiene trascendencia para la salud ni le da mal sabor al agua», agregó Fernández, para quien si la administración competente en aguas potables -«que no es el Ministerio de Medio Ambiente», sino «los municipios y en algunos casos, las comunidades autónomas», aclaró- quiere aplicarle un tratamiento de ósmosis inversa o cualquier otro, «no tengo nada que decir».

Para el secretario de Estado, la obra realizada por Aguas del Júcar está prácticamente lista para su puesta en funcionamiento, a falta de pequeños ajustes. Agregó que espera que el Ayuntamiento haga frente al pago de la deuda que mantiene con la obra «sin problemas».

D.C./ALBACETE

El concejal del Partido Popular, Eduardo Núñez Nogales, mostró ayer su indignación por la actitud del alcalde de Albacete, Manuel Pérez Castell, a quien acusó de «mentiroso» por tomar como una novedad los datos sobre la calidad del agua del futuro abastecimiento a la ciudad. Núñez Nogales facilitó a los medios de comunicación documentación que prueba que Castell era consciente, desde 1999, de la dureza del agua.

Después de pedir reiteradamente la dimisión del primer edil, el concejal del PP advirtió que las denuncias del alcalde en contra de las obras de abastecimiento «no son más que una cortina de humo para esconder los problemas económicos del Ayuntamiento».

Núñez Nogales se mostró partidario de que el agua del Júcar llegue «cuanto antes» a Albacete, explicando que el nuevo abastecimiento supera la calidad del actual.

Un engaño

«El alcalde nos ha estado engañando a todos y por eso pedimos su dimisión», manifestó, al tiempo que recordó que Castell fue consciente de los datos que denunció el miércoles desde el 28 de diciembre de 1999, cuando el proyecto de la traída de aguas se expuso en el Ayuntamiento. Asimismo, el 1 de marzo de 2000, la Confederación Hidrográfica del Júcar contestaba a las alegaciones explicando que aunque el agua del Júcar era mejor sería necesaria una planta de ósmosis inversa.

En opinión de Núñez Nogales, «con la traída de aguas mejoraremos en dureza y sulfatos», porque, aseguró, el convenio que el alcalde firmó el 20 de junio para que se llevara a cabo el proyecto se ha cumplido «al pie de la letra».

Hay que señalar también que el 17 de diciembre de 1999, un informe de los Servicios de Salud Ambiental ya informaba de la cantidad de sulfatos detectada en los pozos de las aguas subterráneas que actualmente abastecen a Albacete y en el trasvase.

En este punto, el concejal acusó a Pérez Castell de causar alarma social entre los 150.000 albaceteños que se beneficiarán de la traída de aguas, que, además, consumen en la actualidad más de dos millones de habitantes.

«Hoy, con toda la documentación en las manos, decimos que el alcalde tendría que estar cesado o haber dimitido por utilizar a los ciudadanos», subrayó el concejal, al tiempo que reiteró que Castell ocultó los documentos que hizo públicos el miércoles.