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Que concluya el asedio de Gaza

Azzam Tamimi

Aunque no fue Hamas quien rompió la tregua, sí está dispuesto a reactivarla si Israel muestra su compromiso. Durante cinco meses, hasta la primera semana de noviembre, la Franja de Gaza y las ciudades israelíes vecinas situadas al norte y el este disfrutaron de una tranquilidad sin precedentes como resultado de la "judna” o tregua acordada entrte Hamas e Israel gracias a la mediación egipcia

The Guardian, Viernes, 21 de noviembre de 2008
Traducción: Lucas Antón

hospitalizado

Pese a la prolongación del asedio que negaba  a la población de Gaza buena parte de lo que otras personas de todo el mundo consideran necesidades vitales, hombres, mujeres y niños podían caminar por las calles de la Franja sin temor y pasar las horas de su tiempo libre gozando de la playa. Del otro lado de la divisoria, Israel fue testigo del florecimiento del turismo.

Y entonces, de improviso, el gobierno israelí decidió autorizar al ejército a que actuase contra lo que percibía como amenazas dentro de lo que llama "perímetro de seguridad", una franja de varios centros de metros más allá de la frontera entre Gaza e Israel.

El 4 de noviembre, el ejército israelí entró en Gaza y mató a seis funcionarios de Hamas con el pretexto de que había descubierto un tunnel cerca del control de carreteras de Kisufim. Desde entonces y pese a las afirmaciones hechas por los portavoces de ambos bandos de que aún deseaban observar la "judna", las fuerzas israelíes han cruzado varias veces la frontera, y Hamas, al que se han unido después otras facciones palestinas, ha reanudado el lanzamiento de proyectiles sobre ciudades israelíe vecinas.

¿Por qué los políticos israelíes sintieron la necesidad de poner término a esta paz pese a las ventajas que reportaba? Aunque culparon a Hamas de haber iniciado la violencia, Hamas no había lanzado ni un solo cohete entre la entrada en vigor de la "judna" y la incursión sobre Gaza.

La escalada militar israelí se ha visto acompañado de un recrudecimiento del asedio de Gaza, en lo que sólo puede considerarse otro intento de presionar a la población para que se vuelva contra Hamas. Los israelíes parecen agarrarse a la vana esperanza de que el pueblo de la Franja sitiada vaya a echarle la culpa a los dirigentes que ha elegido. Está claro que no hay señal alguna de que suceda algo así. La realidad es, no obstante, que las sanciones sólo han impelido la popularidad del movimiento entre los palestinos y el apoyo a su causa en todo el mundo.

Estas táctica ya se han probado con anterioridad. Las incursiones militares en Gaza han infligido graves pérdidas a los palestinos, pero los israelíes también sufrieron pérdidas y al final hubieron de retirarse, con el resultado de una población enconada y un movimiento como es Hamas fortalecido. Los intentos de asesinar a los dirigentes de Hamas no han funcionado mucho mejor. Convertir en mártires a símbolos palestinos de
resistencia y desafío no puede hacer otra cosa que dar pábulo a la rabia.

Durante más de dos años, el Esatado de Israel, fortalecido por un orden mundial desquiciado dirigido por los Estados Unidos, ha intentado el castigo colectivo de los palestinos por apoyar a Hamas. Esa estrategia no ha hecho más que fracasar.

Hamas ha dejado clara su posición. Tal como Mahmud al-Zahar,  uno de los fundadores del movimiento, puso de relieve en una reciente aparición televisiva en el canal árabe, Alhiwar, de Londres, Hamas está dispuesto a respetar la "judna" en caso de que Israel muestra parecido compromiso. Iría en interés de ambas partes renovar la tregua, que se espera que expire el mes próximo. Con todo, debería incluir en esta ocasión el levantamiento del asedio.

Un acuerdo de intercambio de prisioneros representaría un gran impulso a la paz y la estabilidad. A cambio de Gilead Shalit, el soldado israelí capturado, Hamas demanda la liberación de más de mil de sus hombres en cautividad, además de todas las mujeres y niños, los parlamentarios y ministros secuestrados tras la captura de Shalit.
Con más de 11.000 presos detenidos por Israel, no es mucho lo que pide Hamas. Los que toman las decisiones en Israel deberían considerar seriamente la advertencia de los dirigentes de Hamas de que en caso de que Israel opte por ir a la guerra, están perfectamente preparados para librarla; en lugar de eso, deberían aprovechar esta oportunidad de construir la paz.

Azzam Tamimi es director del Instituto del Pensamiento Islámico, con sede en Londres, autor de Hamas: Unwritten Chapters, y ha asesorado a Hamas en su estrategia de medios de comunicación.