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Informe del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas Ginebra, 23-24 de enero de 2008

NOTA INFORMATIVA. Sexto período de sesiones extraordinario, dedicado íntegramente a la situación de los derechos humanos en el Territorio Palestino ocupado, particularmente la Franja de Gaza y la ciudad de Nablus en la Ribera Occidental

La reunión fue convocada a solicitud de la R.A. Siria y Pakistán en nombre del Grupo de Estados Árabes y del Grupo de la Organización de la Conferencia Islámica (21 Estados), para examinar "las gravísimas violaciones de los derechos humanos derivadas de las incursiones militares israelíes en el territorio palestino ocupado"

Carlos Villán Durán, representante de la Federación de Asociaciones para la Defensa y Promoción de los Derechos Humanos-España y de la AEDIDH en dicho periodo de sesiones

Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas
Sexto período de sesiones extraordinario
Ginebra, 23-24 de enero de 2008

He participado en representación de la Federación de Asociaciones para la Defensa y Promoción de los Derechos Humanos-España y de la AEDIDH en el citado período de sesiones del Consejo, dedicado íntegramente a la situación de los derechos humanos en el Territorio Palestino ocupado, particularmente la Franja de Gaza y la ciudad de Naplusa en la Ribera Occidental.

La reunión fue convocada a solicitud de la R.A. Siria y Pakistán en nombre del
Grupo de Estados Árabes y del Grupo de la Organización de la Conferencia Islámica (21 Estados), para examinar “las gravísimas violaciones de los derechos humanos derivadas de las incursiones militares israelíes en el territorio palestino ocupado”, en especial en las zonas arriba descritas.

Al término del debate se aprobó una resolución en la que se expresa grave
preocupación por los ataques militares israelíes particularmente en la Franja de Gaza ocupada, que han provocado pérdidas de vidas y lesiones entre la población civil palestina, incluidos mujeres y niños. También pide la adopción de medidas para poner fin a las violaciones cometidas por la Potencia ocupante (Israel); que ésta levante el asedio a la Franja de Gaza, restablezca el suministro continuado de combustible, alimentos y medicamentos y reabra los pasos fronterizos; y que se proporcione protección a los civiles palestinos. Por último, la resolución “insta a todas las partes interesadas a que respeten las normas de derechos humanos y del derecho internacional humanitario y se abstengan de ejercer violencia contra la población civil”, en una clara alusión a los cohetes Katiuska que Hamás ha lanzado desde Gaza a territorio israelí, causando pérdidas de vidas humanas y daños materiales entre la población civil israelí.

La resolución fue aprobada por 30 votos a favor (Estados africanos, asiáticos y latinoamericanos), uno en contra (Canadá) y 14 abstenciones: Guatemala, Camerún, Japón, R. de Corea, Suiza, Rumanía, Eslovenia, Ukrania, Bosnia y Herzegovina, Reino Unido, Francia, Italia, Países Bajos y Alemania.

Gabón estuvo ausente de la sala a la hora de votar. En cuanto a Israel y los
Estados Unidos (ambos Estados observadores sin derecho a voto), ni siquiera
comparecieron ante el Consejo.

Las abstenciones y el voto en contra fueron justificados por considerar esos Estados que el texto de la resolución era “desequilibrado”, al no condenarse expresamente y con la misma vehemencia las violaciones del DIH cometidas por Hamás en territorio israelí.

El debate transcurrió en un tono muy politizado y retórico, poniendo de relieve que el actual Consejo DH no ha sabido superar la “excesiva politización” que en el pasado empañó los trabajos de la Comisión DH.

En el preámbulo de la resolución también se indicó que los ataques militares israelíes “socavan los esfuerzos internacionales, como la Conferencia de Anápolis y la Conferencia de Donantes de París para el Estado palestino, destinados a revitalizar el proceso de paz y establecer para el final de 2008 un Estado palestino viable, contiguo, soberano e independiente”.

En cambio, ni el debate ni la resolución aprobada abordaron las cuestiones claves para una resolución justa y duradera del conflicto árabe-israelí, a pesar de que losúltimos informes del Relator Especial J. Dugard así lo hicieran. Entre ellas:

1. El derecho a la libre determinación de Palestina está seriamente amenazado por la disputa entre Al Fatah y Hamás. Tanto Israel como el Cuarteto (Unión Europea, Estados Unidos, Rusia y Naciones Unidas) contribuyen a esa división apoyando únicamente a la primera de las facciones señaladas y desconociendo el resultado de unas elecciones democráticas en los territorios ocupados que habían dado el triunfo a Hamás en 2006.
2. Naciones Unidas tienen el deber primordial de proteger los derechos humanos, lo que se contradice con su pertenencia al Cuarteto, porque éste está dominado por los Estados Unidos e impone sanciones bilaterales injustas a Hamás, no preocupándose de las violaciones a los derechos humanos. En consecuencia, las Naciones Unidas debieran retirarse del Cuarteto.
3. La negociación de paz debiera volver al seno de las Naciones Unidas y éstas jugar un papel decisivo en el proceso de reconciliación de los palestinos a través de un gobierno de unidad nacional.
4. Cuarenta años de ocupación militar israelí ininterrumpida y de
asentamientos coloniales ilegales con elementos de apartheid, producen unas consecuencias jurídicas que debieran ser calificadas por la Corte Internacional de Justicia mediante un dictamen.
5. El Cuarteto debiera reconocer el Dictamen de la CIJ de 2004 que declaró la ilegalidad del Muro construido por Israel en territorio palestino ocupado, por lo que el Muro debiera ser desmantelado.

Ginebra, 24 de enero de 2008
Carlos Villán Durán
Presidente AEDIDH