En respuesta a:
19 de mayo de 2018
"Hay pocas cosas tan absurdas como escuchar tu propia voz suplicando que no te maten: ’Por favor, no me hagas daño, por favor’", cuenta una víctima en una carta en eldiario.es
"Ya he aprendido que nada fue mi culpa, pero en el momento en que pasó mi sensación era de haber sido muy tonta por haber (...)