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23 de enero de 2017
La línea que separa una violación de un acto sexual consentido se vuelve muy fina en una cultura que fomenta las agresiones hacia la mujer. No se cree a las víctimas e incluso se tiende a culpabilizarlas: "Si salimos vestidas de una forma determinada, lo raro es que no nos violen porque eso sería (...)