En respuesta a:
22 de diciembre de 2016
Los auténticos culpables de que la vida pueda ser tan cruel son los tibios de corazón. Permiten con su indiferencia que el Mal campe a sus anchas.
Rosa Montero- 18 de diciembre de 2016 El País
Mi Amiga Gabriela Cañas me mandó hace unos días un vídeo escalofriante que circula por Internet. Una (...)