Xarxa Feminista PV

VII Encuentro Internacional de la Marcha Mundial de las Mujeres. Panxón (Galicia)

Sábado 25 de octubre de 2008

LLAMADO A LA ACCIÓN

Cambiar la vida de las mujeres para cambiar el mundo. Cambiar el mundo para cambiar la vida de las mujeres.

Nosotras, la Marcha Mundial de las Mujeres, luchamos juntas en contra de las causas de la pobreza y de la violencia sexista. Diez años después de nuestro primer Encuentro Internacional, nos reunimos en Panxón, Galicia, entre los días 14 y 21 de octubre de 2008. Aquí estuvimos 136 mujeres de 48 países de todos los continentes, para construir propuestas en torno a nuestros campos de acción: Paz y desmilitarización; Bien común; Violencia hacia las mujeres; Trabajo de las mujeres.

Durante estos siete días también nos juntamos a muchas hermanas gallegas y hombres que nos apoyan en un foro público de debates y una feria para defender la Soberanía Alimentaria y la auto-determinación de las mujeres. Además, más de 5.000 personas se manifestaran alegremente en las calles de Vigo domingo, 19, por la mañana. Al sonido de las batucadas, en todos los idiomas creamos ritmos por los derechos de las mujeres, contra el machismo y por la paz.

Nuestras luchas se dan en un contexto de ofensiva de los sectores conservadores, de integrismos religiosos de todos los tipos, incluso el comunalismo, de criminalización de la protesta, negación del derecho de los pueblos sobre sus territorios, creciente militarización y violencia, implementado por los gobiernos que utilizan como excusa “la guerra contra el terror.

El patriarcado, el capitalismo, el racismo son tres sistemas que se articulan para controlar nuestros cuerpos y nuestras vidas. Tanto en el sur como en el norte sus instituciones - gobiernos, grandes empresas, religiones - quieren impedir que alcancemos nuestros derechos e intentan quitarnos los derechos conquistados.

Después de la crisis alimentaria, energética, medioambiental y ética, la crisis financiera evidencia el carácter especulador, expoliador y neocolonialista de estos sistemas. Una vez más el Estado es llamado a subordinarse a los intereses del capital financiero y de las multinacionales, abandonando los pueblos y socorriendo el mercado.

Juntas actuamos de forma permanente en la resistencia y en la construcción de alternativas basadas en la paz, justicia, igualdad, libertad y solidaridad. En 2010 haremos escuchar aun más fuerte nuestras voces entre el 8 de marzo y el 17 de octubre:

*Marchas de muchas formas, colores y ritmos abren nuestro calendario de movilización y celebran los 100 años de la declaración del Día Internacional de las Mujeres

*Marchas y otras acciones simultáneas al rededor del mundo en torno al 17 de octubre se sumarán a nuestra presencia en Sud Kivu, República Democrática del Congo

Entre el 8 de marzo y el 17 de octubre realizaremos muchas acciones como por ejemplo, afirmando los derechos de las trabajadoras domesticas, de las campesinas o rechazando la promoción de la industria de la prostitución en la Copa Mundial de Fútbol en Sudáfrica.

Nuestra actuación sobre varios temas es nuestra referencia para evidenciar las causas y los intereses que impulsan la militarización. Nosotras denunciamos la explotación de nuestras riquezas por las multinacionales que empobrecen a las poblaciones más vulnerables. Interpelamos la responsabilidad de los Estados en el desarrollo de la industria armamentista, que conduce a la violencia hacia las mujeres.

No aceptamos que las riquezas naturales de un pueblo sean motivaciones para los conflictos bélicos. No aceptamos ni intervenciones ni amenazas de las potencias imperialistas en la soberanía de otros pueblos. ¡No aceptamos que el cuerpo de las mujeres sea un botín de guerra!

¡Nosotras estaremos en marcha hasta que todas seamos libres!

Panxón, Galicia, 20 de octubre de 2008

DECLARACIÓN

OTRO MUNDO ES NECESARIO Y POSIBLE Declaración sobre la crisis financiera, aprobada en 20 de octubre de 2008, durante el VII Encuentro Internacional de la MMM, realizado en Panxón, Vigo, Galicia.

En un contexto patriarcal y de economía neoliberal, el sistema bancario y financiero colapsa. Los intentos de recuperación para mejorar su funcionamiento sólo empeoran aún más la situación. Las bolsas del mundo están en caída libre, la crisis se expande y ya no puede ser más disfrazada. Las consecuencias de la no redistribución de las riquezas es el empobrecimiento masivo de pueblos y particularmente de las mujeres. Ese sistema favorece el desarrollo de guerras como herramienta para adquirir los recursos de los países del Sur y para desarrollar la industria de las armas. En los conflictos bélicos las mujeres sufren violencias inaceptables e inhumanas.

Las ganancias colosales de especuladores y accionistas fueron privatizadas, mientras que hoy las enormes pérdidas del sistema son nacionalizadas, o sea, pagadas por todos y todas a través de nuestros Estados.

Nosotras, mujeres del mundo, somos las primeras afectadas por el desempleo galopante, por la pérdida de la autonomía alimentaria, por la mercantilización de los bienes comunes. Esa crisis financiera está estrechamente vinculada a todas las otras: la de los cambios climáticos, la crisis alimentaria, la de energía y de trabajo.

Los países del Sur son expoliados de sus riquezas; los hábitos alimenticios son modificados en beneficio de las multinacionales agroalimentarias. Estas últimas han sido sofocadas por el peso de la deuda, por la opacidad de utilización de los fondos prestados por las organizaciones internacionales.

Frente al fracaso del modelo único de organización económica globalizada, nosotras, de la Marcha Mundial de las Mujeres, reunidas en Vigo, Galicia, del 14 al 21 de octubre 2008, reafirmamos nuestra posición antiliberal, exigimos la transformación del Fondo Monetario Internacional (FMI), del Banco Mundial, del Banco Central Europeo (BCE) y de la Organización Mundial del Comercio (OMC), así como de los Bancos de Desarrollo. Denunciamos con fuerza todos los acuerdos de libre comercio, especialmente los acuerdos de asociación económica (ADA) - como el Acuerdo de Asociación Económica Japón-Filipinas (JPEPA) - y el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS). Nosotras exigimos la supresión de los paraísos fiscales que permiten enmascarar el dinero de la droga y de la corrupción; nosotras demandamos el control de todos los movimientos de capitales.

Esta claro que lo que necesitamos es otro sistema económico, es desarrollar la creación de estructuras de economía solidaria, de cooperativas de producción autónomas, de un Banco del Sur al servicio de un desarrollo ecológico, igualitario y sostenible.

Queremos transparencia en la utilización de los fondos públicos y de su gestión. Queremos que los recursos de los pueblos se destinen prioritariamente a la satisfacción de sus necesidades vitales.

Nuestros Estados son responsables, deben rendirnos cuentas, es su deber y obligación regular el sistema económico para proteger a los ciudadanos y ciudadanas de los tiburones de las finanzas. Los costos de la crisis deben ser asumidos por los accionistas y por aquellos que se enriquecen con la especulación.

Deben ser definidas otras reglas de distribución y de utilización del dinero, de manera democrática y participativa, con los pueblos, los movimientos sociales y las asociaciones feministas. La definición de los presupuestos debe tener en cuenta la preservación de los bienes comunes y el desarrollo de los servicios públicos. Todos, hombres y mujeres del mundo, tenemos derecho a una alimentación sana, a una vivienda decente, a la salud, a la educación, a un trabajo digno, a los transportes y a la cultura.

Construyamos juntas un mundo donde nuestros valores de justicia, paz, igualdad, solidaridad y libertad sean prioritarios.

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