Xarxa Feminista PV

Pontevedra: Mujer asesinada por su marido en Valga. 10-03-2019

Lunes 11 de febrero de 2019

Un hombre asesina a su esposa de un tiro de escopeta y se suicida en Valga

Serxio González vilagarcía / La voz de Galicia 10/03/2019 22:38 h

El primer crimen machista que Galicia registra este año se consumó este domingo. Dos días después de un 8M que había movilizado a miles de mujeres y hombres en las distintas poblaciones que configuran la comarca de Arousa. También en Valga. El alcalde del municipio, el popular José María Bello Maneiro, apenas podía contener las lágrimas cuando abandonó el domicilio familiar en el que se habían cometido un asesinato y un suicidio. «Unha parella nova, con fillos mozos, en idade de gozar da vida», musitaba el regidor, incrédulo. El suyo es un concello de tamaño medio, alrededor de seis mil habitantes dispersos en multitud de núcleos. Bronllo, enclavado en la parroquia de Setecoros, es uno de ellos. Javier Bello Ferreirós tenía 46 años. Convivía con su esposa, María José Aboy Guimarey, de 43, en una vivienda cercana a la AP-9 y al trazado del camino portugués a Compostela, entre huertas y arbolado. En algún momento ?la autopsia dirá cuándo?, el individuo armó una escopeta de caza, encañonó con ella a su mujer y le descerrajó un tiro mortal de necesidad en el pecho. A continuación, él mismo se disparó en el rostro, acabando así con su propia vida.

Ninguno de los vecinos del lugar escuchó nada. Ni siquiera los más próximos, aunque es cierto que sus casas se encuentran a una cierta distancia del escenario del crimen. Nadie tenía razones para acercarse por allí un domingo por la mañana. Los dos hijos de la pareja, un chico y una chica, ambos mayores de edad, no convivían, al parecer, con sus padres. Hasta que se hizo demasiado tarde para comer. El matrimonio había quedado en compartir mesa con parte de su familia. Los suegros del asesino viven muy cerca, al otro lado de la carretera. Extrañado por su tardanza, el hijo varón se dirigió al domicilio para comprobar si había surgido algún imprevisto. Fue él quien rompió el silencio de plomo que había caído sobre el lugar tras los dos disparos. De acuerdo con los datos que la Guardia Civil pudo recopilar, la puerta estaba cerrada. Sospechando que algo grave había ocurrido, sus parientes le ayudaron a romper una ventana hasta lograr introducirse en el domicilio y encontrarse con una escena pavorosa.

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