El Juzgado de Instrucción 3 de Ourense ordenó realizar una reconstrucción de los hechos para determinar lo ocurrido entre el 15 y el 16 de enero de 2020
Agencias 18 junio 2021 La región
La Policía Nacional atribuye al novio de Nerea Añel, la ourensana cuyo cuerpo fue encontrado sin vida en septiembre de 2020 en una aldea abandonada de Barbadás, un delito de homicidio doloso tras considerar “que tuvo participación” en la muerte de la joven.
Los investigadores han tenido en cuenta “el falso testimonio” prestado por el sospechoso en sede policial así como “las versiones contradictorias” ofrecidas por éste para justificar su ausencia del lugar cuando ocurrieron los hechos.
Los restos mortales de Añel fueron encontrados en septiembre de 2020 “a menos de 250 metros” del hotel Cancún, último lugar en que fueron vistos juntos. Entre sus ropas, apareció “una tarjeta bancaria a nombre de Julio” lo que, para los agentes, acreditaría “aún más la relación” que mantenían en esa época.
Los hechos se remontan a finales de enero del año pasado cuando la joven fue vista por última vez. El 5 de febrero, la madre denunció su desaparición al no haber tenido noticias de su hija desde mediados del mes de enero.
Las investigaciones preliminares apuntaban a que la joven se encontraba ese día acompañada de Julio Rodríguez Sierra de 31 años, más conocido como Julito, en las inmediaciones del motel Cancún.
En aquel momento, Julio declaró que había estado con Nerea el día 13 de enero en el motel pero que no la había vuelto a ver ya que había sido detenida por la guardia civil.
Sin embargo, los investigadores descartaron dicha hipótesis tras confirmar que se encontraba esa noche en compañía de éste en los accesos al motel Cancún “huyendo ambos juntos a la carrera por un sendero que bordea el motel”.
Alrededor de la una, Julio volvió al motel “en visible estado de nerviosismo, sin Nerea”.
Por otro lado, los testigos descartaron la presencia ni la intervención de ninguna patrulla de la Guardia Civil ese día por la zona, como había indicado Julio González.
Los informes forenses constataron signos de violencia en el cuerpo de Nerea Añel, relativos a una fractura de cráneo y que serían compatibles con “un posible impacto contra el suelo en la zona de la coronilla” coincidente con el cauce del río entre paredes graníticas en esa zona”.
Por su parte, el sospechoso, que está cumpliendo condena en prisión por otro delito y que se ha negado a declarar, participó recientemente en la reconstrucción de los hechos.
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