La educación para la ciudadanía y la tozudez de los obispos.
Si no tuviera la certeza de que no iba a asistir, hubiera recomendado a la jerarquía eclesiástica, que acudiera, el día 28 de Junio, a la entrega de los premios Margarida Borrás, que tradicionalmente viene concediendo el colectivo Lambda, a aquellas personas e instituciones que se caracterizan por su lucha pública contra la discriminación que sufren las personas homosexuales.
Uno de los premios, se le concedió a las Comunidades Cristianas Populares y hubiera sido muy productivo que la jerarquía eclesiástica tuviera ocasión de escuchar la hermosa explicación que la compañera encargada de presentar a dichas Comunidades, hizo acerca de las actividades de este colectivo. Las resumiré en unas breves lineas:
Para la gente que integra las Comunidades Cristianas Populares los valores de la solidaridad, libertad, erradicación de la pobreza, igualdad, en cualquier ámbito de la sociedad, son la base de los cambios sociales necesarios. Valores que, precisamente, se recogen también en los objetivos de la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía.
Por eso hubiera sido necesaria una representación de la jerarquía eclesiástica en dichos premios, para ayudarles a corregir sus errores.
Porque anda el arzobispado muy revuelto estos días dándole vueltas a los contenidos de la nueva asignatura : “Educación para la ciudadanía” que se implantará el próximo curso. Y que, tengo que confesar, no entiendo muy bien por qué tiene tan sublevados a los representantes eclesiasticos. Y como estoy convencida que no han hecho una lectura detenida de los objetivos que se plantean desde el Ministerio con dicha asignatura, por eso es por lo que les recomiendo las vías de corrección de sus errores.
Tanto las públicas reflexiones de Rouco Valera, como la pastoral con la que la Conferencia Episcopal Española denominada “Orientaciones Morales ante la situación actual de España” ( el título produce sobrecogimiento), ante la implantación de dicha asignatura. En ambas, decía, se vierten una serie de opiniones contradictorias, confusas, sin sentido e impropias de ciudadanos de un País que acepta las reglas de la democracia.
Me sigo preguntando como se atreven a decir de esta asignatura que es: “una intromisión del Estado en la educación moral de los alumnos”, “ una materia que impone el relativismo moral y la ideología de género”, “ es una formación estatal y obligatoria de conciencia”
Son afirmaciones que no han pasado por el filtro de la racionalidad y, la visceralidad, ya se sabe, nunca conduce a buen puerto.
Vuelvo a confesar que, en algún momento, me hubiera gustado que la jerarquía eclesiástica se pronunciara en cuestiones tan humanas como el maltrato contra las mujeres, las discriminaciones que sufrimos en el ámbito del mercado de trabajo... claro que algunas homilías y pastorales que han tratado el tema, es mejor que las olvidemos.
Estas afirmaciones partidistas acerca de una asignatura celebrada por la mayor parte de los colectivos que integran la Comunidad Escolar, deberían ser rectificadas , aunque solo sea para no abusar de esa generosidad sin precedentes de la que goza la jerarquía católica, y que, erróneamente, la están utilizando para zaherir a un gobierno legítimamente salido de las urnas.
Ofelia Vila Hernández Secretaria de la Dona de la CS de CCOOPV
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