Xarxa Feminista PV

Ha muerto Carmen Martínez, Sindicalista y Feminista

Viernes 16 de agosto de 2024

In memoriam

Carmen Martínez (1954-2024)

Miren Llona | Justa Montero | Manuel Garí | Nerea Aresti 15/Ago/2024 VientoSur

El 14 de agosto murió Carmen en el hospital universitario ‘La Fe’, en Valencia. La noticia, totalmente inesperada a pesar de conocer del cáncer al que llevaba años enfrentándose, nos tiene en shock a todas y a todos los que la conocíamos y queríamos.

Carmen, compañera, amiga, camarada, fue una mujer valiente, alegre, entregada con enorme inteligencia, generosidad y pasión a todas las causas y proyectos en los que creyó.

Su compromiso revolucionario por cambiar la sociedad la llevó a la Liga, al sindicalismo y al feminismo de forma particularmente activa. Militó en la LCR del País Valencià, transitando la clandestinidad bajo el nombre de ‘Lola’. Fue miembro de su Comité Central tras los dos últimos congresos estatales y formó parte de la dirección sindical estatal de la Liga. Porque Carmen era una activa sindicalista en el hospital ‘La Fe’, donde trabajó primero como enfermera en radiología y, en los últimos doce años (tras realizar los cursos de Prevención de Riesgos Laborales de ISTAS, en las especialidades de Ergonomía y Seguridad e Higiene), como ‘prevencionista’, pese a la oposición de la dirección, con la que se había enfrentado en la defensa cotidiana de los derechos de las y los trabajadores sanitarios.

Afiliada a Comisiones Obreras, formó parte de su sección sindical en el hospital y de las candidaturas de izquierda sindical en las elecciones de este sindicato. Formó parte de la dirección ejecutiva de la Federación de Sanidad de CCOO del País Valencià y de la Federación estatal, así como de la ejecutiva de CCOO del País Valencià -tras los III y IV Congresos-. Realizó su labor siempre desde el compromiso y la defensa de los modos de hacer democráticos, incluso en el marco de estructuras jerárquicas.

Carmen siempre guardó con celo su independencia para pensar y actuar, desde la desconfianza hacia el poder y sus cantos de sirena. Creyó siempre con optimismo revolucionario que sí se puede y siempre mantuvo la firme convicción de que las cosas se pueden lograr con el esfuerzo común, que la protesta colectiva puede ser más poderosa que el propio poder. El suyo fue un inconformismo radical, práctico y optimista, particularmente incómodo para quienes temían que las cosas cambiaran demasiado.

Carmen se comprometió con la misma pasión, ilusión, iniciativa y energía en todas las causas que salieron a su encuentro, tanto en los grandes proyectos como en aquellos más modestos, porque para ella todos eran importantes y todos tenían un significado político profundo. Con esa misma entrega se implicó en causas como la relacionada con las viviendas colectivas, en la que estuvo inmersa junto a su compañera Pilar en los últimos años. Su decidida labor en este proyecto del cohousing nos habla también de cómo creyó siempre en la necesidad de ofrecer soluciones colectivas a problemas que tantas veces son percibidos como individuales. Y nos habla de su capacidad y clarividencia para identificar los problemas y liderar las luchas.

La actitud alegre y rebelde de Carmen y su ansia de conocer y explorar libremente un horizonte de posibilidades vitales que no tenía cabida en la sociedad de su juventud le llevaron a implicarse activamente en el movimiento feminista a lo largo de toda su vida y a impulsar el feminismo también en la Liga. Ella siempre quiso ser libre para pensar y opinar, para actuar en lo colectivo, pero también para moverse en el mundo. Carmen fue una mujer intrépida y valiente. Una motera a la que le gustaba disfrutar del camino, de la amistad, del amor y de la vida. Su compromiso, su determinación y su sonrisa franca y resuelta nos acompañarán siempre.

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