Y ésta, ¿quién coño es?

A golpe de carteles y precinto, una campaña feminista trata de recordar al mundo del arte y la academia su deuda con la historia de las mujeres creadoras.

Izaskun Sánchez Aroca 27/05/15 Diagonal

Ya lo dijeron muchas artistas como la fotógrafa Jo Spence: o empezamos a escribir la historia de las artistas nosotras o seguirá soterrada bajo una documentación eminentemente masculina. Éste ha sido una de los motivos centrales que ha impulsado la creación de la campaña ¿Quién coño es? , una iniciativa que recoge a través de distintos carteles, la biografía de mujeres artistas que no forman parte de la historia oficial del arte o que, en el mejor de los casos, han quedado relegadas a recuadros de curiosidades o coletillas en libros de arte y publicaciones especializadas.

El potencial de esta campaña es que cualquiera puede imprimirse los carteles y pegarlos donde le apetezca, algo que ya ha pasado en ciudades como Madrid, Zaragoza o Salamanca. "El mundo del arte y de la universidad es muy androcéntrico. Vas a un sitio esperando que te enseñen y te das cuenta de que estás aprendiendo una historia fabricada, que no es real, que no contempla la mitad de la historia". Así nos lo cuenta la promotora de esta iniciativa, una feminista e historiadora de Zaragoza que comenzó empapelando su universidad con carteles para "darle una colleja a los docentes porque no es que no se traten mujeres artistas, es que tampoco se mencionan las condiciones históricas que han llevado a que haya esa laguna".

Si la academia no visibiliza, ya lo hacen las feministas. "Con los carteles se trata de generar interés y luego conocimiento, aunque realmente debería ser al revés, que todo el mundo pudiera tener acceso a conocer a estas mujeres y a partir de ahí se generara el interés", nos explica la creadora de la campaña. Anfelica Kauffmann, Rosa Bonheur, Faith Rinngold, Niki de Saint Phalle son solo algunos ejemplos de las miles de mujeres a la sombra de la academia que están viendo ya las calles de distintas ciudades.

"No veo diferencia entre un montón de nazis jaleando en el estadio del betis a Rubén Castro y un montón de esnobs en el Reina Sofía aplaudiendo a Carl Andre".

La campaña comenzó con la artista cubana y feminista Ana Mendieta, que en 1973 creó una serie llamada Silueta para expresar la conexión física y espiritual de las personas con la tierra y que usó el arte más performativo para visibilizar la violencia de género. Mendieta murió en 1985 a los 36 años de edad tras caer por una ventana. Los vecinos afirmaron que antes caer había tenido una violenta discusión con su marido, con el que llevaba nueve meses casada, el escultor Carl Andre. Este artista fue acusado de asesinato y más tarde absuelto por falta de pruebas. El mundo del arte no cuestionó la inocencia de Andre. Hasta septiembre de este año se puede visitar una retrospectiva del escultor en el Museo Reina Sofía, en Madrid. "Quise empezar con Ana Mendieta porque me resulta indignante la hipocresía del mundo del arte. No veo diferencia entre un montón de nazis jaleando en el estadio del betis a Rubén Castro y un montón de esnobs en el Reina Sofía aplaudiendo a Carl Andre". Otras iniciativas feministas

La creadora de ¿Quién coño es? se ha inspirado en otras iniciativas como la Guerrilla Girls, un grupo de mujeres que comenzó manifestándose con máscaras de gorilas en 1985 ante el Museo de Arte Moderno de Nueva York. El motivo era denunciar la escasa presencia de mujeres en una exposición de arte contemporáneo centrada en la pintura y la arquitectura internacional. De las 169 artistas que exponían solo 13 eran mujeres. Más de tres décadas después, Guerrilla Girls continúan evidenciando el machismo en el mundo del arte. Uno de sus carteles más famosos muestra una mujer desnuda tumbada con una careta de gorila. Al lado se puede leer, "¿Tienen que estar las mujeres desnudas para entrar en el Metropolitan Museum of Art of New York? Menos del 3 por ciento de los artistas en la secciones de Arte Moderno son mujeres pero, el 83 por ciento de los desnudos son femeninos".

Casi una década de que estas mujeres con máscaras de gorilas tomaran las calles, ya había nacido el movimiento herstory, con el objetivo de contar la historia desde un punto de vista feminista, recuperando los relatos, las narraciones y las historias de mujeres. Este movimiento fue iniciado, entre otras muchas, por Carmen Callil con la creación de la editorial Virago Press para publicar libros escritos por mujeres.