Martes 4 de marzo de 2025
Mujeres y madres cuyas denuncias de violencia machista cayeron en el juzgado de Verdejo han creado un grupo de "afectadas" para denunciar discriminación, malos tratos, denegación de órdenes de protección y custodias compartidas con el padre agresor. Las quejas empiezan a llegar al CGPJ.
Ana María Pascual - Madrid-02/03/2025 Público
"Juezas patriarcales fuera de los tribunales". Este es el lema que corearon el pasado 24 de febrero un grupo de mujeres concentradas frente al Ayuntamiento de Barcelona. Llevaban caretas con el rostro de la jueza Francisca Verdejo, titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número dos de Barcelona y que forma parte de la Mesa contra la Violencia Machista que lidera el consistorio de la ciudad condal.
"Francisca Verdejo, por tu culpa nuestros hijos están con nuestros agresores", se podía leer en una de las pancartas. Fue una concentración inusual, que señalaba directamente a una jueza a cargo de uno de los cinco juzgados de violencia sobre la mujer que hay en Barcelona de "maltrato institucional" hacia las propias víctimas.
Público ha podido indagar en esta cuestión y ha podido hablar con varias mujeres que han creado un grupo de "afectadas por la jueza Verdejo", una jueza con muchísima experiencia, que de hecho es la decana delegada de los Juzgados de Violencia sobre la Mujer de Barcelona. "Muchas mujeres salen llorando del juzgado de la Verdejo", indica a este diario una abogada que prefiere no darse a conocer.
La violencia institucional es la violencia física, sexual y psicológica contra las mujeres perpetrada o tolerada por el Estado. El Observatorio de Violencias Institucionales Machistas (OVIM) —ente formado de organizaciones feministas de todo el Estado español— indica que la mitad de las 149 quejas recogidas en su canal de denuncias por violencia institucional desde 2023 proceden de Barcelona y que muchas de estas señalan a la jueza Francisca Verdejo.
Las mujeres con las que ha hablado Público no quieren identificarse; algunas de ellas tienen procedimientos judiciales abiertos y pendientes en el juzgado de Verdejo; otras temen la influencia de esta jueza en otros tribunales superiores donde han recurrido sus sentencias. Nadie quiere darse a conocer por miedo a "represalias", indican.
Estas mujeres denuncian que la jueza no les deja hablar, no les deja explicarse y hace comentarios con sesgos patriarcales, "impropios de una jueza o de un juez de Violencia sobre la Mujer", dice la abogada antes citada. Esta letrada representa a mujeres maltratadas con hijas e hijos comunes con sus agresores: "Es inaudito que madres que llegan al juzgado con episodios de violencia de género salgan de allí con una custodia compartida".
Defensora de la custodia compartida
Pese a que el Código Civil catalán ha sido modificado para que no pueda imponerse desde los juzgados custodias compartidas cuando medie denuncia o sentencia por violencia de género, la jueza Verdejo las sigue imponiendo, confirman fuentes jurídicas. Y además los temas penales de violencia machista "los instruye haciendo gala de estereotipos de género que perjudican a las mujeres", ahonda la misma letrada.
Por ejemplo, a una mujer con medios suficientes como para contratar al despacho jurídico de su elección, la considera de entrada como "mentirosa" en cuanto a la denuncia de violencia de género, cuenta una mujer del grupo de afectadas. "Si estás más de un minuto hablando, contestándole a una pregunta, te corta en seco y te regaña, quiere monosílabos, que son imposibles cuando estás contando cómo te agredió tu pareja o cómo pega a tus hijos tu agresor", dice otra.
Esta describe su paso por el Juzgado de Violencia sobre la Mujer 2 de Barcelona como "una tortura". "Me llegó a llamar mentirosa", cuenta y además revela que la jueza la cuestionó por tener una persona para que la ayudara en el cuidado de su hijo, mostrando, a juicio de esta mujer, "prejuicios clasistas sobre la violencia de género".
A él le respeta, a ella la interrumpe
Este diario ha podido visionar la toma de declaración en el juzgado de Francisca Verdejo a una mujer que denunciaba acoso por parte de su exmarido y violencia vicaria, es decir, instrumentalización de la hija común, y también el interrogatorio al hombre.
A la mujer la interrumpe continuamente. Por ejemplo, cuando está respondiendo a la fiscala sobre el acoso al que la somete la expareja, que la llama una decena de veces al día, y cuenta que el hombre mintió en el juicio. Verdejo en ese momento la corta secamente: "Señora, estamos hablando del contenido de su denuncia... Y qué denuncia, si todavía no nos hemos aclarado. Por tanto [alza la voz innecesariamente], no nos vaya usted con otro juicio y otros hechos que ya han sido juzgados porque no vamos a tenerlo en cuenta para nada". En el vídeo puede apreciarse cómo la mujer se rompe ante esta afirmación de la jueza, baja la cabeza y da señales de encontrarse mal, pese a lo cual en ningún momento ni la fiscala ni la magistrada la ofrecen parar para que se reponga.
En otro momento dado, cuando la mujer está relatando que el exmarido ha acudido a las seis de la mañana a su domicilio durante el periodo vacacional que le corresponde a ella con su hija, con la excusa de que él sabe que la niña se encuentra mal, la jueza la vuelve a interrumpir: "Vale, ya está. ¿Alguna cosa más?", le pregunta cortante al abogado de la mujer.
Trato desigual
Todo lo contrario sucede en el interrogatorio del denunciado, al que la jueza le insta a parar para que se recupere del llanto que le embarga cuando se refiere al "acoso" de su exmujer. "¿Pero la ha acosado usted a ella?" "Para nada, es mentira", se limita a decir él. "Yo estoy damnificado", indica sin recibir en ningún momento reproche o interrupción de la jueza. "La niña tiene enfermedad mórbida materna, señoría", dice impunemente él para referirse al inexistente Síndrome de Alienación Parental (SAP).
Tras diez minutos de declaración ininterrumpida del hombre, la jueza Verdejo le espeta: "Señor, ¿se ha planteado usted pedir la guarda y custodia exclusiva de la niña?".
Francisca Verdejo no ha querido dar su versión de los hechos cuando este diario le ha hecho el ofrecimiento, alegando fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJCat) que "se encuentra en una situación de ceguera" en relación a que "no sabe quiénes son ni qué hechos se le imputan". Estas fuentes indican además que "no hay quejas" contra la jueza Verdejo "ni ante el TSJ ni en Fiscalía ni en el Colegio de Abogados".
Pero sí las hay. El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha recibido telemáticamente, al menos, la queja presentada recientemente por una ’madre protectora’ —es decir, que denunció abusos sexuales u otras violencias del padre hacia los hijos y por ello ha sido perjudicada en los tribunales—, según ha podido comprobar este diario.
Quejas contra la jueza
En ella, la mujer se queja de "falta de diligencia", "discriminación", "mal trato", "denegación de orden de protección", en relación esto último a la falta de justificación de dicha denegación. De hecho, la jueza Verdejo concede escasas órdenes de protección a mujeres víctimas de violencia de género, explican fuentes jurídicas.
También la Asociación Mujeres Feministas Radicales de Andalucía, AFRA, ha anunciado una queja ante el CGPJ contra Francisca Verdejo por "actuaciones que consideramos contrarias a los principios de imparcialidad, equidad y protección de las víctimas".
Además de referirse al "trato desigual hacia las denunciantes de violencia de género", en un comunicado esta entidad feminista se queja de que en el juzgado de Verdejo "se han mantenido custodias compartidas o regímenes de visitas para padres con antecedentes de violencia, exponiendo a menores a situaciones de riesgo. Estos casos, documentados con indicios de violencia física y psicológica, no han sido debidamente investigados, incumpliendo la normativa de protección de la infancia".