Xarxa Feminista PV

Vacaciones del feminismo

Lunes 5 de septiembre de 2016

Por fin te llega el momento de desconectar y dejar de lado el patriarcado y todas esas luchas que no hacen acto de presencia en temporada estival. Oh, wait…

Bárbara G. Vilariño 30/08/2016 - eldiario.es Pikara

Ahí te ves con la máxima suerte de disponer de un tiempo libre ganado al capital y la productividad para poder disfrutar de la nada más absoluta, sin que nadie perturbe esa calma necesaria que recarga las pilas. Da igual verano o invierno, un fin de semana o un mes entero, quedarse en casa o viajar, la carga activista va sumándole kilos a tu maleta de mano, y la policía del género es más rigurosa que las compañías de bajo coste.

De verdad que sí, que querías pasar de todo y dedicarte a viajar, cambiar el pantone de piel y disfrutar de deporte, pareja, familia y amistades. Aquí empezó el drama, en creerte apta para el disfrute sin mayores lecturas*.

Si eres mujer tal vez repares en ciertas cautelas a la hora de elegir destino. Todo dependerá de si vas sola o en según qué compañía . No es lo mismo viajar a Rio de Janeiro con un varón heterosexual que con una pareja femenina. Como no te gustaría que te multasen por algún gesto cariñoso, ya eliminas unos cuantos destinos turísticos . Si aún así eres valiente, puedes recoger los distintos testimonios que se ofrecen en los hospedajes al pedir cama doble. Que no, que no quieres decir dos camas separadas. No somos amigas, o sí, pero de las que se casan.

Si te quedas por casa o sigues algo de cerca la actualidad, juntamos Río de Janeiro y deporte y tenemos los múltiples reconocimientos que obtuvieron las olímpicas. Medallas, claro, porque si solo creemos el relato de los medios resulta que el baloncesto masculino logró una gran gesta obteniendo bronce mientras que la selección femenina se sacó una discretísima plata, que el mérito de los oros viene de los entrenadores que doman rabietas y que si no enseñas la cantidad de piel que occidente dicta la movida está que arde.

Con tanto calor te lanzas de cabeza a la playa a enfriar las ideas activistas. En burkini, en bikini o con todo al natural, aunque en pocas playas delimiten el nudismo, los pechos siempre serán el punto de inflexión entre lo políticamente correcto y el “¿nadie va a pensar en los niños?”. Mientras, en la televisión del chiringuito hay más planos de culos de deportistas de voleibol playa femenino que jugadas de balón . Puede que en ese momento se te escape darle la mano a tu pareja y que alguno de esos niños atemorizado ante el visionado de pechos pregunte temeroso “¿pero son dos chicas?”. A tu alrededor ya habrá un grupo de adolescentes con el tema sugerido, que no está mal eso porque también tienen un amigo gay, o que tal vez podrían cambiarte al sendero del bien con algo de calor masculino, porque ya sabes que dos siempre viajan solas.

Ante este percal mejor salirse de la playa y relajarse con el estreno superficial del verano. Te vas a ver El escuadrón suicida y cierras ojos y oídos para no estar analizando a cada minuto más allá de Will Smith haciendo de Will Smith. Vale, no había por dónde pillar ese guión en ningún sentido, pero esto no hay Las cazafantasmas que te lo cure. Por suerte, siempre quedará la bendita vuelta a la rutina que ya nos tenía acostumbradas a tener la guardia siempre alta.

* La autora quiere aclarar que ella no es feminista amargada ni nada de eso y que disfrutó plenamente de su ocio el tiempo legalmente estipulado como trabajadora asalariada.

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