Martes 6 de mayo de 2025
El último informe presentado por el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) refleja, en concreto, una tasa de una víctima cada 7,6 días.
Nueve menores fueron asesinados por violencia vicaria, elevando el número de víctimas a 62 desde 2013.
María Martínez Collado - Madrid-05/05/2025 Público
Al menos una mujer por semana fue asesinada durante 2024 a manos de su pareja o expareja en nuestro país. En total, fueron 48 las víctimas de violencia de género el año pasado, según cifras oficiales. Así lo ha informado este lunes el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) durante la presentación del Informe sobre víctimas mortales de la violencia de género y doméstica en el ámbito de la pareja o expareja, año 2024. Aunque se trata del dato más bajo desde que empezaron los registros en 2003 y es un 17,2% menor que en 2023, constituye nada más y nada menos que una tasa de una mujer asesinada cada 7,6 días. "Una cifra intolerable que evidencia la necesidad de seguir manteniendo y perfeccionando las políticas de protección pública a la violencia de género", señala el CGPJ en el documento.
Junto a los feminicidios, el número de víctimas de violencia vicaria –cuando hijos e hijas son instrumentalizados para maltratar y ocasionarles un dolor extremo a sus madres– también es "especialmente trágico", tal y como lo ha calificado el Poder Judicial: nueve niños y niñas fueron asesinados por seis agresores en 2024, siete de ellos por sus padres biológicos. En dos de los casos también sus madres fueron asesinadas. Esto eleva el número de víctimas a 62 desde 2013, cuando comenzaron a contabilizarse estos crímenes, lo que significa que desde entonces cerca de seis menores han sido asesinados cada año.
Solo 15 de las 48 mujeres víctimas habían denunciado
Uno de los datos más preocupantes que arroja el informe es el bajo porcentaje de víctimas que habían denunciado previamente a sus agresores. Solo 15 de las 48 mujeres asesinadas, es decir, el 31,2%, habían presentado denuncia formal. De ellas, seis disponían de medidas de protección en vigor en el momento del crimen, aunque en dos casos fueron quebrantadas.
Esta cifra pone de relieve las barreras estructurales que aún enfrentan las mujeres para acceder al sistema de protección: miedo al agresor, dependencia económica, miedo al entorno, falta de confianza en el sistema judicial o la percepción de que la denuncia no generará una respuesta eficaz. Y remarca, asimismo, la necesidad de mejorar los canales de detección precoz, atención integral y acompañamiento durante y después de los procesos de denuncia, tal y como han enfatizado la presidenta del Observatorio, Esther Erice, y la vocal del CGPJ Esther Rojo durante la rueda de prensa.
En cuanto a la violencia vicaria, la mayoría de estos crímenes se produjeron en contextos de separación o custodia compartida, en los que el sistema no logró detectar señales de riesgo para los menores suficientemente graves y tampoco, así, salvar la vida de estas criaturas. En algunos casos, incluso, los menores mantenían contacto con los progenitores agresores pese a denuncias previas o antecedentes por violencia de género. Según el informe, "cinco de los seis agresores de 2024 habían sido denunciados previamente por sus parejas o exparejas, un porcentaje mucho más elevado (83%) que el de la serie histórica", pues entre 2013 y 2024 solo se habían registrado denuncias en el 35,4% de los casos. El dato es también superior al de las denuncias previas de la serie histórica en el caso de las muertes de mujeres (26%).
El documento, a su vez, recoge las cifras relativas a los asesinatos de mujeres cometidos fuera del ámbito de la pareja o expareja, es decir, dentro del marco de la violencia doméstica. En 2024, 16 mujeres fueron asesinadas por otros miembros del entorno familiar, lo que representa un 25% más que el año anterior, en el que se contabilizaron 12 casos.
Se registraron, por su parte, cuatro asesinatos de hombres a manos de sus parejas o exparejas, según recoge el apartado de violencia doméstica. Si bien Erice y Rojo han argumentado durante la presentación que estos homicidios representan un fenómeno minoritario dentro de la violencia en el ámbito de la pareja, tanto por volumen como por tipología.
A diferencia de la violencia machista o de género, donde el patrón dominante es estructural y responde a relaciones de dominación y control, los casos en los que las mujeres matan a sus parejas masculinas suelen estar asociados a contextos individuales específicos –como conflictos puntuales, situaciones de salud mental o dinámicas familiares complejas– sin que se configure una dinámica sistemático de sometimiento. Es por ello que el CGPJ distingue explícitamente estos crímenes de los feminicidios.