UN MENSAJE DE NUESTRA HERMANA ALEJANDRA DE LA VENEZUELA II. Marcha Mundial de las Mujeres

Buen día,

Les escribo porque sé que muchas se preguntan por mi y la situación de Venezuela. Yo estoy bien, mi familia está bien. Hoy los chicos salieron al liceo y la universidad, mi compañero fue a su trabajo, yo saqué a los perros, regué las matas y en algunos minutos empezaré a escribir un proyecto. Lo más difícil, pero no imposible, es lo de conseguir los alimentos pero, entre las jornadas de distribución especial del gobierno y la distribución regular de los Consejos Locales de Alimentación y Producción (CLAP) se resuelven las 3 comidas... quizá los chicos estén hartos de comer más o menos lo mismo todos los días y tienen limitaciones de cantidad pero no importa pues, tienen sus tres comidas.

Lo que si está muy rudo es la guerra sicológica que no podemos sino clasificar de terrorismo. La gente tiene miedo a una posible invasión, o la guerra. Ven claramente la "Ayuda humanitaria" como un caballo de troya. Ayer estuve en una reunión con mi comunidad para hablar de la situación y vi el alcance de las campañas por las redes sociales. Muchas decían que no había dormido la noche anterior por el anuncio y las falsas noticias de entrada de "ayuda humanitaria" de manos del ejercito norteamericano por la frontera colombiana. Todos estos días recibimos noticias del movimiento de esos ejércitos y de la disposición y hasta alegría de Brasil y Colombia de recibirlos.

Otra señora decía que ella no tenía idea de que hacer en una guerra... y es verdad somos un país que en sus 200 años de historia independiente nunca ha declarado la guerra a otro país y que el ultimo conflicto interno lo tuvo a mediados del siglo XX y fue de poca escalada e incidencia en las ciudades. Las noticias falsas y campañas mediáticas causan miedo tanto en revolucionarios como opositores. Todas tememos por nuestros hijos e hijas cuando se habla de recluta forzada de menores, una noticia falsa que corrió días atrás.

Desde los movimientos sociales estamos haciendo un esfuerzo por mantenernos en reunión, movilizados. Creo que intuitivamente sabemos que lo que más fuerza nos puede dar es el abrazo. Así lo ví ayer en mi comunidad, cuando les pedía que nos abrazáramos como vecinas y vecinos para cerrar la reunión. En ese momento vi como las tensiones y temores se diluían, nos reíamos y dábamos las gracias por el simple hecho de estar allí. Bueno lamento lo extenso y que no pueda sino escribir en castellano. Y para entender un poquito más lo que está pasando en Venezuela les paso los siguientes enlaces.

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—  Alejandra Laprea