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Trabajadoras del hogar se abren paso a través del sindicato LAB para negociar el primer convenio colectivo del Estado

Jueves 31 de marzo de 2022

Organizadas en su propia sección sindical, que presentaron ayer, interpelarán a la patronal vasca, Confebask, para que abra una mesa de negociación.

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Las trabajadoras de hogar y cuidados del sindicato LAB presentaron ayer su sección sindical. GESSAMÍ FORNER

Gessamí Forner 31 MAR 2022 El Salto

Es cuestión de tiempo: llegará un día en el que las trabajadoras del hogar podrán acogerse a su propio convenio colectivo y superar la desregularización a la que les aboca el artículo 2.1.b del Estatuto de los Trabajadores, que establece para ellas una “relación laboral de carácter especial”. Son conscientes de que solo hay que empujar para que ese día se convierta en realidad y que los mimbres están puestos en el País Vasco. Hace más de dos años, el sindicato LAB abrió literalmente sus puertas a trabajadoras del hogar. Sin pedir afiliación, entregándoles las llaves para que usaran el local cuando ellas libran —de tarde, en fin de semana—. De esas reuniones ha salido un objetivo compartido: conseguir que se abra la mesa de negociación con la patronal vasca, Confebask, para negociar un convenio colectivo autonómico para las trabajadoras del hogar del País Vasco.

En la sede bilbaína del sindicato, las trabajadoras anunciaron sus intenciones en la mañana de ayer. Explicaron que a lo largo de estos años han aprendido a organizarse y han tejido redes entre asociaciones vascas y colectivos estatales, y algunas secciones feministas de otros sindicatos. Han diseñado cuáles son sus reivindicaciones —abolir la figura del desestimiento, inclusión en la ley de prevención de riesgos laborales, que se regulen las jornadas de trabajo, que se revisen los contratos que se presentan a la Seguridad Social y se active la Inspección de Trabajo y un salario mínimo de 1.400 euros, entre otras cosas— y, finalmente, ayer presentaron la sección sindical de trabajadoras del hogar y cuidados del sindicato LAB.

Hecho el trabajo de dejar de ser una sola y convertirse en una sección, encontrándose con otros grupos y consiguiendo el respaldo, los medios materiales y humanos del segundo sindicato vasco (LAB), las trabajadoras creen que ha llegado el momento de exigir a Confebask que constituya la mesa de negociación. Según han explicado, si existe mayoría sindical, y aseguran que esta existe, tras tantear y recabar el apoyo del resto de centrales, es legalmente obligatorio que la patronal abra la mesa.

Preventivamente han interpelado al Gobierno vasco y a la Consejería de Empleo para que no mantengan “una actitud equidistante” hacia la elaboración del convenio y el posible bloqueo que pueda llevar a cabo la patronal.

Saben que el convenio va a llegar, que no pueden seguir al margen por el mero hecho de cuidar y limpiar de forma atomizada —cada trabajadora en una casa—. “No vamos a descansar hasta conseguirlo”, expresaron Mariana Urxullo y Melisa Andrade.

Tras la rueda de prensa, el sindicato les había preparado una sorpresa a las trabajadoras, con una pancarta y un acto de homenaje. Visiblemente emocionadas, algunas pronunciaron discursos espontáneos: “No querría morirme sin que el tema de trabajadoras del hogar y cuidados estuviera solucionado”, señaló con sorna una veterana. Otra mostró orgullo sindical: “Sí, tenemos un sindicato”. Una tercera indicó que “estamos contentas, porque estamos a un paso de lograr nuestro objetivo: ser reconocidas por el Gobierno y que nuestros derechos sean reconocidos y reivindicados”.

Txefi Roco recordó que en la víspera del día mundial de este sector “la ministra habló del convenio 189, pero hasta que no aparezca escrito en el BOE, no hay modificación alguna”, reprendió sobre la última sentencia del tribunal europea que puso en evidencia a España por negar el derecho a paro a las trabajadoras, a pesar de cotizar en la Seguridad Social. Desde que en 2013 entrara en vigor el Convenio 189, 35 países lo han ratificado.

La sentencia firme del 24 de febrero de 2022 de la Sala Tercera del Tribunal de Justicia de la Unión Europea puso punto y final al recorrido de una trabajadora del hogar gallega y su empleadora, que en 2019 denunciaron que la trabajadora no tendría derecho a paro cuando finalizara el contrato. El fallo del máximo órgano judicial europeo establece que España discrimina por razones de género a las trabajadoras del hogar, que siguen sin derecho a la prestación de desempleo.

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, aseguró el martes que el Gobierno ratificará el Convenio 189 “casi de inmediato”. “Toda vez que está en la antesala del Ministerio de Exteriores para ser dirigido a las Cortes Generales, el Reino de España tienen la obligación de cumplir la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea”, indicó.

Sin embargo, el secretario de Políticas Públicas y Protección Social del sindicato Comisiones Obreras, Carlos Bravo, advirtió de que “no existe ley que ampare esta sentencia”, hasta que no se dicte una norma con rango legal que recoja la obligación y deber de cotizar por la cotización de desempleo. La reforma laboral pasó de largo sobre este tema.

Haciendo coincidir el acto con el día internacional del trabajo de hogar y cuidados, Melisa Andrade y Mariana Urcuyo presentaron la nueva sección sindical rodeadas de sus compañeras. Son alrededor de 40 mujeres en Bizkaia; otras veinte en Araba, Gipuzkoa y Nafarroa. “Más allá del reconocimiento en este día, como trabajadoras exigimos que se salde la deuda histórica con nosotras y se avance definitivamente en la conformación de un convenio que nos dote de derechos que han sido negados a nuestro sector, que hoy por hoy sigue siendo invisibilizado e infravalorado, a pesar de que los déficits de la infraestructura pública de cuidados, las políticas de corresponsabilidad y la mercantilización y privatización de los cuidados han convertido a las trabajadoras de hogar en la principal fuente de cobertura en las necesidades de la sociedad vasca””.

Destacaron que en el sector no existe seguimiento de las jornadas, descansos, condiciones de alojamiento y manutención, retribuciones, altas y bajas en la Seguridad Social, y que frente a la jornada ordinaria de 40 horas semanales del Estatuto de los Trabajadores, la suya puede llegar a las 60 horas legales, “que casi nunca se pagan de manera proporcional”. Además, el vacío legal de la jornada nocturna o pernocta expone a las trabajadoras a múltiples irregularidades, sobre todo, a las internas.

Asimismo, insistieron en que la figura de desistimiento de la relación, única en el mercado laboral y solamente aplicada a este sector, permite un despido barato sin que medie causa alguna.

Las trabajadoras apelaron al resto de sindicatos, a los movimientos sociales y al feminista para que se comprometan con sus demandas y las acompañen en el camino que han iniciado.

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