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Tangana: El sistema no te ha censurado, tú eres el sistema

Martes 1ro de octubre de 2019

Noelia Cortés 25-09-2019 Pikara

¿Es C. Tangana víctima de censura por la cancelación de su concierto en Bilbao? Noelia Cortés lo tiene claro: No. Nos cuenta por qué.

“La plata va a venir sola si haces lo que de verdad estás destinado a hacer en el mundo, porque lo vas a hacer bien y las cosas bien hechas dan plata”. Esta afirmación de Nathy Peluso, cantante y compositora argentina, ha pinchado en hueso en los últimos días: lejos de motivar, ha causado un tremendo rechazo en quienes han vislumbrado el neoliberalismo frívolo que encierra esa carcasa de sueños por cumplir y florecitas de colores. Y está tan relacionado con el supuesto caso de censura a C. Tangana, que conviene pararse a establecer el paralelismo.

Entre las respuestas a la Peluso encontramos un recuerdo a las niñas que cosieron en talleres esclavos su colección de ropa para Amancio o narrativas personales sobre trabajos precarios por no haber podido vivir del arte (pese a la pasión y dedicación) porque, ¡SORPRESA!, la felicidad no paga el alquiler.

Pero, ¿dónde hemos escuchado últimamente esta misma idea como un mantra? ¡Sí, es la filosofía de ADE de C. Tangana! El manantial del que bebe el séquito de intentos de Drake o Kylie Jenner que creen definir nuestro panorama cultural urbano. El fenómeno que ha valido el contraataque ‘Stop making stupid people famous‘, donde Toni Mejías sentencia: “Yo escupo sobre tu música de neoliberal, que dice ‘para triunfar, sólo te has de esforzar…’ ¡Vete a la mierda ya, puto gurú barato! Menos libros de autoayuda y más sindicatos”.

(¿Dónde está la Ana Curra correspondiente a esta burbuja cultural que nos cante el equivalente a aquello de “Con la Operación Primavera y con el sida se acabó la Movida”?)

¿Habéis escuchado alguna vez el discurso de Ter sobre la performance? La arquitecta (que besa los pies al capitalismo americano en sus vídeos de YouTube mientras te hace creer que aprendes una forma más sofisticada de cultura) ha acercado a España cierta versión edulcorada de una peligrosa corriente de pensamiento: la performance.

Viene a querer decir que no podemos juzgar a aquellos artistas con discurso problemático/dañino porque se trata de un concepto artístico que les exime de la responsabilidad de sus actos y el tonto, claro, vas a ser tú si no comprendes que esos hechos ocurren en otro plano que no es el real… Es decir: en un vídeo de Tangana se graban tirando champagne al suelo mientras una limpiadora real está al lado trabajando, y le va a tocar fregar en el plano de la realidad, con un mocho real. Pero si juzgas este hecho como real eres un inculto y se te escapa el concepto artístico de cuyos daños reales nadie es responsable. Aún recuerdo a Lorena G. Maldonado planteando en El Español si la humillación a la limpiadora era clasismo o performance; y a Ernesto Castro comparando a Tangana con Zeus, deshumanizando sus acciones y alejándolas de juicios morales.

A ver, el chaval no es un dibujo animado. Las acciones humanas, incluso las elaboradas para y desde un personaje, vienen del ingenio y las ideas de la persona pensante. Los valores que asignes a tu personaje pueden suponer una amenaza para el sistema y llevarte a la cárcel y a la indigencia, como le ocurrió a Oscar Wilde; o pueden garantizar al sistema que es él quien sale beneficiado si tú tienes libertad para desarrollar ese personaje, como le ocurrió a Salvador Dalí.

Todos conocemos bien el percance de Tangana con Nega y se da por comentado, pero dejó un matiz más que interesante: Tangana se posicionó rompiendo el personaje, y sus argumentos distaron muy poco de los valores reaccionarios del mismo. “Perfil de pensamiento izquierda, que grita la revolución en alto pero cobra entrada”, le recriminaba en el tema ‘Nada’. ¡¿Cómo?! ¿Está diciendo que es hipócrita que la gente de izquierdas que está descontenta con el sistema reciba una remuneración por su trabajo? ¿Será sólo una provocación? No, no: una provocación es cuando le define como ‘la puta de Pablo Iglesias’, ¡lo otro es ideología!

Y como las mentiras tienen las patas muy cortas, ahí nos pudimos topar a Tangana en la radio, explicándose desde fuera del personaje. Vino a decir que Los Chikos del Maíz venden los argumentos que oyen en La Sexta para que la masa los compre, que no tienen ningún principio. Que usan la revolución para sacar dinero, como podían usar cualquier otra imagen. Vaya… Resulta que Antón Alfaro no encarna un arquetipo para hacer una crítica social, sino que C. Tangana, su personaje, es una caricatura de sus propios valores. Tanto colegio privado y carrera de Filosofía para después no entender que el arte también es un arma política poderosa.

¿Alguna vez os habéis preguntado de dónde viene el título de su Mixtape: ‘Ávida Dollars’?

Ávida Dollars (sediento de dinero) no son más que las letras desordenadas que forman el nombre de Salvador Dalí, ingenioso anagrama con el que le bautizó André Bretón, espantado por su vocación liberal y su fascinación por el nazismo. El pintor alimentó la precisión de este apodo al convertirse en el primero, según muchos, en utilizar el marketing aplicado al arte y en vender su imagen y su lienzo a la rueda de la publicidad más capitalista: además de anunciar chocolate Lanvin, cognac Osborne, agua Perrier, Alka-Seltzer, perfumes, joyas o coches, diseñó el logo de Chupa Chups.

¿Qué hay de cierto en afirmar que tanto estos posicionamientos como sus acciones deplorables no los cometió Salvador, sino el álter-ego Ávida, a modo performance?

Fue él quien golpeaba mujeres. Fue a él a quien Picasso le dijo que, aunque le diera la mano, “no veía más que la Falange”. Fue él quien ridiculizó siempre que pudo el Platero de Juan Ramón Jiménez, así como otras obras de la Andalucía rural. Fue él el simpatizante del régimen que asesinó a su compañero Federico. Fue él quien lloró desconsolado la muerte del dictador. Es a él a quien la FNFF le rinde honores en su página: Ávida es Salvador. Y este concepto fue el que eligió Tangana como analogía para titular su creación.

¿Es una víctima de censura por la cancelación de su concierto en Bilbao? No, desde luego que no.

Alguien por quien la industria pone millones, alguien que hace más revistas que conciertos, alguien cuya tendencia está financiada por Sony, alguien que ha cubierto edificios de la Gran Vía de Madrid con su publi… No es víctima de censura porque le digan que no va a ir a unas fiestas a cantar letras -muy- machistas, con dinero público.

Teoría de Popper: es falsa la analogía que compara la censura que podrían hacerle a Ayax por criticar en sus letras los abusos policiales con la censura que podrían hacerle a Chris Brown por ser un reconocido maltratador.

No es igual un “yo no quiero que venga a cantar X porque a mí me aburre” que un “yo no quiero que venga a cantar X porque sus letras incitan a repudiar la transexualidad”. Está muy lejos un “El Ayuntamiento prohíbe el concierto de X por sus letras contra la corrupción” de un “El Ayuntamiento se niega a pagar con el dinero de todos el concierto de X al descubrir sus actuales letras sexistas”. No es igual faltar a los derechos humanos que reivindicarlos.

También Kaydy Cain en ‘Perdedores del barrio’ tuvo que recordarle que la marginalidad no es un disfraz para niños ricos, y que copiar el ingenio de las clases bajas para aprovechar tu privilegio y triunfar tú con ello está un poco feo: “Los filósofos de tu plaza no hacen reggaeton, y te pegaste con un tema de La Mafia del Amor”. Es empoderante recordar, al hilo, algo que hay escrito en ‘Poesía en las trincheras’: La burguesía, por medio de su a sueldo, ha intentado siempre demostrar la falta absoluta de capacidad creadora en el pueblo. Cuartillas y cuartillas se amontonaban para explicar con total claridad que la clase proletaria estaba en absoluto carente de cualidades para una creación de orden cultural o político.

En resumen: de donde le suspendieron un concierto, ha sacado otros 2 como ha querido. Se preguntaba Raquel Marcos: ¿Cómo se llama eso de cuando estás perfectamente insertado en el sistema y te va de cine a todos los niveles, pero te defines como políticamente incorrecto y te quejas de falta de libertad?

Raquel, tía, se llama C. Tangana. Se llama Niño de Elche. Se llama Juan Soto Ivars.

El sistema no te ha censurado, porque tú eres el sistema.

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