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Sonia Chirinos, magistada del juzgado número 2 de violencia sobre la mujer de Madrid: "No vamos a superar la violencia de género porque la aceptamos como algo normal"

Miércoles 25 de mayo de 2016

RAQUEL QUÍLEZMadrid

24/05/2016 El Mundo

"Las profesionales lo tenemos claro, pero a nivel social se dan por buenas muchas cosas: las sutilezas, los comentarios, los chistes... En el fondo no se cree en la violencia de género". Estas palabras de Sonia Chirinos, magistada del juzgado número 2 de violencia sobre la mujer de Madrid, dan el baremo de lo que aguantamos. Ella lo percibe cada día desde que, en 2005, llegase a unos juzgados pioneros.

"He desarrollado una hipersensibilidad, en seguida detecto una mirada, una palabra...". Sonia Chirinos ingresó en la carrera Judicial hace más de 20 años. Ha hecho cooperación en Nicaragua, República Dominicana y Perú. Ha sido profesora de Derecho Penal y Criminología en las Universidades de Alicante y Valencia y fue la primera Directora General de Justicia de la Comunidad Valenciana en 1992.

"Salvo casos muy obscenos, las sociedades modernas estamos dando por buenos estos comportamientos hacia la mujer"

Pero los juzgados de violencia de género, las historias con las que convive allí...

"Llegué a los juzgados cuando se crearon, tras un paréntesis en un proyecto de cooperación en República Dominicana. Vivía en Castellón, pero quería venirme a Madrid con mi marido, hubo un concurso muy importante y caí en este destino. La juez a la que iba a sustituir ya me advirtió: el volumen de trabajo era increible", cuenta. En 2005 sólo había 3 juzgados de violencia de género en Madrid. Las denuncias les sepultaban. "Poco a poco me gustó mucho. Pienso que algo de justicia se puede hacer, tanto desde la perspectiva de la denunciante como del denunciado".

Hasta entonces, los contactos de Chirinos con el concepto de ’género’ eran internacionales. En Nicaragua ya había una policía de la mujer y el proyecto que dirigía en República Dominicana -de apoyo a la reforma y modernización del Estado- también tenía un componente de género, pero en en España no se utilizaba esa expresión. "Íbamos muy atrasados hasta que nos pusimos las pilas y ahora estamos a la vanguardia", valora.

Fue en ese juzgado en el que se dio cuenta de lo que era la violencia de género. "Personalmente fue muy duro, tuve que intentar asumir esa enorme cantidad de dramas y que no afectase a mi vida. Me hizo cambiar mi perspectiva y hablaba mucho de ello hasta que mi marido, con buen criterio, me dijo que teníamos que cambiar de tema".

"Las mujeres no reciben una educación adecuada en igualdad ni a nivel escolar, ni social, ni familiar"

Chirinos da cuenta de cómo ha evolucionado el perfil de los implicados. "Al principio había más señoras mayores, de unos 70 años, y muchas extranjeras. Y recuerdo que las explicaciones de los hombres eran muy curiosas, del tipo "es que no me daba la comida que yo quería". Recuerdo a una señora muy mayor que contaba que se protegía al otro lado de la mesa porque no podía correr mientras él argumentaba que en su casa hacía lo que quería.Tenían los dos más de 70 años. Era todo mucho más primitivo, y no había tantos jóvenes. Ahora cada vez hay gente más joven, y las mujeres son de todos los perfiles sociales".

Chirinos vuelve sobre su teoría: "El problema es que seguimos sin aceptar la violencia de género como una realidad con la que vivimos salvo cuando se producen hechos muy graves. En general, seguimos aceptando que es normal que las mujeres tengamos que vivir ciertas situaciones porque así está hecha la sociedad. El mensaje subliminal que nos lanzan es que es esas situaciones son normales. Cosas del tipo ’¿Tú me quieres? ¿Me eres fiel? Pues dame tus claves del móvil y de tus redes sociales’... Creo que las mujeres no reciben una educación adecuada ni a nivel escolar ni social ni familiar porque en el fondo no creemos en la violencia de género, es parte de un comportamiento social y no nos importa salvo en el caso de que la agredan".

Ella misma tiene dos hijos varones.

- ¿Crees que en el colegio se les ha dado educación para evitar esos patrones?

"La pregunta es muy buena porque ni yo he hecho ese examen. No sería capaz de decir han recibido una educación en igualdad súper clara, pero yo sí que les cuento cosas precisamente para que lo sepan".

-¿Y afecta a los casos que juzgas el hecho de ser mujer? "

"Quizás el imputado se sienta más incómodo y la mujer pueda esperar cierta complicidad y después se enfade cuando no respaldas lo que dicen, pero son anécdotas a las que no hay que entrar. Quizás nos esforzamos incluso más en demostrar nuestra imparcialidad". Eso sí, desmonta el mito: "No creo que haya denuncias falsas, es un hecho matemático. Hay muchas mujeres que a pesar de denunciar siguen sin aceptar la situación que viven. Hay casos que te conmueven, con orden de protección, retirada, reconciliación... Así durante un año y medio, hasta que al final el hombre casi la mata".

Son las nueve de la mañana y Chirinos tiene por delante un jornada dramática. "Esto es un proceso largo y no soy optimista, no tengo claro que vayamos a combatirlo porque parece que las sociedades modernas estamos dando por buenos estos comportamientos. Es un tópico, pero no aceptamos que las mujeres sean guapas, profesionales e inteligentes"

Mira el reloj. En el pasillo hay mujeres esperando a entrar en la sala.

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