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Seis años de prisión para el maltratador reincidente que quemó con ácido a su exnovia

Miércoles 9 de marzo de 2016

Quebrantó dos órdenes de alejamiento y la noche antes del ataque con el líquido abrasivo trató de atropellar a la chica cerca de su casa de Torrellano

Luis Candela 23 febrero 201611:46 La Verdad

«Te va a quedar la cara bonita» le dijo Juan Vicente R.G. a su expareja antes de rociarla con ácido para desincrustar cemento. Ahora, la Audiencia Provincial de Alicante condena al sujeto de 38 años de edad a pasar seis años entre rejas por este suceso ocurrido la mañana del 28 de junio del 2014 cuando trató de destrozarle la cara con la sustancia cuando salía de su casa de Torrellano, en Elche, hacia el trabajo. Además de por el intento de lesiones, el tribunal lo condena por varios delitos de amenazas, coacciones y quebrantamiento de condena por acosar durante meses a la chica hasta que perpetró el ataque con el líquido abrasivo.

Los hechos sentenciados por el tribunal de la Sección Primera de la sede provincial comenzaron en mayo del 2014. Dos años antes, el procesado fue condenado por los juzgados de Violencia sobre la Mujer 1 y 2 de Elche a no poder acercarse ni comunicarse de ningún modo con su excompañera sentimental por delitos de amenazas y coacciones.

Pese a no poder acercarse ni comunicarse con la víctima, el penado la telefoneaba constantemente y le enviaba mensajes a través de la aplicación Whatsapp, «incluso cada diez minutos», como relató la chica en el juicio celebrado el 6 de febrero. Según los textos que obran en la causa, el hombre quería hablar con la chica contra la voluntad de ella. Tal era el miedo que sentía la víctima que había comenzado los trámites para volver a Argentina. El agresor tendrá que pagar una multa de 900 euros e indemnizar a la víctima con otros 100

La tarde del 27 de junio sucedió uno de los episodios más graves. En torno a las ocho, la víctima se encontraba en una parada de autobús de Alicante para volver a casa del trabajo. Juan Vicente se le acercó y la obligó a subir, como ha quedado probado para el tribunal. «Si no subes le prenderé fuego a tu casa», le dijo. Ante el temor, la chica accedió.

En el vehículo se desató una discusión y cuando se encontraba cerca de la vivienda de la mujer, ella trató de bajarse sin poder porque el reo aceleró. Finalmente pudo escapar, pero tuvo que refugiarse subida a un montículo de tierra porque él trató de atropellarla. Solo gracias a la intervención de otro conductor el procesado se marchó.

A la mañana siguiente, la muchacha se encaminó hacia su lugar de trabajo y ya vio el coche de su expareja. Ocultó el rostro con un casco y salió de la nada con el bote de abrasivo que roció sobre la cara y la espalda de la víctima. «La perseguía tirándole líquido por detrás», aseguró un testigo. Rápidamente acudió la Policía Nacional y Local y lograron eliminar el ácido con agua en una cafetería cercana.

El tribunal basa su fallo condenatorio en prácticamente todos los testimonios, tanto el de la víctima como el de las personas que presenciaron los episodios violentos y los agentes. El único relato que resulta inverosímil es el del penado. «Solo se puede entender en términos de defensa», la versión del acusado, pues en todo momento negó haber estado la noche del incidente con el coche ni la mañana del ataque con ácido. Todo ello, «sin explicar», como recuerda la Sala, «las ropas» que encontraron en su coche y «el casco» hallado cerca y del que se extrajo su ADN.

Además de la prisión, el condenado deberá pagar una multa de 900 euros y no podrá acercarse ni comunicarse con la joven en cuatro años, a quien deberá indemnizar con cien euros por las lesiones sufridas.

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