Xarxa Feminista PV

Nosotras somos tu manada

Domingo 29 de abril de 2018

Anita Botwin 26-04-2018 CTXT

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Pedripol

Vivimos en una sociedad que enseña a las mujeres a cuidarse de no ser violadas, en vez de enseñar a los hombres a no violar” Anónima

Violación: Delito que consiste en tener relaciones sexuales con una persona sin su consentimiento o con un consentimiento obtenido mediante la violencia o la amenaza.

Hoy se ha mandado un mensaje claro a la sociedad: violar en este país sale barato. Y otro mensaje más: si te van a violar, mejor déjate hacer o corres el riesgo de terminar como Diana Quer. Es preocupante que en el siglo XXI se considera que si no hay violencia no hay delito de agresión sexual, como apuntaba Olga Rodríguez en Twitter. Llegados a este punto cabe preguntarse: ¿qué es violencia?; ¿acaso no es violencia ser sometida, encerrada, penetrada, eyaculada por todas partes mientras te dicen “no grites”? Las mujeres merecemos consideración y libertad, gozar de la sexualidad, no ser objetos al antojo de un grupo de machistas que no tienen ninguna noción de la sexualidad consentida y el respeto.

La pregunta que se plantea ahora también es: ¿qué va a ser lo próximo?; ¿toque de queda para las mujeres a partir de las 22.00?; ¿escondidas en casa para que no nos violen?; ¿llevar silbatos como propuso el PP en su momento para avisar de que nos van a agredir? Quizá a las niñas haya que regalarles armas o cursos de autodefensa en lugar de pulseritas de oro con nombre grabado. Quizá ya nunca se pueda vestir con falda corta ni con escote. Quizá el burka ya haya llegado a occidente, quizá este sea nuestro velo androcentrista.

Recuerdo cuando mi padre nos recogía a mí y a mis amigas a los quince años. Yo me indignaba y avergonzaba por volver tan pronto a casa y casi custodiadas. Ahora lo entiendo, ahora puedo agradecer profundamente a mis padres por haberme protegido de que energúmenos machistas pudieran usar mi cuerpo y el de mis amigas a su antojo. Quince años después las cosas, lejos de mejorar, están empeorando. Imagino que tras la sentencia de La Manada, padres y madres de este país estén atemorizados por la seguridad de sus hijas. Y con razón.

Me pregunto si los magistrados tienen hijas y cómo hubieran actuado en caso de que hubieran sido ellas las víctimas. ¿Tampoco habrían apreciado violencia en esas imágenes? Y voy más allá, ¿qué hubiera sucedido de no haber vídeo?, ¿qué hubiera pasado si este juicio no se hubiera mediatizado? Probablemente NADA. Recordemos que en este país tiene lugar una violación cada ocho horas, según datos oficiales. Esas son las que se denuncian, imaginen cuántas serán en su totalidad.

Éste ha sido uno de los juicios más polémicos de los últimos años, por los momentos que estamos viviendo de sensibilización y concienciación feminista y por su trascendencia mediática. Sin embargo, la sentencia no ha tenido en cuenta la problemática que vivimos en este país y el momento histórico que estamos atravesando. En este caso, y una vez más, la Justicia no ha ido de la mano con la ciudadanía y ha propinado un bofetón a todas las mujeres. La justicia patriarcal fomenta la impunidad y está siendo cómplice del aumento de la violencia sexual.

Es curioso que la sentencia haya considerado que existe abuso y superioridad de los cinco contra la víctima y, en cambio, no haya tenido en cuenta la intimidación. ¿Tenían que ser veinte para intimidarla?, ¿dónde se pone el límite de la intimidación?, ¿acaso no es lo mismo intimidación y superioridad?

Recordemos que el abogado de la defensa dijo que en el vídeo lo que vio fue una pequeña película porno. Ese es el concepto que se tiene sobre este tipo de situaciones: que “son chiquillos”, que “están jugando”, que si ella no quería ser violada mejor no haberse metido en el portal con ellos...

Ante la duda de si hubo consentimiento, por supuesto que lo hubo, tal y como comentaba Yolanda Domínguez –artista visual– en Twitter: “El de una sociedad que permite que la masculinidad se construya sobre el dominio y la agresividad y la feminidad sobre la sumisión y la disponibilidad”. Cabe reflexionar ahora sobre la culpa que la sociedad tiene en este juicio.

La cultura de la violación permite que quizá los miembros de La Manada ni siquiera fueran conscientes del delito que estaban cometiendo; lo cual no exime del cumplimiento de las penas. Pero es un momento para reflexionar sobre lo ocurrido. Los discursos visuales que normalizan el control de los cuerpos de las mujeres, especialmente a través de la pornografía, nos deben hacer reflexionar como sociedad para evitar futuros casos como éste.

Por favor, eduquen a sus hijos en la igualdad, en el respeto a las mujeres. Eduquen en sexualidad respetuosa y libre, enseñen a no agredir, a no violar, a no matar. No somos nosotras las que tenemos que defendernos, son ellos los que no tienen que atacarnos.

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