Xarxa Feminista PV

No me la dejes en sombra

Lunes 24 de febrero de 2020

Se trata de poner luz, de hacer justicia, de no seguir haciendo confusas sombras chinescas en el canon; de reconocer de una vez por todas a las pintoras per se

Silvia Nanclares 22/02/2020 eldiario.es

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María Moreno pintando en su estudio. Copyright Estudio María Moreno. Fuente: web de la autora.

Leo en estos días incansablemente a Proust. Lo hago para no hacerme mayor del todo. Lo hago porque en Fun Home, Alison Bechdel dice algo así como que la madurez (léase vejez, para nosotras) comienza cuando reconoces que ya no leerás En busca del tiempo perdido. Cumplo 45 años, tengo un hijo de 18 meses, trato por todos los medios de detener el tiempo. Y lo hago, como con todo, a través de la literatura. Me levanto a las seis de la mañana, sigilosa: si por casualidad mi cachorro me llegara a oler, despídete del plan. Me hago un café, victoria, y voy leyendo de a poquito, apenas diez páginas al día, como un mantra, como una meditación, como una ladrona. Leo el primer tomo, leo el segundo tomo. Proverbial es la cantidad de leísmos de la traducción de estos primeros tomos, realizada por el poeta Pedro Salinas, al que todo se le perdona. La Recherche en castellano es a ti debida, Pedro. Autoridad. Yo sigo con mi plan, extasiada ante el genio de Proust, hasta disfrutando de las patadas leístas en el costado de la lectura. Porque las perpreta Salinas, quien escribió los versos de La voz a ti debida para Katherine R. Witmmore, mujer en sombra, de cuya existencia no supimos hasta que póstumamente pudieron leerse sus cartas de amor.

Estrenan Elena Fortún, de María Folguera, en el Centro Dramático Nacional. Otra mujer en sombra, no de la escritura, sino vitalmente –y no cuento más–, acompañada de otra ensombrecida, María de la O Lejárraga. Fortún y Lejárraga: la segunda saca de las sombras a la primera, animándola a que lleve sus escritos a la redacción de ABC, seguro que cuadran para el suplemento Blanco y Negro, incapaz ella misma de salir de la sombra alargada de las candilejas de su marido, presunto dramaturgo de renombre, Gregorio Martínez Sierra.

Muere María Moreno, no la escritora argentina, sino la pintora, la no ambiciosa, la mujer del genio, la discreta: la cantinela suena en todos los medios. La pintora de la luz. Una luz extraordinaria, espiritual y con una técnica genial. Tan necesitada de luz propia, más bien de reconocimiento, como María de la O. Solitas, en sombra. Con María se nos va la última realista, como se nos fue no hace tanto Isabel Quintanilla. O Esperanza Parada, otra obra detenida, quien seguro siguió haciendo arte, de una u otra forma, una vez aparcados los pinceles.

Se presenta el programa Pero, ¿esto es arte? en el centro de arte CA2M, y en la primera sesión, según leo de boca de Andrea Galaxina, Selina Blasco sacude al patio proponiendo: "Debemos empezar a dejar de buscar pintoras, escultoras y arquitectas debajo de las piedras y empezar a ampliar nuestra idea de lo que es arte, para que quepan en ella las prácticas que han estado haciendo las mujeres y que no se han considerado como tal por el relato hegemónico de la historia del arte". Se trata de poner luz, de hacer justicia, de no seguir haciendo confusas sombras chinescas en el canon. Se escucha a Lorca en boca de Morente, en la Romería de Yerma, qué casualidad, las Yermas, las opacadas, las Solitas, las infértiles todas: "Señor, que florezca la rosa, no me la dejéis en sombra".

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