Xarxa Feminista PV

Ni putas ni malas hijas

Domingo 13 de abril de 2014

’Madres Invisibles’ es un proyecto documental que pretende contar la realidad de mujeres repudiadas en la sociedad por tener un hijo fuera del matrimonio, un delito en Marruecos. El equipo, dirigido por el periodista andaluz Lorenzo Benítez, acaba de lanzar una campaña de crowdfunding y es el único español seleccionado por el MICDoc de Cannes

Olivia Carballar / Sevilla / 4 abr 2014 2 Eldiario.es

“Siento que lo estoy superando. Antes me veía como la única que sufría en el mundo. Tengo 29 años. Nací en la ciudad de El Yadida. Estuve trabajando en Casablanca. Allí tuve el problema: me quedé embarazada. Intenté abortar muchas veces. No lo conseguí. Era como si Dios se hubiera enfadado conmigo. Desde que caí en este problema me alejé de mi familia porque sabía que nunca aceptarían la idea”. Hafida está fortaleciendo su vida con su niño en brazos. Pero no todas las madres solteras como ella lo consiguen. Es una realidad, todavía hoy, en Marruecos, donde los hijos como el de Hafida son oficialmente bastardos y las mujeres como ella son calificadas en la ley como delincuentes y socialmente como putas. Mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio está tipificado como delito en aquel país, del que sólo nos separan 14 kilómetros.

Es el día a día de Madres Invisibles, un proyecto documental transmedia dirigido por el periodista gaditano Lorenzo Benítez que no pretende juzgar, sino contar lo que pasa para intentar cambiar las cosas, para que estas mujeres sean libres. Es el único trabajo español seleccionado para el prestigioso certamen de documentales International Pitch del MIPDoc de Cannes. “Vivimos a espaldas de realidades muy duras”, insiste el director del equipo, que acaba de lanzar una campaña de crowdfunding para conseguir financiación. La colaboración de la audiencia es imprescindible para sacar adelante el trabajo.

Conocieron a estas mujeres a través del colectivo 100% Mamás, que se encarga de empoderarlas y hacerles ver que no están fallando a sus padres ni a Alá, que no son malas hijas, ni malas musulmanas por tener un hijo sin pareja. “El objetivo es que asuman la maternidad con dignidad y sean autosuficientes, que sean autónomas. Que no tienen por qué ocultar ese hijo, que no tienen que simular que es su hermano, como hacen muchas veces”, explica Benítez.

No es fácil. En algunas de sus incursiones en la zona, él mismo ha comprobado cómo la sociedad repudia a estas mujeres, cómo las humillan y cómo ese aislamiento social que las deja a la vez sin recursos económicos las puede conducir a situaciones extremas, incluso la prostitución. “O a abortar en las peores condiciones posibles. Porque un aborto en Marruecos, al cambio, puede costar hasta 900 euros. O incluso a suicidarse”, sostiene Helena Madico, documentalista y asesora de género. Leyes y tradiciones que rompen vidas. Se calcula que hay unas 30.000 madres solteras anuales en Marruecos. “Cuando hablan de los hombres, tienen asumido que no van a encontrar a ninguno que se enamore de ellas; y a la vez, el mayor anhelo de algunas de ellas es encontrar a un hombre que acepte a su hijo como propio y eso les permita esconder su realidad”, cuenta Madico. Esconderla hasta el punto de que los propios hijos tampoco conozcan su historia.

Y no es fácil porque hasta en las maternidades son maltratadas, como denuncia Madico, justo en el momento de dar a la luz, en un instante tan frágil como ese: “Van a parir con miedo; muchas mienten y dicen que tienen marido; en otros casos incluso se presenta la policía y sienten la presión social y legal. Aunque es verdad que tampoco se las mete en la cárcel, el hecho de que exista un artículo en el Código Penal que contempla penas por tener relaciones sexuales extramatrimoniales, las hace sentir criminales“. “No son iguales por mucho artículo que haya en la Constitución que hable de igualdad”, afirma machaconamente la asesora de género, que como mujer, periodista, feminista y madre, una de las cuestiones que más le ha sorprendido al embarcarse en este proyecto es que es una realidad ajena en España, donde hace 40 o 50 años la figura de la madre soltera y su marginación, “que trasciende fronteras geográficas y temporales”, era también una realidad. Aquí -afirma- estamos luchando ahora para no retroceder esos 40 años con la reforma de la ley del aborto. Allí -añade- están intentando acabar con esa criminalización de las mujeres solteras y avivar el debate público sobre la necesidad de legalizar el aborto. “Son realidades que se interconectan y permiten tomar perspectiva”, reflexiona Madico. A un lado y a otro la estigmatización es común.

No obstante, el equipo de Madres Invisibles pretende visibilizar también todo el trabajo que aflora en el propio país para combatir la desigualdad. Muchas personas que están contribuyendo a mejorar la situación son hombres. Según aseguran, en la directiva de 100% Mamás, presidida por Claire, cuya historia también será narrada, existe mayoría masculina. Y es un hombre, un director de un centro sanitario de Tánger, quien ha elaborado un protocolo para que estas parturientas reciban el mismo trato que las demás.

Pero ¿cómo se llega a ellas, como son capaces de sentarse delante de la cámara? “Llevamos casi dos años de trabajo de campo y entablas una relación de confianza. Aunque es verdad que muchas siguen sin querer dar la cara”, admite el director. Para estos casos, tienen previsto contar sus historias a través del cómic y quieren que sea también una mujer marroquí la que lo haga. Otra idea de este proyecto transmedia es la investigación sobre las nanas, indagar cómo los cuentos infantiles transmiten los valores patriarcales. “Sus madres y sus abuelas, que son las que les cantarían las nanas cuando eran pequeñas, no están a su lado cuando ellas dan a luz”, resume Madico. Hafida, que recorrió ese mismo círculo, está intentando salir de él, está trabajando para tomar conciencia de género. Ahora volverá a casa de su padre para que conozca a su nieto, el pequeño Safuan.

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